Desgracias paralelas
Hasta que no ocurra nada extra?o, los d¨ªas en la Liga de Madrid y Atl¨¦tico se parecer¨¢n mucho entre s¨ª
Madrid y Atl¨¦tico decidieron compartir sus desgracias, como aquellos hermanos Tharaud que firmaban sus cr¨®nicas y reportajes a cuatro manos, pero empleaban siempre la primera persona del singular para escribirlos. Ya est¨¢n los dos a diez puntos del Bar?a, como si imitasen sus defectos, aunque respetando lo m¨¢s sagrado, que es vestir de blanco uno y a rayas otro, y hacer como que no pudiesen ser m¨¢s distintos entre s¨ª, ni dejar pasar cinco minutos sin reclamar mano clar¨ªsima en el ¨¢rea. Hasta que no ocurra algo extra?o ¡ªtendr¨ªan que resucitar, como en la Biblia, y que el papel del muerto lo representase el Bar?a¡ª sus d¨ªas en Liga se parecer¨¢n mucho. El l¨ªder se ha convertido en esa persona que pasa todos los d¨ªas a tu lado, sin verte, y lo hace todo mejor que t¨², incluso sujetar un cigarro o consultar el reloj.
Los equipos de Simeone y Zidane van a estar a?orando durante semanas aquella jornada maravillosa de la que tanto se acordaba Bill Murray en Atrapado en el tiempo, cuando despu¨¦s de una serie incansable de d¨ªas de mierda, exactamente iguales entre s¨ª, evocaba con melancol¨ªa que una vez ¡°estuve en las Islas V¨ªrgenes, conoc¨ª a una chica, comimos langosta, bebimos pi?a colada, al ponerse el sol hicimos el amor como nutrias marinas. Aquel s¨ª que fue un d¨ªa bastante bueno. ?Por qu¨¦ no puedo tener aquel d¨ªa, otra vez, y otra, y otra?¡±. Lejos de apuntar a un inesperado cambio en las trayectorias de los equipos madrile?os, la inercia sugiere que el despertador se encender¨¢ a las seis de la ma?ana, sonar¨¢ I Got You Babe, de Sonny & Cher, y volver¨¢ a ser un fr¨ªo d¨ªa en Punxsutawney, el d¨ªa de la marmota, como ayer y como ma?ana.
?Remontar? S¨ª, claro, faltar¨ªa m¨¢s. No parece que el tiempo vaya a constituir un impedimento: resta mucho campeonato por delante, decenas de puntos, y en el caso del Madrid, dos partidos directos contra el Bar?a. Nos precipitar¨ªamos si lo di¨¦semos por muerto. Quedar¨ªa feo. Hay miserias peores que la que afrontan Zidane y Simeone, por otra parte. Esta semana, hurgando por hurgar en la biblioteca p¨²blica de Ourense, fui a dar con Autorretrato sin retoques, de Jes¨²s Pardo, y lo abr¨ª por abrir. En el cap¨ªtulo del Caf¨¦ Gij¨®n contaba que un d¨ªa se cay¨® por all¨ª Truman Capote, que pidi¨® a Manolo Luna, el camarero, que le presentase a algunos colegas espa?oles j¨®venes. Pardo y compa?¨ªa le detallaron sus miserias: no ten¨ªan ni para el caf¨¦. Capote les dijo que no se creyesen los ¨²nicos escritores que las pasaban canutas. ?l, por ejemplo, estuvo una vez tan apurado de dinero que se vio obligado a tomar medidas urgentes. ¡°Lo primero que hice fue coger mi m¨¢quina de escribir¡ y el coche¡ lo llen¨¦ de bocadillos de pollo y botellas de whisky¡ y me fui a una casita que ten¨ªa en la costa¡ donde pas¨¦ dos meses escribiendo una comedia, la estren¨¦ enseguida en Nueva York y as¨ª sal¨ª del paso¡±. Hay penurias que dan much¨ªsima envidia.
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