El Barcelona remonta a la Real Sociedad y supera el s¨ªndrome de Anoeta
Messi y Luis Su¨¢rez, con un doblete, lidera el ¨²ltimo reto de los de Valverde, que terminan la primera vuelta sin ninguna derrota
Una d¨¦cada despu¨¦s ocurri¨®, cuando parec¨ªa que no iba a ocurrir, cuando se antojaba un fin de primera vuelta trist¨®n para el Barcelona, arrollado por la Real Sociedad en la primera mitad y esperando a Messi desesperadamente, en busca del desconsuelo. Y Messi lleg¨® a tiempo, de hecho, le sobr¨® tiempo hasta para festejarse con un gol magn¨ªfico, un autohomenaje que se quiso dar tras haber tragado arena en la primera mitad. El s¨ªndrome de Anoeta era el ¨²ltimo reto que le quedaba al Bar?a por batir y lo consigui¨®, jugando con el suspense y ante una Real que sucumbi¨® cuando menos se esperaba. Diez a?os dan para tanto que se han repasado todas la circunstancias, an¨¦cdotas, circunstancias, estad¨ªsticas, meteorolog¨ªa, dibujos, estrategias, todo un akelarre de motivos para explicar por qu¨¦ el Barcelona no gana en Anoeta.
Quiz¨¢ simplemente es que la Real Sociedad sabe jugarle al Bar?a, encontrarle las cosquillas que le desarman e irritarle los suficiente hasta confundirle con un f¨²tbol que no solo le disputa el resultado sino que le encara el juego, la precisi¨®n, el tacto. El primer tiempo cumpli¨® el t¨®pico de la d¨¦cada y visti¨® de v¨ªctima propiciatoria al Barcelona. Porque el equipo de la primera parte apenas dur¨® 10 minutos, cuando Sergi Roberto amag¨® con competir en su banda con Odriozola en la de la Real con dos llegadas sonoras y otra oportunidad de Luis Su¨¢rez.
Parec¨ªa que el Barcelona olvidaba sus fantasmas donostiarras sin necesidad de obligar a Messi, que jugaba lejos del ¨¢rea y al paso, a desgastarse desde el principio. El espejismo dur¨® eso, antes de que la Real desnudase las carencias del equipo de Valverde, inoperante en las bandas con Paulinho en la derecha y Andr¨¦ Gomes en la izquierda, Rakitic acumulando p¨¦rdidas peligrosas de bal¨®n y Jordi Alba, el asistente ideal de Messi, sufriendo con la energ¨ªa de ese peque?o demonio que es Odriozola.
Sobre ¨¦l y sobre Willian Jos¨¦, imperial en su pugna de espaldas y de frente con los centrales y la calidad recuperada de Canales, construy¨® la Real un primer tiempo memorable, con un bell¨ªsimo gol deWillian Jos¨¦, picado, rematado de cabeza contra el suelo para que aprovechase la brillantilla que le daba el agua al cesped para que saltara como una bala hacia la red.
La Real era ballet sobre agua y el Bar?a, apenas barrillo, confuso, sin decisi¨®n. Sin Messi, refugiado en el centro del campo, midiendo las carreras, vigilado por Illarramendi y Zurutuza, de cerca y de lejos. Era un acorde¨®n que se convirti¨® en viol¨ªn cuando Canales sali¨® de la c¨¢rcel a la que le condenaron tres futbolistas del Bar?a y sorteando hacia atr¨¢s lanz¨® un pase al hueco a Juanmi, pura miel que el delantero llev¨® a la red. La obra solo se afe¨® un poco por tocar en el pie de Sergi Roberto. Y hubo un tercero, de Wilian Jos¨¦, que el ¨¢rbitro anul¨® err¨®neamente por una falta previa inexistente a Rakitic.
Ol¨ªa a t¨®pico donostiarra, hasta que Paulinho culmin¨® una contra para rebajar el marcador y recuperar el aliento y el animo. Quedaba un tiempo, o sea un mundo. Y quedaba Messi, con la camiseta a¨²n sin sudar, como si ¨¦l eligiera su momento, su tormenta, como si la quisiera hacer coincidir con la que asol¨® Anoeta en la segunda mitad. Cuando quiso, Messi toc¨® la campana y comenz¨® a cotizar en la bolsa del partido y ya se sabe que el argentino eleva la prima de riesgo de cualquier rival. Y adem¨¢s encontr¨® la certeza goleadora y art¨ªstica de Luis Su¨¢rez . El gol del empate fue lo m¨¢s parecido a una curva g¨®tica que sorprendi¨® a propios y extra?os. Y volvi¨® a marcar, siempre con Messi y Sergi Roberto marcando el paso, a toque de viol¨ªn m¨¢s que de tambor. Y quedaba el gol de Messi, con un golpeo misterioso que vol¨® alto y cay¨® maduro. La Redal hab¨ªa pasado a segundo plano, despu¨¦s de su magn¨ªfico primer tiempo. El esp¨ªritu camale¨®nico el Bar?a, sin que Valverde moviese la alineaci¨®n hasta la entrada de Demb¨¦l¨¦, le hizo vencer cuando parec¨ªa vencido. Quiz¨¢s supo esperar a Messi y a trav¨¦s suyo rompi¨® el akelarre de Anoeta, culmin¨® una primera vuelta impoluta, si perder un solo encuentro y manifestando un poder¨ªo que por momentos pareci¨® tambalearse en San Sebasti¨¢n.
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