Cristiano: Yo, el supremo
En un gesto ins¨®lito, el portugu¨¦s ha decidido autoproclamarse el mejor futbolista de todos los tiempos
![Cristiano, en el Bernabéu con sus cinco Balones de Oro.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JQTIM7Y64ZEG3AHUSGUT3ICAZ4.jpg?auth=3ed47b013b3ec516557112371bf8897386eb6ee9b48569540c000f7a8f4dc57f&width=414)
Opina Cristiano Ronaldo que el mejor futbolista de la historia es Cristiano Ronaldo. En su derecho est¨¢. Es como si este columnista opinara que el mejor columnista de la historia es este columnista. Viene esto a cuento porque el pasado jueves se entreg¨® el Bal¨®n de Oro, ese trofeo que tiene la importancia que cada quien le quiera dar, y que como adorno puede tener un lucimiento p¨²blico, exponi¨¦ndolo en un museo, o privado, coloc¨¢ndolo en un lugar de honor en, pongamos, el cuarto de ba?o, para disfrute de uno mismo y de las amistades m¨¢s ¨ªntimas. El galard¨®n, sabido es, lo recibe el jugador al que periodistas de medio mundo consideran el mejor del a?o. Y que ha reca¨ªdo, huelga decirlo, en Cristiano. Ni un pero tiene servidor que ponerle a esa casi un¨¢nime elecci¨®n. El 2017 de Cristiano fue apote¨®sico en el tramo decisivo de la Champions, que conquist¨® el Real Madrid gracias al arrebato que le dio al portugu¨¦s y que se tradujo en un rendimiento estratosf¨¦rico, como demuestran las siguientes cifras: cinco goles al Bayern en cuartos, tres al Atl¨¦tico en semifinales y dos a la Juve en la final. Mejor, imposible.
Pero este bal¨®n dorado, tan preciado y codiciado, no reconoce nada m¨¢s que al mejor futbolista del a?o que se acaba. No es un premio para el mejor jugador de la actualidad. Ni much¨ªsimo menos para el mejor de la historia. Para conquistarlo ayuda sobremanera que tu equipo haya tenido un comportamiento exitoso, como demuestra que de los cinco trofeos que ha ganado Cristiano en cuatro el conjunto en el que jugaba (una vez el Manchester United y tres el Madrid) era el campe¨®n de Europa.
Digamos antes de seguir que sobre gustos los colores, pero uno cree, desde su ignorancia, que el mejor jugador de la actualidad es el mismo que lo era hace un a?o, y hace dos, y hace cinco, y hace diez. Es peque?o de estatura, valga como pista. Respecto al mejor de la historia, el asunto aqu¨ª es todav¨ªa m¨¢s retorcido. Porque no es posible o, dicho de otro modo, es imposible comparar lo que no se ha visto. Y este que escribe, dada su insultante juventud, no ha visto jugar a Di St¨¦fano o Pel¨¦, por poner dos que debieron ser muy buenos. Pero ocurre que Cristiano s¨ª los ha visto. ?C¨®mo? Ni idea. Quiz¨¢ gracias a esas im¨¢genes en blanco y negro del No-Do donde se ve¨ªa al Madrid ganar Copas de Europa a c¨¢mara lenta, hasta el punto de que parec¨ªan correr m¨¢s r¨¢pido los de la Cruz Roja, Tony Leblanc incluido, que los propios futbolistas. Y decimos que quiz¨¢ Cristiano, pese a sus 32 a?os, s¨ª los ha visto porque solo as¨ª se entiende la frase que dej¨® para la posteridad tras recibir el tan dorado galard¨®n: ¡°Soy el mejor jugador de la historia¡±.
Opina Cristiano que no ha habido otro como ¨¦l, nunca jam¨¢s, como el pa¨ªs aquel. Y el Madrid en pleno, desde el presidente hasta el m¨¢s joven de los periodistas de la cadena de televisi¨®n del club, repiten el mantra. El mejor del mundo, el mejor de la historia, el mejor, el mejor, el mejor¡ Es tanta la insistencia que habr¨¢ que pensar que se lo creen a pies juntillas y que el infierno son los otros. Por desgracia, a Di St¨¦fano y a Cruyff ya es imposible preguntarles, Pel¨¦ est¨¢ con problemas de salud y Maradona s¨ª podr¨ªa contestar, aunque no se le iba a entender. Preguntado hace unos d¨ªas Zidane qui¨¦n fue mejor futbolista, si ¨¦l o Cristiano, el t¨¦cnico del Madrid respondi¨®: ¡°Claramente yo. ?Entre Cristiano y yo, yo!¡±. Luego matiz¨® que era broma, claro, aunque haya quien piense/pensemos que tiene m¨¢s raz¨®n que un santo. Sea como fuere, uno recomendar¨ªa a la revista France Football, que entrega el c¨¦lebre Bal¨®n de Oro, que el a?o pr¨®ximo, si el ganador es Cristiano, le entregue dos trofeos. Uno para ¨¦l y otro para su ego.
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