Otro incendio de Griezmann
El delantero franc¨¦s encuentra la protecci¨®n de Simeone y de sus compa?eros tras haberse encarado con la afici¨®n
El domingo, por segunda vez en lo que va de temporada, la hinchada del Atl¨¦tico de Madrid verbaliz¨® su descontento con Antoine Griezmann. La secuencia delat¨® que la grada ya no le pasa una. Tambi¨¦n revel¨® que el bulo de que los jugadores son inmunes a lo que sucede tras las vallas es incierto. Esta vez, la afici¨®n rojiblanca conden¨® con una sonora pitada una mera toma de decisiones sobre el juego. Con 1-0 en el marcador y el partido en el tiempo a?adido, el delantero franc¨¦s opt¨® por esconder la pelota antes que proseguir el contragolpe que ¨¦l mismo conduc¨ªa a la altura de la l¨ªnea del centro del campo. Antes de dar el pase hacia atr¨¢s que cort¨® de ra¨ªz el contrataque, Griezmann se encar¨® con la grada tras escuchar el malestar que gener¨® su decisi¨®n. Cuando menos sorprende que estuviera tan metido en el partido como pendiente de los sonidos que se emit¨ªan desde las tribunas.
Sus airados aspavientos descubrieron a un jugador que tambi¨¦n mira con lupa lo que la afici¨®n expresa hacia su figura. La reacci¨®n de los seguidores rojiblancos fue una derivada de todo el malestar que ha generado Griezmann desde el pasado verano. Sus alusiones a una posible marcha al Manchester United y sus conversaciones con el Barcelona que generaron la queja del club ante la FIFA han contrariado tanto a la masa social rojiblanca como a la dirigencia. Desde entonces, el contexto que vive el futbolista franc¨¦s es muy exigente. El personal s¨®lo olvida sus afrentas cuando marca goles o destaca en la creaci¨®n del juego ofensivo. A la m¨ªnima que se le vislumbra un partido por debajo de su nivel, el runr¨²n se extiende por el grader¨ªo con continuas alusiones a su pretensi¨®n de cambiar de aires y a la mala gesti¨®n de sus formas para forzar su marcha.
El del domingo fue un incendio m¨¢s de Griezmann. Simeone y sus compa?eros trataron de apagarlo al t¨¦rmino del partido. ¡°La gente pide m¨¢s, pero Griezmann ley¨® bien lo que hab¨ªa que hacer, creo que hizo bien. A veces, hay que ser inteligentes como ha sido ¨¦l. A veces hay que parar como hizo en esa jugada¡±, le defendi¨® Sa¨²l.
Cortina de humo
El entrenador tambi¨¦n elogi¨® su acci¨®n. ¡°No atac¨® innecesariamente cuando no hab¨ªa ataque¡±, dijo el t¨¦cnico, que omiti¨® juzgar el grave gesto del futbolista hacia su afici¨®n. Que hab¨ªa jugada o no para seguir con el ataque es discutible. Koke progresaba solo por la izquierda y Diego Costa se desmarcaba por el medio. Lo que no ofrece discusi¨®n alguna es que se encar¨® con el activo que ha sostenido al Atl¨¦tico en los peores momentos de su historia, descenso a Segunda e intervenci¨®n judicial incluidos.
Simeone lanz¨® una cortina de humo aludiendo a que el equipo hab¨ªa ganado y los hinchas se hab¨ªan ido contentos a casa. Esta condescendencia no la tuvo el t¨¦cnico hace tres semanas, cuando Griezmann viaj¨® a Par¨ªs para un acto publicitario, y a Londres para seguir un partido de la NBA entre los Boston Celtics y los Sixers de Filadelfia. A Simeone no le agrad¨® ese viaje y as¨ª se lo hizo saber al club. Incluso se estudi¨® la posibilidad de un expediente y una multa.
La victoria final ante el Valencia y la consolidaci¨®n de la segunda plaza ha sido utilizada por el cuerpo t¨¦cnico, el vestuario y el club para minimizar un gesto que traer¨¢ cola si Griezmann o el equipo vuelven a atravesar por un bache. Cada vez parece m¨¢s insostenible su continuidad en el club, pese a que sobre la mesa est¨¦n las esperanzas puestas en la pareja que forma con Diego Costa para tratar de abordar el curso que viene con un proyecto deportivo ambicioso en el que ya no existir¨¢ el problema de poder fichar tras haber vencido la sanci¨®n de la FIFA.
El club ya hab¨ªa expresado recientemente su intenci¨®n de intentar retenerlo el pr¨®ximo verano haciendo un esfuerzo similar al que ya realiz¨® en el ¨²ltimo mercado veraniego. Griezmann se qued¨® en el Atl¨¦tico percibiendo la misma cantidad, unos 12 millones de euros netos, que le ofrec¨ªan los clubes que le pretend¨ªan. La cuesti¨®n es si merece la pena mantener a un futbolista que no acaba de entender las demandas de respeto hacia el club y hacia la hinchada que se le han hecho en los ¨²ltimos meses.
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