El Atl¨¦tico dice adi¨®s a la Liga en su ¨¢rea
Los rojiblancos se despiden del t¨ªtulo al castigar el Villarreal su exceso de conservadurimo tras ponerse por delante en el marcador con un penalti inexistente
Con su molde m¨¢s cl¨¢sico, el Atl¨¦tico no pudo mantener su persecuci¨®n del Barcelona. Otra vez no pudo defender una ventaja de 0-1 meti¨¦ndose atr¨¢s. La distancia con el l¨ªder se ha ido ya hasta los 11 puntos. Si antes de este tropiezo la empresa parec¨ªa un imposible, ahora ya es una realidad. La historia en esta Liga dice que ha ganado muchos partidos por 1-0 ¨® 0-1, pero tambi¨¦n que ha perdido muchos puntos por ese paso atr¨¢s que tanto le condena. La f¨®rmula le ha dado para pelear el segundo puesto, pero no para m¨¢s. Se le ha escapado la posibilidad a los rojiblancos de apretar al Bar?a en el Camp Nou y en Vila-real. En sendos partidos su ejercicio de juego ofensivo no fue digno de un equipo que aspira al campeonato.
Metido en su ¨¢rea, vio c¨®mo el Villarreal le castigaba con dos goles en los ¨²ltimos diez minutos. Dos tantos procedentes de centros laterales al coraz¨®n del ¨¢rea, su punto d¨¦bil defensivo de este curso. El turco Unal, con un cabezazo certero y un gol de rapi?ador de ¨¢rea ajustici¨® el ejercicio defensivo del Atl¨¦tico y le puso el punto y final al campeonato. Solo una cat¨¢strofe impedir¨¢ al equipo de Valverde alzar el t¨ªtulo.
Un gol de Griezmann, fruto de un penalti inexistente, y meterse en la trinchera no fue suficiente para mantener esa distancia de ocho puntos. A la espera de un tropiezo del Bar?a, Simeone y sus jugadores pretendieron alimentar la llama de la esperanza desde su habilidad para lograr que no ocurra nada trascendente cuando se pone por delante en el marcador. Esa sensaci¨®n de que se juega un tipo de partido en el que solo los futbolistas del Atl¨¦tico se sienten c¨®modos no bast¨®. Se desmoronaron en el tramo final, acogotados por el empuje del Villarreal, que siempre quiso hacer algo m¨¢s para ganar el partido, aunque le costara mucho.
Top¨® el Villarreal con la versi¨®n m¨¢s gran¨ªtica del Atl¨¦tico durante m¨¢s de 80 minutos. Se vieron sometidos los de Javi Calleja a uno de esos partidos en los que el equipo de Simeone se convierte en una estructura impenetrable. Se empach¨® de bal¨®n durante m¨¢s de una hora para nada. No encontr¨® ni un resquicio por el que apurar a Oblak. Tocar y tocar para nada. Cuando el Atl¨¦tico ejecuta a la perfecci¨®n su versi¨®n m¨¢s gremial es una tortura para sus contrarios, un agobio. Se sent¨ªa seguro y pudo sentenciar en un tiro al palo de Koke y con una contra mal culminada por Griezmann. Sin la contundencia en las contras que otras ¨²ltimamente exhib¨ªa, opt¨® por entregarse a su orden para defender su escasa renta. Vio crecer al Villarreal el Atl¨¦tico, agitado por los cambios de Calleja. Unal, Sansone y Castillejo, le dieron la carga de profundidad que ech¨® de menos durante todo el primer tiempo y el inicio del segundo. M¨¢s da?ino con ese tr¨ªo en el campo, el cerco sobre el Atl¨¦tico termin¨® por darle los tres puntos.
Morir en ¨¢rea propia
[TEX]Tras un despertar agitado el partido estuvo sumergido en un exceso de centrocampismo. El Villarreal, anclado en Rodrigo, le dio por un juego plano, de circulaciones pastosas y poco profundas. Hab¨ªa expectaci¨®n por ver al mediocentro destinado a dar el giro futbol¨ªstico que busca Simeone apretado por Sa¨²l y Thomas. Su partido fue de menos a m¨¢s. C[/TEX]uando su equipo se decidi¨® a ir a por el partido de verdad, se comi¨® a los que ser¨¢n sus compa?eros y tap¨® muchos de los intentos de contragolpe de los rojiblancos. Tiene Rodrigo muy atornillado en el cerebro el mapa del campo para la colocaci¨®n. En ese aspecto fue una br¨²jula t¨¢ctica implacable. Siempre estuvo cerca de donde se coci¨® algo, bien para tocar, bien para quitar. Con la pelota estuvo seguro en el pase. En el primer acto aliment¨® poco la profundidad que necesitaba su equipo. Ech¨® en falta el Villarreal al an¨¢rquico Castillejo, sentado en el banquillo de suplentes. Prefiri¨® Calleja el trabajo de Soriano y contribuy¨® a esa sobredosis de centrocampismo que favoreci¨® ese mejor pelaje del Atl¨¦tico. Atrincherados, los de Simeone encontraron la jugada de su gol en un bal¨®n largo peinado por Diego Costa en el ¨¢rea. Al remate acudi¨® Griezmann, que cay¨® en su intent¨® de remate empujado por nadie, aunque el asistente interpret¨® que hubo empuj¨®n de marcar Gaspar. Marc¨® el Atl¨¦tico y se puso a interpretar ese juego que tanto le ha dado, pero que tambi¨¦n tanto le ha quitado. Incluso lo acentu¨® a?adiendo a Gabi al forraje que Unal termin¨® reventando con dos goles.
Murieron las esperanzas del Atl¨¦tico de disputar la Liga en su propia ¨¢rea. Los t¨ªtulos se ganan en las dos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.