El Atl¨¦tico m¨¢s castigador se impone al Sporting de Portugal
El equipo de Simeone encarrila la eliminatoria con una salida el¨¦ctrica y los goles de Koke y Griezmann tras sendos errores de la defensa portuguesa
Los equipos dominadores desde la pelota buscan castigar los descuidos en la defensa de los espacios con las circulaciones. Los conjuntos que se dejan dominar aguardan con picard¨ªa las malas entregas. El Atl¨¦tico pertenece a esta ¨²ltima estirpe. No hay equipo que saque tanto r¨¦dito de ese tipo de acciones cuando est¨¢ afilado. Por esa v¨ªa abreviada, entusiasta y p¨ªcara, los futbolistas de Simeone despacharon al Sporting de Portugal. Un partido perfecto en el libreto del entrenador rojiblanco. Una salida el¨¦ctrica, un mandoble al primer descuido, el sufrimiento del repliegue y otro robo de cartera para enfilar la eliminatoria al borde del descanso. Un guion de noche europea ejecutado a la perfecci¨®n desde el minuto uno.
?A los 22 segundos, una mala cesi¨®n de Coates con la sombra de Diego Costa al acecho, pari¨® el paisaje ideal en ataque del Atl¨¦tico. Un robo en las inmediaciones del ¨¢rea donde con un pase es suficiente. Koke lo recibi¨® de Costa y super¨® con una picadita cruzada la salida de Rui Patricio. El tanto conjugaba con la salida al galope que demandaban la noche y la eliminatoria. Tambi¨¦n confirmaba que este Atl¨¦tico de Simeone intimida y es m¨¢s poderoso cuantas m¨¢s revoluciones le pone a su f¨²tbol. Le va m¨¢s el rompe y rasga mete¨®rico que las contras nacidas cuando permanece agazapado en campo propio. Con el gol de Koke a¨²n caliente, a esa descarga inicial apabullante le dio continuidad God¨ªn con un cabezazo a la salida de un c¨®rner que hizo volar a Rui Patricio.
Cuando termin¨® de digerir ese arranque vigoroso, el Sporting trat¨® de recomponerse desde el poder¨ªo de William Carvalho, el criterio de Battaglia y las incursiones de Piccini y Gelson. Este ¨²ltimo es un digno heredero de la prol¨ªfica escuela de extremos del club portugu¨¦s. Futre, Cristiano, Simao, Nani, Quaresma; la n¨®mina de regateadores excelsos es interminable y Gelson es el ¨²ltimo gran eslab¨®n. Esa velocidad y esa cintura se van a cotizar por todo lo alto este verano. Lucas lo pudo comprobar y tuvo que dejarle alg¨²n recado tobillero. El protagonismo de Piccini y Gelson derivaba en el academicismo cl¨¢sico del desborde y el centro al ¨¢rea, donde esperaba el larguirucho Bas Dost. El holand¨¦s tuvo el empate en su cabeza tras una subida imponente y una buena rosca del lateral derecho italiano.
La ocasi¨®n ven¨ªa a reafirmar el crecimiento del Sporting. Lo pudo concretar Gelson armando una jugada vertiginosa en tres toques en una mala circulaci¨®n del Atl¨¦tico en el centro del campo. A la carrera y por el medio, el chico fue a citarse con Oblak. Una vez m¨¢s, el meta esloveno convirti¨® su porter¨ªa en un gua achicando los espacios y aguantando el momento del remate.
Sacudido, el Atl¨¦tico se levant¨® con otro error del Sporting. Esta vez fue Mathieu, que no acert¨® a interceptar con solvencia un taconazo de Sa¨²l. A su lado pululaba Griezmann, que sali¨® flechado hacia la porter¨ªa de Rui Patricio. Apur¨® el franc¨¦s la salida del meta luso para perfilarse y acomodarse una definici¨®n sutil y sencilla. Segundo error y segundo gol.
Ese paradigma del Atl¨¦tico pudo ser a¨²n m¨¢s rotundo en la reanudaci¨®n. De nuevo Coates regal¨® una pifia en un centro largo. La pelota le qued¨® muerta a Diego Costa y con espacio y tiempo para pensar. Demasiado quiz¨¢ para un goleador m¨¢s acostumbrado a disparar r¨¢pido que a meditar sus definiciones. Rui Patricio le caz¨® su intentona de sentarle con un regate. Ah¨ª estuvo la resoluci¨®n definitiva de una eliminatoria que Simeone trat¨® de finiquitar metiendo a Gameiro por Correa y retrasando a Griezmann. De nuevo, el dominio para el visitante y los intentos de contragolpe locales. Al Atl¨¦tico, el plan le dio para una media ocasi¨®n de Juanfran. Al Sporting para realzar la figura de Oblak, que repeli¨® con un parad¨®n un duro disparo de Bryan Ruiz que Montero, con el esloveno en el suelo, no remach¨®.
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