El Oporto empuja a Casillas a salir en enero
Intervenido por la UEFA por incumplir el ¡®fair play¡¯ financiero, el club portugu¨¦s necesita desprenderse de su jugador m¨¢s caro
Puesto a hacer malabarismos al alcance de su elasticidad en la primavera de 2015 el agente m¨¢s influyente del mundo del f¨²tbol, Jorge Mendes, cerr¨® una operaci¨®n de intermediaci¨®n que dej¨® at¨®nitos a sus colegas: el traspaso de Iker Casillas, capit¨¢n del Real Madrid, al Oporto, club con problemas econ¨®micos que apenas se pod¨ªa permitir fichajes.
Fue un trabajo complejo. Mendes, seg¨²n una persona de su entorno, actu¨® en la sombra para poner de acuerdo a los dos clubes y hacer llegar la oferta al jugador por medio de terceros. La operaci¨®n ofreci¨® a la directiva del Madrid una soluci¨®n al problema social m¨¢s grave de la ¨²ltima d¨¦cada y dio satisfacci¨®n al reclamo de Julen Lopetegui, el entonces t¨¦cnico del Oporto, representado por Mendes. Pero result¨® econ¨®micamente irracional para el club comprador y se convirti¨® en una ratonera para el protagonista.
Un capit¨¢n malogrado despu¨¦s de alzar la Copa del Mundo
Moore, Deschamps, Dunga, Beckenbauer, Meazza, Matth?us, Maradona, Varela, Cannavaro, Lahm... La historia del f¨²tbol no ofrece finales amargos para los capitanes que levantan la Copa del Mundo. Protegidos en sus pa¨ªses con la consideraci¨®n de s¨ªmbolos nacionales, han sido todos venerados por las instituciones y por la opini¨®n p¨²blica. No es el caso de Iker Casillas. El prestigio conquistado por el capit¨¢n de Espa?a y el Real Madrid que levant¨® la Copa en Johannesburgo, en 2010, ha sufrido una erosi¨®n constante.
La marginaci¨®n a la que lo someti¨® Mourinho entre 2012 y 2013, seguida del repudio de parte de su propia afici¨®n, desemboc¨® en la penosa despedida del Bernab¨¦u en 2015, y en un litigio con Vicente Del Bosque durante la Eurocopa de 2016, en donde perdi¨® la titularidad con la selecci¨®n. A sus 36 a?os, m¨¢s que un h¨¦roe nacional espa?ol, Casillas parece un h¨¦roe tr¨¢gico.
Solo Casillas sabe, si es que lo sabe, por qu¨¦ puso su suerte en manos de Mendes, el hombre de confianza de Jos¨¦ Mourinho, el entrenador que entre 2012 y 2013 le despreci¨® p¨²blicamente como profesional y le acus¨® de traici¨®n. Contra la opini¨®n de su padre, Luis Casillas, que se llev¨® las manos a la cabeza, sus asesores, con Carlo Cutropia al frente, dieron por excelente la elecci¨®n del Oporto. Dos a?os y medio m¨¢s tarde, Casillas es suplente. Ya sin Lopetegui al mando, el portero tiene el sello de los activos amortizados.
La versi¨®n oficial de su entrenador, Sergio Concei?ao, para mantener a Casillas, de 36 a?os, en la suplencia despu¨¦s de tres partidos consecutivos es que se trata de una medida ¡°t¨¦cnica¡±. Esto implicar¨ªa que el portero est¨¢ jugando mal y, precisamente, esta temporada su eficacia bajo los palos indica todo lo contrario. Dos fuentes vinculadas al Oporto se?alan que el cambio en la porter¨ªa no obedece a motivos deportivos. A?aden que la progresi¨®n del espa?ol desde que se mud¨® a Portugal ha sido ascendente y la estad¨ªstica lo avala. En la temporada 2015-16 Casillas recibi¨® 88 disparos entre los tres palos en Liga y par¨® 61 (el 68%); en la temporada 2016-17 recibi¨® 73 y par¨® 57 (78%); y este curso hab¨ªa batido su propio r¨¦cord de imbatibilidad con m¨¢s de 500 minutos sin encajar un tanto. En total: 16 tiros en contra y 13 paradas, el 81%.
El Oporto, tal como afirman fuentes vinculadas al club que prefieren el anonimato, est¨¢ empujando a Casillas hacia la puerta de salida en el pr¨®ximo mercado, que se abre en diciembre. La raz¨®n es presupuestaria. Casillas gana en torno a los cinco millones de euros brutos por curso, de largo el salario m¨¢s elevado de la plantilla. El club le renov¨® el contrato el pasado julio porque as¨ª se prescrib¨ªa en una cl¨¢usula firmada en 2015 si disputaba un n¨²mero de partidos determinado en la temporada 2016-17, como as¨ª sucedi¨®. Pinto da Costa, el presidente, prolong¨® el acuerdo por imposici¨®n contractual, no por voluntad propia. La situaci¨®n contable le empujaba a recortar gastos.
Renovado por la cl¨¢usula
En junio la UEFA intervino al Oporto por incumplir las normas del fair play financiero con un d¨¦ficit de 51 millones de euros en 2016 y 35 millones en 2017. El organismo rector impuso al club un l¨ªmite de 25 millones de d¨¦ficit para 2018, le oblig¨® a pagar una multa, y lo restringi¨® a inscribir 22 futbolistas en la Champions, tres menos que el cupo de los clubes en situaci¨®n regular.
Casillas confes¨® a sus amigos la semana pasada que no ten¨ªa ni idea de por qu¨¦ Concei?ao le hab¨ªa dejado en el banquillo en la Champions contra el Leipzig. F¨ªsicamente se encontraba perfecto. Desde hace meses el meta madrile?o ha desarrollado un trabajo espec¨ªfico en el gimnasio que le hizo bajar de peso y ganar velocidad. Se sent¨ªa entusiasmado ante la perspectiva de demostrarle a Julen Lopetegui ¡ªahora seleccionador de Espa?a¡ª que se encontraba en condiciones de entrar en la lista de convocados para el Mundial de Rusia.
El primer objetivo del portero para esta temporada fue volver a la selecci¨®n. Si su renovaci¨®n con el Oporto no fue deseada por Pinto da Costa, a Casillas tampoco le agrad¨® demasiado la perspectiva. El pasado verano rastre¨® clubes en Italia, Alemania e Inglaterra en busca de una salida. Pero la oferta que esperaba no se hizo firme y consider¨® que renovar con el Oporto era su mejor opci¨®n.
La noticia de que Casillas permanecer¨ªa cobrando su salario, con la intervenci¨®n de la UEFA en curso, fue recibida como una contrariedad en el Oporto. En el club aseguran que tanto la directiva como el cuerpo t¨¦cnico hab¨ªan dispuesto todo para un relevo bajo los palos a cargo de Jos¨¦ S¨¢, el guardameta de 24 a?os, nacido en Braga y tambi¨¦n representado por Jorge Mendes. Nadie esperaba que Casillas siguiera.
El papel de Concei?ao, el col¨¦rico entrenador, resulta crucial. Hay fuentes que aseguran que la decisi¨®n de sentar a Casillas es exclusivamente suya, sin influencias externas. Otras apuntan a su lealtad incondicional a Pinto da Costa, y a una costumbre muy extendida en Portugal, en casos como este. Si la administraci¨®n manda ajustar cuentas, el entrenador env¨ªa mensajes contundentes. Tan inequ¨ªvocos como un banquillazo.
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