Salah, el pianista de Anfield
El delantero empatado con Messi en la pugna por la Bota de Oro se enfrentar¨¢ a la Roma, el equipo que abandon¨® en verano para integrarse en el Liverpool
Apenas supera el metro y setenta cent¨ªmetros de altura y le gusta galopar con el cuero pegado a su zurda. Dicen quienes le tratan que es reservado fuera de la cancha, pero que en ella se transforma en un l¨ªder. Puede jugar en punta, en cualquiera de los dos flancos o por detr¨¢s del delantero y esta temporada suma 29 goles en el campeonato de liga. Es Leo Messi, s¨ª, pero tambi¨¦n es Mohamed Salah. Ya hace tiempo que hay quien se anima a encontrar similitudes que ahora alienta la estad¨ªstica, empatados como est¨¢n adem¨¢s en la pugna por la Bota de Oro. El pasado verano el Liverpool pag¨® por el delantero egipcio 42 millones de euros, que pueden engrosarse en ocho m¨¢s si se cumplen determinadas variables, a la Roma. Ahora todos se volver¨¢n a encontrar para disputar una plaza en la final de la Liga de Campeones y reeditar un enfrentamiento memorable, aquel de 1984 cuando los ingleses ganaron en la tanda de penaltis su cuarta Copa de Europa en el Ol¨ªmpico romano. ¡°Es una buena oportunidad para borrar aquel recuerdo. Hay ganas de revancha¡±, explic¨® tras conocerse el emparejamiento el director deportivo de los italianos, el espa?ol Monchi.
Una de las primeras operaciones de Monchi al llegar la primavera pasada a su destino italiano fue cerrar el traspaso de Salah. Y explica que el futbolista no s¨®lo ten¨ªa pactado un acuerdo con el Liverpool sino que la Roma necesitaba hacer una venta antes del 30 de junio para cumplir con el fair-play financiero y no sufrir una sanci¨®n por parte de la UEFA. Todo ocurri¨® antes de que el pase de Neymar al Par¨ªs Saint-Germain disparase los precios y convirtiera lo que pag¨® el Liverpool por el jugador egipcio en calderilla futbol¨ªstica.
¡°No puedo decir que haya sido barato, pero tiene hambre y quiere ser mejor de lo que es¡±, explic¨® entonces Jurgen Klopp, el t¨¦cnico del Liverpool cuando empezaron a aflorar las cr¨ªticas por la inversi¨®n, en especial desde alg¨ªun integrante del influyente lobby de exjugadores del club. Tras 29 goles en 29 partidos de la Premier League y 8 en 9 de la Liga de Campeones, Salah ya parece una ganga y m¨¢s si se considera que su club ingres¨® luego cuatro veces m¨¢s por Coutinho de lo que cost¨® su goleador, que suma ocho goles en sus ¨²ltimos cinco partidos, inclu¨ªdo el que le marc¨® con su selecci¨®n a Portugal en la ¨²ltima ventana de las selecciones.
Salah cumplir¨¢ 26 a?os el mismo d¨ªa que Egipto debute en el pr¨®ximo Mundial contra Uruguay. A ¨¦l apunta despu¨¦s de que en los cinco ¨²ltimos partidos y ocjo goles que precis¨® su selecci¨®n para clasificarse ¨¦l dejase su sello con cinco anotaciones y dos asistencias. Pero antes tiene el reto de ayudar a llevar la sexta Copa de Europa a Anfield. No son objetivos menores para un tipo que confirma que el sue?o del futbolista es universal, que es posible llegar al estrellato desde el entorno m¨¢s inopinado. El de Salah est¨¢ en el delta del Nilo, en Najrij, una modesta villa entre El Cairo y Alejandr¨ªa que ahora medra gracias al dinero que reinvierte all¨ª el futbolista en dotarla de servicios de salud o educativos. All¨ª emergi¨® de un pedregal para convertirse en un fulgurante lateral izquierdo que acab¨® por adelantar su posici¨®n debido a su obsesi¨®n con el gol. No hubiera sido el primer futbolista con condiciones en quedarse en su limbo local, pero una tragedia acab¨® por convertirse en su gran oportunidad: la liga egipcia se suspendi¨® en febrero de 2012 cuando en un partido celebrado en Port Said 74 personas murieron y m¨¢s de 800 sufrieron heridas tras un tumulto.
En aquel momento Egipto hab¨ªa sellado su clasificaci¨®n para disputar los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres. Los futbolistas estaban parados y el Basilea se ofreci¨® a celebrar un amistoso en beneficio de las familias de las v¨ªctimas de Port Said. En aquella fr¨ªa noche suiza Salah entr¨® en el campo tras el descanso, marc¨® dos goles y el combinado norteafricano se llev¨® la victoria. Antes de que dejase el estadio, Salah ya hab¨ªa recibido una oferta para entrenar quince d¨ªas con el equipo helv¨¦tico. Y sin completarlos ya ten¨ªa el contrato sobre la mesa.
Su precio fue entonces de tres millones de euros. A?o y medio despu¨¦s el Chelsea pag¨® veinte por ¨¦l, pero all¨ª apenas inici¨® seis partidos como titular en doce meses de estancia. ¡°Se siente c¨®modo al espacio, como un extremo tradicional¡±, diagnostic¨® Mourinho. Pero Salah no es un extremo al que se le pueda demandar que trabaje en las coberturas de los laterales como le exig¨ªa el t¨¦cnico luso. Se trata de un delantero que puede partir de posiciones abiertas, pero al que le gusta transitar por todo el frente del ataque apoyado en su velocidad y una frialdad quir¨²rgica en la definici¨®n, faceta en la que m¨¢s ha mejorado en los ¨²ltimos meses. Cuando el Chelsea le cedi¨® a la Fiorentina en la operaci¨®n que llev¨® a Cuadrado a Stamford Bridge, present¨® credenciales con tres goles y una asistencia en sus primeros cinco partidos, dos de ellos tras salir desde el banquillo. De inmediato Vincenzo Montella cambi¨® un sistema con dos puntas para ubicarle en un 4-3-3 casi al servicio de su nueva estrella, que se cans¨® de trazar letales desmarques de ruptura. ¡°Tal vez solo Messi sea m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l con el bal¨®n en los pies¡±, dijo entonces el entrenador italiano.
La Fiorentina trat¨® de hacerse valer porque entend¨ªa que ten¨ªa el derecho a prorrogar la cesi¨®n, pero el jugador eligi¨® Roma. Se fue all¨ª cedido por el Chelsea y con una opci¨®n de compra que se hizo efectiva por 15 millones de euros tras otra campa?a en la que no dej¨® de crecer y sum¨® catorce goles y seis asistencias en la Serie A, n¨²meros que todav¨ªa mejor¨® un a?o despu¨¦s. ¡°Es el mejor futbolista que he entrenado¡±, zanj¨® Luciano Spalletti, su ¨²ltimo t¨¦cnico en Roma. Para el Liverpool se hab¨ªa convertido en una obsesi¨®n ficharle. Ya hab¨ªan fracasado cuando el Chelsea se les adelant¨® para reclutarlo desde el Basilea. ¡°Es muy especial jugar en el Liverpool y en la Liga de Campeones¡±, dice Salah. Y Klopp sostiene que no teme que el jugador fuerce ahora un traspaso. ¡°Se siente muy c¨®modo con nosotros y no queremos cambiar porque estamos construyendo algo muy bonito¡±, explica el t¨¦cnico alem¨¢n, que ha ido cosiendo los rotos que ten¨ªa en la meta, donde se consolida Karius sin grandes errores, o en la zaga, asentada tras el refuerzo de Van Dijk, para nutrir a sus delanteros, que marcan diferencias como pocos tridentes en el mundo.
Porque en un equipo tan apegado a la tradici¨®n, Sadio Man¨¦ (9 goles y 7 asistencias), Roberto Firmino (14 tantos y siete pases de gol) y Mohamed Salah (29 y 9) no hacen sino cumplir aquel dictado de Bill Shankly, c¨¦lebre estratega que sent¨® las bases del Liverpool triunfal, un mito que no gan¨® la Copa de Europa, pero dej¨® una hoja de ruta con sentencias para el recuerdo como la que ahora revive en Anfield: "Un equipo de f¨²tbol es como un piano. Necesitas a ocho personas que lo muevan y a tres que puedan tocar el condenado instrumento".
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