El Atl¨¦tico pasa de la gloria a la agon¨ªa ante el Eibar
El cuadro vasco reacciona en la segunda mitad ante el conservadurismo de los rojblancos, que se llevan los tres puntos gracias a un gol de Gameiro
Explicaba el t¨¦cnico del Eibar, Jos¨¦ Luis Mendilibar, que ante el Atl¨¦tico no puedes ganar el partido en el minuto uno, pero si puedes perderlo en el minuto cinco. Realmente lo comenz¨® a perder en el minuto 27 en la en¨¦sima travesura de Griezmann para habilitar el gol de Gameiro, pero an¨ªmica y futbol¨ªsticamente lo comenz¨® a ganar el Atl¨¦tico en el minuto tres en un centro chut de Correa, en la primera explosi¨®n de Griezmann (hubo muchas m¨¢s despu¨¦s) y en el cinco con otro remate de Correa, y en el 11 en otra contra mal resuelta por Koke. Ol¨ªa tanto a gol como a hierba mojada en Ipurua y el placer de ambos olores desat¨® a ambos equipos empe?ados en competir en intensidad midiendo a la vez sus buenas rachas, sus m¨²sculos y su ambici¨®n. Pero el Atl¨¦tico no solo campe¨® a sus anchas en el estrecho Ipurua , sino que poco a poco fue deprimiendo al Eibar: le hizo centrar poco y mal, para disfrute de God¨ªn y Gim¨¦nez, le hizo construir el f¨²tbol con cemento sin agua y Griezmann se convirti¨® en un duende que nunca estaba donde el Eibar le buscaba y siempre donde pod¨ªa encontrar a sus compa?eros, flechas incendiadas con ganas de que el Eibar ardiera en su propia hoguera.
Y todas surgidas del arco tenso de Griezmann, tirando de comp¨¢s, feliz bajo la lluvia, mientras el Eibar se quedaba sin pan y agua, desprovisto de su men¨² del d¨ªa tradicional: surtido de centros horizontales y aluvi¨®n de jugadores en el ¨¢rea. Lo primero lo evitaron los laterales. Vrsaljko at¨® en corto a Inui y lo hizo preso toda la primera mutad (o sea le quit¨® el talento al conjunto armero) y Lucas tuvo m¨¢s problemas con Iv¨¢n Alejo, al que fue reduciendo poco a poco disolvi¨¦ndolo como el az¨²car con la cucharilla. As¨ª quedaron los centros frontales, el placer uruguayo de los centrales del Atl¨¦tico.
Y entonces decidi¨® el Atl¨¦tico probar el placer de la agon¨ªa o el Eibar mostrarle la hiel del sufrimiento. O ambas cosas a la vez pareci¨® lo primero, porque recul¨® con descaro en su af¨¢n de defender y buscar otra contra aislada presuponiendo un toque a rebato del Eibar. El protagonismo de Atl¨¦tico pas¨® de los hombres de adelante a los de atr¨¢s, con Oblak en primer plano. No es el que el Eibar tocara generala, pero si jug¨® a paso ligero. El ¨¢rea del Eibar fue un desierto inh¨®spito para el Atl¨¦tico, que retir¨® paulatinamente a sus tres delanteros para tirar una valla m¨¢s gruesa en el medio campo. No sirvi¨®. El Eibar estaba lanzado. Inui y Orellana Jose Angel y Capa comenzaron a triturar la banda y sus centros ya eran metralla para los delanteros. Y cabece¨® Paulo para que salvara Oblak en la raya, y remat¨® dur¨ªsimo Inui para que se luciera Oblak, y volvi¨® a cabecear el central portugu¨¦s, y cabece¨® Kike Garc¨ªa un centro de Diop que casi roza el poste y finalmente remat¨® Enrich y el bal¨®n dio en la mano de Augusto cuando el bal¨®n se dirig¨ªa a la porter¨ªa. El ¨¢rbitro no lo vio as¨ª. Y Paulo cerr¨® el asedio con otro cabezazo. Nunca la defensa de Atl¨¦tico pareci¨® tan d¨¦bil como en la segunda mitad.
Perdi¨® el Eibar, rompi¨® su racha de resultados pero mantuvo la del juego: el Atl¨¦tico mantuvo la suya, brillo en el primer acto, male¨® el segundo y a punto estuvo de destrozar su desenlace. Adicto a las emociones fuertes, decidi¨® probar el sabor de la agon¨ªa. No le result¨® extra?o.
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