El Bernab¨¦u juzga al Real Madrid
El equipo de Zidane, que solo ha ganado ocho de 15 encuentros en Chamart¨ªn, se enfrenta a su afici¨®n en el momento m¨¢s delicado desde la llegada del franc¨¦s
Hace falta remontarse al 21 de noviembre del 2015 para recordar el ¨²ltimo d¨ªa de cisma en el Santiago Bernab¨¦u. Era un s¨¢bado por la tarde y el Barcelona se daba un ba?o con masaje a costa del Madrid de Rafael Ben¨ªtez (0-4). Chamart¨ªn no tuvo piedad. La hinchada desat¨® su ira y pocos de los que entonces formaban parte del club pudieron presumir de haber salido indemnes del plebiscito popular. No fue el caso del t¨¦cnico ni tampoco de Florentino P¨¦rez. El grader¨ªo se?al¨® con fuerza al banquillo y no tuvo reparos en elevar su frustraci¨®n al palco. Una parte de la hinchada rescat¨® el tan temido grito en la Castellana: "?Florentino, dimisi¨®n! ?Florentino, dimisi¨®n!". No se escuchaban c¨¢nticos contra el presidente con tal fiereza desde el invierno de 2006. La bronca tuvo consecuencias: fulmin¨® a Ben¨ªtez y promocion¨® a Zinedine Zidane.
Desde aquella decisi¨®n, tomada el 4 de enero, se atravesaban d¨ªas de paz y t¨ªtulos en Chamart¨ªn. Dos Champions, una Liga, otros cuatro trofeos y, por fin, un proyecto estable. Un periodo triunfal que ahora se ve amenazado por una crisis de juego y resultados que tiene al Madrid a 16 puntos del Barcelona en el campeonato liguero y fiado ¨²nicamente a la Copa de Europa como salvavidas. Hoy, en la visita del Villarreal (16.15, beIN LaLiga), el comportamiento que pueda tener el Bernab¨¦u ¡ªgrada de animaci¨®n oficial aparte¡ª es una inc¨®gnita. La goleada del Barcelona en la capital (0-3), los pinchazos ante Celta y Numancia y las sensaciones que transmite el equipo han agitado a la masa social.
A Zidane no le inquieta una posible revuelta. O eso dice. El franc¨¦s pide el apoyo para un p¨²blico al que recomienda no prestar atenci¨®n a lo que dicen los medios de comunicaci¨®n. "No me preocupa", se?al¨®, "lo que le puedo decir a la gente es que ayude al equipo. Es lo que siempre han hecho. Les digo que no escuchen mucho. Igual que cuando estamos bien no hay que tener mucha euforia, en los momentos de dificultades necesitamos que le gente est¨¦ con su equipo".
Est¨¢ por ver si Chamart¨ªn atiende su petici¨®n despu¨¦s de cuatro meses en los que sus muchachos han convertido los tropiezos y el mal juego en una rutina para los socios. Cierto es que el curso pasado el Madrid tampoco se mostr¨® especialmente florido en su estadio, pero al menos s¨ª m¨¢s resolutivo. Ahora ni juega bien ni suma puntos con facilidad. Incluso rivales de categor¨ªas menores, como el Fuenlabrada, de Segunda B, o el Numancia, de Segunda, han demostrado que el fort¨ªn se puede tomar por asalto. Ninguno perdi¨® en el Bernab¨¦u y su gesta estableci¨® un registro hist¨®rico: nunca desde 1930 dos equipos de divisiones inferiores sal¨ªan invictos de La Castellana en la misma temporada y nunca en toda la historia ambos conjuntos le hab¨ªan marcado dos o m¨¢s goles.
En todo lo que va de curso, el Madrid solo ha sido capaz de imponerse en ocho de los 15 encuentros que ha disputado como local, poco m¨¢s de un 50%, la peor racha desde 1999, cuando los blancos acumularon cuatro meses sin victorias. Adem¨¢s de Fuenlabrada (2-2) y Numancia (2-2) en Copa, tambi¨¦n se llevaron un empate del Bernab¨¦u Valencia (2-2) y Levante (1-1) en Liga y el Tottenham (1-1) en Champions. M¨¢s suerte tuvieron Betis (0-1) y Barcelona (0-3), que se llevaron el bot¨ªn completo en el campeonato dom¨¦stico. De los derrotados, solo Eibar, Las Palmas, APOEL y Sevilla se fueron claramente superados.
Diez puntos perdidos en casa
En solo una quincena de partidos el equipo de Zidane ya ha sumado los mismos tropiezos que la temporada pasada en 28 encuentros. A falta de un partido para completar la primera vuelta el Madrid ha cedido 10 puntos en Liga. En toda la temporada pasada cedi¨® 11. Tambi¨¦n golea menos: de rozar los tres tantos por encuentro ha pasado a anotar dos.
Con Zidane son pocos los partidos que la parroquia de Chamart¨ªn ha presenciado un recital de f¨²tbol de los suyos. El equipo se muestra m¨¢s c¨®modo a domicilio, sin la presi¨®n de una afici¨®n exigente. As¨ª gan¨® la ¨²ltima Liga y as¨ª situ¨® al club en una zona de confort desconocida en las ¨²ltimas d¨¦cadas. El colch¨®n es grueso , pero el peso del malestar aumenta.
Hoy la reacci¨®n del p¨²blico servir¨¢ de term¨®metro para medir la distancia que separa la paz de la crisis social. Lo que m¨¢s teme el presidente Florentino P¨¦rez.
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