El Levante sufre y se gusta m¨¢s que el Espanyol
Con dos balones al palo y tras dos errores, los de Quique Flores caen ante los granota en casa en un encuentro muy igualado
El Levante sufri¨®. Bastante y bien. Porque cuando se est¨¢ en alerta se minimizan los fallos. Y los aciertos llegaron, as¨ª sin m¨¢s. Desde los 11 metros y tras un robo de bal¨®n. Avispado y r¨¢pido Morales. Y despu¨¦s de un encuentro muy igualado la vuelta ser¨¢ otra cosa. Ya hay uno que parte con ventaja. Porque los errores se pagan caros, especialmente si uno juega la ida en casa. Al Espanyol le falt¨® decisi¨®n cuando tuvo el control del bal¨®n y el juego.
Fue Gerard Moreno ¡ªen boca de todos por el inter¨¦s del Villarreal, que si se va, que si no se va, que el Espanyol no tienen constancia¡ª quien firm¨®, a la media hora de encuentro, el gol que desatar¨ªa el juego. Cuando m¨¢s control estaba teniendo el Levante, cuando m¨¢s se gustaba, apareci¨® el delantero catal¨¢n. Besos al escudo y cero aspavientos, por cierto. A seguir jugando. Y eso hicieron. M¨¢s animados unos y otros. Sorprendidos y agitados poco despu¨¦s, cuando Fern¨¢ndez Borbal¨¢n pit¨® un penalti que nadie reclam¨®, que nadie esperaba. Fue entonces cuando el Levante se vino arriba. Y les busc¨® las cosquillas a los de S¨¢nchez Flores, que se qued¨® boquiabierto, brazos cruzados, frente a su banquillo. Y as¨ª sigue. Porque adem¨¢s de perder, en casa, pudo contar hasta dos palos de los suyos. Ni la suerte le acompa?aba.
Se enfrentaban dos equipos necesitados de un buen resultado, a cinco puntos del descenso en LaLiga el primero, a tres el segundo. Y todas esas ganas por darse una alegr¨ªa se tradujeron en el campo con cierta contenci¨®n. Poca filigrana y pocas prisas. Intensidad, pero un juego muy meditado, no se fuera a cometer un error inesperado. Que el camino ser¨ªa largo. Este era un encuentro de 180 minutos. As¨ª que, m¨¢s all¨¢ de que comenzara agradando a los suyos el Espanyol, con mucho toque y hasta una llegada peligrosa al ¨¢rea de Ra¨²l, la racionalidad se impuso.
El Levante despert¨® tras los primeros quince minutos. Se sacudi¨® la ansiedad con una carrera de Samu y un remate de Bardhi. Y se adue?¨® del juego casi sin querer. Pero cuando mejor se encontraba, apareci¨® Granero en la medular. Abri¨® la pelota a la izquierda y Piatti la coloc¨® de nuevo al centro, directo a la cabeza de Gerard Moreno. Le sent¨® bien el tanto al equipo local, calmado ahora, due?o partido, que estaba donde quer¨ªa. Hasta que se vio perjudicado por un bal¨®n que se fue fuera, pero sigui¨® en juego. To?o se hab¨ªa metido hasta el fondo por el carril izquierdo ¡ªtan hasta el fondo que el esf¨¦rico acabar¨ªa rebasando los m¨¢rgenes del campo¡ª y llev¨® el juego al ¨¢rea. All¨ª esperaban los suyos, pero tambi¨¦n V¨ªctor S¨¢nchez, que se tir¨® al suelo y se llev¨® el bal¨®n con la mano. Penalti. Morales, tranquilo, enga?¨® a Diego L¨®pez.
El partido sigui¨® de aquella manera tras el descanso. Exigido especialmente el Espanyol, el encuentro se encomend¨® a las idas y venidas de unos y otros, y se perdi¨®, incluso, en alg¨²n rifirrafe. Las esperanzas de Cornell¨¤ se quedaron en un palo tempranero de Sergio Garc¨ªa, m¨¢s voluntarioso que eficaz. El Levante impon¨ªa la pausa al tiempo que sub¨ªa de revoluciones el juego de Granero y Piatti (sacrificado finalmente por miedo a una segunda amarilla). En ocasiones, se jugaba casi a trompicones. Y los nervios los pagaron los locales en una mala entrega. La caz¨® Morales en el medio del campo, all¨ª donde est¨¢ prohibido perder balones. Y se lanz¨® en carrera. Hasta el fondo. Otra vez. Ahora por la derecha. Y se deshizo con dos golpes de cadera de Naldo y de V¨ªctor S¨¢nchez. Ivi, diez minutos despu¨¦s de entrar al campo, la meti¨®. A placer. El Levante, que lo hab¨ªa apostado todo a Boateng, el ¨²nico delantero del que dispon¨ªa, pobl¨® el centro del campo de medios y cruz¨® los dedos. Las bandas, bien abiertos los extremos, finos los laterales como To?o, hicieron el resto.
Todav¨ªa tuvo otro palo que lamentar el Espanyol, de Darder. Y firm¨® una mano majestuosa Ra¨²l ante un remate postrero de D¨ªdac Vil¨¤.
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