La encrucijada de Luis Su¨¢rez
La sequ¨ªa del uruguayo se explica por su lesi¨®n, por la ausencia de Neymar y por el nuevo plan de juego del Bar?a
Hasta ahora que Luis Su¨¢rez no marcara goles era un asunto del equipo y de la prensa, del f¨²tbol y del Bar?a. Hoy, sin embargo, ha pasado a ser ya una cuesti¨®n familiar porque el uruguayo siempre fue una persona hogare?a, muy unida a sus hijos Delfina y Benjam¨ªn y a su esposa Sof¨ªa, la chica de su vida, los dos enamorados desde los 15 y 13 a?os, finalmente reencontrados en Barcelona.
La ¨²ltima vez que pas¨® por una mala racha, cuando lleg¨® al Camp Nou en 2014, despu¨¦s del Mundial de Brasil, y estuvo cinco partidos, 393 minutos, sin meter un gol, el uruguayo se confes¨® a Rac1: ¡°Lo hablaba mucho con mi mujer. No sab¨ªa qu¨¦ me pasaba, estaba errando goles que sol¨ªa marcar. A veces sent¨ªa que no estaba ayudando al equipo. Soy consciente de que me trajeron al Bar?a para hacer goles¡±.
El delantero azulgrana vuelve a estar preocupado porque se repite la situaci¨®n de entonces, de nuevo suma cinco encuentros sin marcar, aunque ahora los minutos son ya 451. No pudo por dos veces con Olympiacos ni tampoco con M¨¢laga, Athletic y Sevilla, y solo cuenta tres tantos en 14 partidos (Espanyol, Girona y Atl¨¦tico) cuando en las dos temporadas anteriores sumaba 11 y 12 a estas alturas de la Liga. Y la familia vuelve a sufrir porque sufre Luis.
Al uruguayo ya no le sirven ni siquiera los elogios de sus compa?eros y entrenador, que le agradecen su actitud y generosidad, su lucha en el cuerpo a cuerpo y sentido grupal, como cuando un cambio de juego suyo propici¨® el primer gol de Alc¨¢cer ante el Sevilla. El problema es que funciona como jugador de equipo, un futbolista solidario que asiste y crea espacios, cuando se le supon¨ªa ego¨ªsta y rematador, el hombre gol del Bar?a. Y no hay nada peor que un goleador sin gol. As¨ª que no para de darle vueltas a la cabeza del porqu¨¦ no enfoca bien la porter¨ªa, c¨®mo es posible que falle oportunidades claras, a qu¨¦ vienen sus fallos en los pases y controles sencillos, de qu¨¦ le sirve ser altruista si siempre fue un pichichi, no ser¨¢ que es v¨ªctima del mal de los nueve del Bar?a, el mismo que afect¨® a Eto¡¯o o a Ibrahimovic cuando Guardiola mov¨ªa a Messi.
Luis Su¨¢rez no solo no tiene problemas con Messi sino que son ¨ªntimos amigos, van y vienen juntos al entrenamiento, recogen a sus hijos de la escuela al mismo tiempo, salen de compras y a cenar las dos familias, apenas se separan en Barcelona y en Castelldefels. Messi sabe m¨¢s que nadie sobre la angustia, la ansiedad, la frustraci¨®n y el mal humor de Su¨¢rez. El uruguayo y el argentino mezclan bien en el campo aunque no son los mismos desde que no est¨¢ Neymar. El 10 se supera como delantero que cubre cualquier puesto del frente de ataque, con independencia de quien sean sus compa?eros y el entrenador, jugador universal, siempre goleador (hoy suma 16). Luis Su¨¢rez, en cambio, extra?a a Neymar.
El brasile?o no solo generaba mucho juego y alimentaba al ariete sino que obligaba a las defensas rivales a extremar las marcas y a duplicar los esfuerzos, exig¨ªa a los centrales que ayudaran a los laterales, y la vida era m¨¢s f¨¢cil para Luis Su¨¢rez. Ten¨ªa m¨¢s espacios, disfrutaba de m¨¢s ocasiones ¡ªse han reducido de tres a una¡ª, jugaba m¨¢s centrado y no deb¨ªa tirarse a la izquierda como ahora, condicionado por otra parte por la falta de extremos, la lesi¨®n de Demb¨¦l¨¦ y la cercan¨ªa de Messi.
No est¨¢ tan c¨®modo y juega con dolor desde que el 16 de agosto se lesion¨® en el Bernab¨¦u. Tiene un quiste sinovial en el menisco externo de la rodilla derecha y ha optado por un tratamiento conservador, quiz¨¢ porque aguanta el sufrimiento, como se vio cuando forz¨® su alineaci¨®n para clasificar a Uruguay para el Mundial. Alcanzada Rusia, dispone de 15 d¨ªas para desahogarse en el gimnasio, lejos de la ira que le provoca su sequ¨ªa en el campo, y para volver a tumbarse en el div¨¢n con Sof¨ªa mientras escucha como Thiago le dice a Messi: ¡°Pap¨¢, ?otra vez te vas a gol?¡±.
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