Di Francesco, el elegido

Nada m¨¢s acabar el entrenamiento de ayer, el director deportivo de la Roma, Monchi, baj¨® los cinco escalones que separan su despacho del que ocupa el t¨¦cnico Eusebio di Francesco (Pescara, Italia; 48 a?os) en la ciudad deportiva de Trigoria. All¨ª, debatieron sobre el Bar?a. ¡°Hablamos cada d¨ªa¡±, relata Monchi; ¡°pero no solo del rival sino de la planificaci¨®n de futuro, de jugadores y fichajes, del vestuario¡­¡±. Pero desde hace tres d¨ªas, desde el momento en que acab¨® el partido ante el Bolonia ¡ªdonde juega el hijo de Di Francesco¡ª, se han repetido las conversaciones alrededor del equipo de Messi. ¡°No es f¨¢cil hacerle da?o al Bar?a, pero una idea la tenemos¡±, resuelve Monchi

M¨¢s que nada porque Di Francesco dif¨ªcilmente cambiar¨¢ su hoja de ruta. ¡°No le gusta el juego horizontal y, por lo tanto, no le convence la propuesta del Bar?a. Siempre quer¨ªa un f¨²tbol vertical, que los delanteros no salieran mucho de sitio y que no dejaran pasar la oportunidad de chutar¡±, relata Paolo Bianco, que estuvo a sus ¨®rdenes en el Sassuolo y que rechaz¨® su propuesta de entrar en el staff porque prefiri¨® ser entrenador (est¨¢ en el Siracusa, de la Serie C) a ayudante.

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Centrocampista de despliegue y toque, Di Francesco hizo carrera en Italia en equipos como el Empoli, Toscana y Piacenza hasta llegar a la Roma en 1997, club con el que consigui¨® el ¨²ltimo Scudetto de la entidad (2001). Un laurel determinante para Monchi, una vez acept¨® que nada pod¨ªa hacer para retener a Luciano Spalletti, que opt¨® por el Inter. ¡°Los criterios b¨¢sicos para su sustituto pasaban porque fuera un entrenador italiano con conocimiento del campeonato y de la Roma porque conmigo, que soy de fuera, ya cumpl¨ªamos el cupo de desconocimiento¡±, cuenta Monchi; ¡°y la primera opci¨®n era Eusebio porque su trabajo en el Sassuolo no pod¨ªa pasara desapercibido para ning¨²n director deportivo¡±. Di Francesco, por su parte, lo ten¨ªa claro. ¡°Es una persona muy ambiciosa y pensaba en la Roma desde hace tiempo¡±, desvela Bianco. ¡°Fue una alegr¨ªa porque cumpl¨ªa con los requisitos y me atra¨ªa su forma de hacer jugar a sus equipos¡±, resalta Monchi. Una filosof¨ªa transmitida por Zdenek Zeman ¡ªsu maestro¡ª y que pasa por la presi¨®n alta e intensa, las l¨ªneas bien juntas, y el juego ofensivo y directo. ¡°Eso es la Roma¡±, se?ala con orgullo Monchi.

Sabe lo que es jugar en la ¨¦lite ¡ªvisti¨® la camiseta de Italia en 13 ocasiones¡ª, por m¨¢s que despu¨¦s de la Roma volviera a equipos menores como el Piacenza, Ancona y Perugia. Tambi¨¦n sabe lo que es un banquillo desde 2008 porque prob¨® fortuna sin ¨¦xito en el Virtus Lanciano, de la Serie B. En 2010, sin embargo, logr¨® mantener al Pescara en la categor¨ªa. ¡°Es un gran t¨¦cnico y una gran persona¡±, recuerda el exdelantero Cristian Bucchi, que dirigi¨® al Sassuolo a inicios del curso; ¡°es moderno, le gusta la evoluci¨®n y no ha encontrado dificultad entre dirigir al Pescara y la Roma¡±.

Lo mejor, en el Sassuolo

Tras el Pescara, firm¨® por el Lecce en su primera experiencia en la Serie A. Dur¨® poco. ¡°Desafortunadamente, no supimos cohesionarnos como equipo a tiempo. Una pena porque ten¨ªa ideas innovadoras y sobre todo era buena persona¡±, revela Guillermo Giacomazzi, ¨ªdolo del Lecce bajo sus ¨®rdenes. El poso de su f¨²tbol, sin embargo, le vali¨® para una llamada del Sassuolo y el comienzo de su etapa brillante porque lo ascendi¨® por primera vez en su historia a la Serie A y lo llev¨® tambi¨¦n a la Liga Europa, aunque entre medias le despidieran por cinco encuentros por malos resultados. Luego, lleg¨® Monchi.

Di Francesco comenz¨® con buen pie en la Roma porque logr¨®, con 38 puntos en 16 jornadas, igualar el mejor inicio del equipo junto al logrado en la temporada 2013-14 por Rudi Garc¨ªa. Y, aunque ha perdido fuelle en la Serie A, ha rendido de maravilla en Europa porque en la fase de grupos elimin¨® al Atl¨¦tico y qued¨® por encima del Chelsea, vencedor despu¨¦s frente al Shakhtar en los octavos europeos.

Ahora toca el Bar?a. ¡°Estoy seguro de que Eusebio est¨¢ convencido de que puede ganar. Ya dije que era muy ambicioso¡­¡±, expone Bianco. ¡°Siempre te contagia la idea de que hay que tener hambre y querer m¨¢s que el contrario¡±, agrega Giacomazzi. Si as¨ª ocurre, lo festejar¨¢ la roma y tambi¨¦n Monchi, que a buen seguro le invita en esa ocasi¨®n a comer en Il Fungo, restaurante muy cercano a sus casas, donde se encuentran habitualmente para seguir con sus apasionadas charlas de f¨²tbol, de la Roma y su futuro, tambi¨¦n del pr¨®ximo rival.