Atl¨¦tico y Real Madrid dan vida al Barcelona (0-0)
Un derbi decepcionante deja frustrados a rojiblancos y madridistas, ya a diez puntos de los azulgrana. Griezmann y Cristiano, fundidos de nuevo
Ni Atl¨¦tico ni Real. En el Metropolitano triunf¨® el Bar?a, testigo lejano y victorioso de un duelo frustrante para sus actores. Un partido sin altura que evidenci¨® el marchitar de estos d¨ªas de rojiblancos y madridistas. No fue un encuentro para rebobinar, ni siquiera por el bautizo del derbi en el imponente Wanda. Tan decepcionante fue la noche que el cartel ni siquiera sirvi¨® de espoleta para Cristiano y Griezmann. Una jornada m¨¢s, fuera de onda los dos. Ninguno sirvi¨® de enganche a los suyos en un choque con curvas para todos, con fases para unos y otros, pero sin que nadie pudiera presumir de un do de pecho o tirar serpentinas. Nadie mereci¨® el aplauso en una cita a la que la intriga evit¨® el dicho habitual cuando llega el cerocerismo: dos bostezos.
En un primer momento, la pel¨ªcula pareci¨® que iba a ser otra. No le dur¨® mucho la soltura al Atl¨¦tico, fluido al inicio, con Correa a un dedo del gol en un duelo esgrimista con Kiko Casilla nada m¨¢s madrugar el derbi. No acert¨® el argentino, de nuevo aparcado en el costado derecho por Simeone. El Atl¨¦tico principiante maniobr¨® con una presi¨®n alta, inc¨®moda para los blancos, atornillados en terreno propio. El cuadro colchonero se expuso con una fogosidad extraordinaria, con ese voltaje tan cholista que le ha distinguido. Pero todo qued¨® en un espejismo.
La fresca puesta en escena de los rojiblancos se apag¨® pronto. A espaldas de Griezmann, Koke, en un per¨ªmetro novedoso para ¨¦l. El t¨¦cnico local quiso hilar al canterano como aguador del franc¨¦s. El asunto no funcion¨®, no hubo conexi¨®n y tan ausente y err¨¢tico estuvo Koke como aislado e invisible Griezmann.
Sin punto final, el Atl¨¦tico recul¨®, baj¨® el volumen. Enfrente, el Real Madrid, anudado de entrada, se sacudi¨® al vecino poco a poco. Sin porteros a la vista, el meollo se dirimi¨® en medio campo, donde se advirti¨® sin tapujos la diferente escala t¨¦cnica de unos y otros. Del giro del partido mucho tuvieron que ver Kroos e Isco, m¨¢xime el segundo. Ambos interpretaron la flacidez defensiva de Correa, un agitador ofensivo, no un puente de ida y vuelta. El alem¨¢n y el malague?o se dejaron caer por el costado izquierdo. A la quema de Juanfran y Correa se sum¨® Marcelo y, en algunos tramos, incluso Benzema. Por esa v¨ªa se pinch¨® el globo colchonero y el Madrid abroch¨® mejor el duelo.
Al ritmo de Kroos y, sobremanera de Isco, en un trecho no hubo r¨¦plica rojiblanca. De Koke, Gabi y Sa¨²l no hab¨ªa pisadas. Y a Griezmann, la porter¨ªa le quedaba a un oc¨¦ano. La pelota nunca fue sustancial en el Atl¨¦tico testado por Simeone. S¨ª el quite y la carrera, pero en las dos facetas vive d¨ªas de rebajas. El tr¨¢nsito del Madrid es el opuesto. Sin el bal¨®n sufre. Hay m¨¢s de uno proclive a la desatenci¨®n, con poco remangue para el pico y la pala.
Una pared entre Kroos y Cristiano alumbr¨® por primera vez al Madrid frente a Oblak. Al alem¨¢n se le fue el remate, pero la jugada dio m¨¢s vuelo a los de Zidane. A su adversario le llev¨® a blindarse cada vez m¨¢s cerca de las cuerdas. Una falta ejecutada por Cristiano a la media hora deriv¨® en la primera, y casi ¨²nica, parada de la noche. Oblak desvi¨® la pelota a c¨®rner y un minuto despu¨¦s se top¨® con Ramos en la sala de espera del gol. El capit¨¢n madridista meti¨® la cabeza, Lucas, el alguacil m¨¢s cercano, la espinillera contra su cara. El ¨¢rbitro no tuvo dictado ¡ªtampoco en una mano de Juanfran y otra de Cristiano¡ª, y el zaguero andaluz ya no pudo comparecer tras el intermedio.
La tregua del intervalo cambi¨® el maquillaje del Atl¨¦tico. Simeone auxili¨® a Griezmann con Correa y Koke, tan disipado, se orient¨® a la izquierda de Gabi, con Sa¨²l de dique por la derecha. En el otro bando, de momento ni se inmut¨® Zidane, solo obligado a echar el lazo a Nacho por la nariz fracturada de Ramos. No despeg¨® el encuentro, solo florido por Isco. Nada de Griezmann, tan fuera de plano. Ni de Cristiano, sin marcha, hasta vencido en un par de carreras con Juanfran y Savic, que no son jamaicanos. El reto sigui¨® atrofiado. Eso s¨ª, el Atl¨¦tico lo emparent¨® mejor cuando Carrasco tuvo carrete en detrimento de Thomas. Al menos, en teor¨ªa, la escuadra del Metropolitano ya no solo ten¨ªa fogueo. El Atl¨¦tico ya fue un pelo m¨¢s expansivo. Sin confetis, pero con otra gracia un rato.
Simeone, apol¨ªtico, no dud¨® en mandar al cuarto oscuro al inocuo Griezmann. La hinchada despidi¨® al galo con bronca y se llev¨® una ri?a del t¨¦cnico, que tambi¨¦n es entrenador de p¨²blicos. Aprovech¨® Zidane para envidar por Asensio en vez de Benzema y el Madrid, al menos, espabil¨® en el tramo final. Antes, Varane, bajo el larguero, frustr¨® un tanto de Gameiro tras una buena acci¨®n de Fernando Torres. Ah¨ª se qued¨® el Atl¨¦tico, que no dio para m¨¢s. Le toc¨® taparse de nuevo hasta que se baj¨® la persiana, lo que mejor se le da: ha dejado su porter¨ªa a cero en siete de los doce partidos ligueros. El Madrid, por su parte, pareci¨® no alertarse hasta el ¨²ltimo suspiro de que el empate le dejaba a un mil¨ªmetro de la derrota. Lucas, chisposo, se cruz¨® a tiempo en un remate que armaba Cristiano, este Cristiano deste?ido de estos d¨ªas. Nada de nada en este empate a nada en el primer derbi del Metropolitano. Mal asunto para todos. Brinda el Bar?a.
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