El Barcelona liquida la Liga y al Deportivo
Un triplete de Messi sella el campeonato para los cul¨¦s y firma el descenso de su rival
El Barcelona rubric¨® en Riazor un t¨ªtulo de Liga sin apenas tacha, un alir¨®n que llega tras encadenar 34 partidos sin derrota, incontestable triunfo para un equipo que por momentos, en algunos tramos del campeonato, dio la impresi¨®n de mandar con el freno puesto. Tambi¨¦n as¨ª lleg¨® a la cumbre tras ganar no sin apuros al Deportivo, que pierde la categor¨ªa despu¨¦s de cuatro a?os en el alambre. Le bast¨® al campe¨®n con exponer apenas algunas de sus virtudes, con guardarse bastantes, para entonar el alir¨®n y da?ar a un rival que sum¨® una digna derrota despu¨¦s de tanta indignidad como le acompa?¨® en esta campa?a. Todo sucedi¨® en un partido agradable de presenciar, un tanto carente de colmillo, pero bien jugado y pleno de magn¨ªficos detalles. Y con Messi
La excelencia del Barcelona en la final de Copa del Metropolitano no lleg¨® a Riazor. Para empezar Valverde reserv¨® en la banqueta a Iniesta, ovacionado cuando son¨® su nombre por megafon¨ªa. As¨ª le recibi¨® tambi¨¦n la gente cuando el t¨¦cnico le invit¨® a calentar en la banda o cuando le llam¨® para disputar los ¨²ltimos cuatro minutos. Sin el genio ahora en retirada falta categor¨ªa, pero no var¨ªan los planes. Otros deben hacer ahora camino en el Barcelona. Por ejemplo Coutinho, que se acost¨® en la zurda, su posici¨®n favorita para descolgarse hacia posiciones interiores cuando los cul¨¦s manejaban la pelota. Como Dembel¨¦ hac¨ªa lo propio desde el otro costado y por all¨ª se mov¨ªan Messi y Su¨¢rez y toda la corte de zagueros consiguiente el atasco fue monumental. Semedo y Jordi Alba no acabaron de darle la amplitud acostumbrada al equipo, as¨ª que el Barcelona se aprest¨® a tirar paredes imposibles en una baldosa con una llamada al virtuosismo. El Deportivo no se achant¨®, se despleg¨® con cierto gusto en el manejo, con codicia tambi¨¦n. Pero sin bal¨®n pag¨® por la tentaci¨®n de acunarse cerca de su meta. As¨ª lleg¨® el primer gol, a los seis minutos, un caracoleo de Dembel¨¦ que encontr¨® a Coutinho en la frontal con medio Deportivo en el ¨¢rea peque?a.
Marc¨® el brasile?o, que tiene f¨²tbol y pegada, que todav¨ªa debe acabar de aterrizar y encontrar su sitio, pero que tiene argumentos para entrar en el circuito de juego que lidera Messi y, lo que es mejor para su equipo, aportar una interesante cuota realizadora. Pero el gol no fulmin¨® al Deportivo, que derrotado, hundido y descendido, dej¨® orgullo. Tarde, pero orgullo. Jug¨® bien el equipo de Seedorf con bal¨®n, combin¨® m¨¢s de lo acostumbrado con el t¨¦cnico holand¨¦s. E hizo da?o sobre todo en centros al ¨¢rea que no eran aleatorios sino bien construidos. Le anularon el empate que cant¨® Riazor porque el linier hil¨® fino en un remate de Lucas P¨¦rez tras felino rechace de Ter Stegen a un testarazo de Albentosa. Se orden¨® el Deportivo con la pelota ante un rival tibio que expuso lo justo, en el que las intermitencias de Messi fueron su reflejo.
Pero hasta en sus d¨ªas menos lucidos aporta el fen¨®meno rosarino. Marc¨® el segundo tanto para su equipo despu¨¦s de que el Deportivo dejase pasar varias opciones para marcar y hasta pareci¨® excesivo. Acort¨® de inmediato Lucas P¨¦rez, todo en la recta final de la primera parte. Fue m¨¢s bello ese periodo que el segundo, pero no m¨¢s intenso porque acomodado el Barcelona en ataque en una circulaci¨®n balonman¨ªstica, el Deportivo no se olvid¨® en la caseta el mapa para da?arle. Volvi¨® a marcar con algo menos de media hora por jugar por mediaci¨®n de Emre ?olak, que mostr¨® en su celebraci¨®n el escudo que una minor¨ªa reprocha a ¨¦l y a sus compa?eros que no respetan. So?aron los blanquiazules con hacer la goma respecto al descenso como si fuese un ciclista tocado al que se le escapa el pelot¨®n. Se fue hacia arriba el antepen¨²ltimo del campeonato ante la perplejidad del Barcelona, que perdi¨® el hilo como en sus peores d¨ªas. Fall¨® Messi en varias puntillas y eso le incomod¨® lo suficiente como para activar su mejor versi¨®n. Empez¨® a jugar a falta de un cuarto de hora, mostr¨® gambeta, pase y remate y fabric¨® una belleza digna de sentenciar una liga, un gol de orfebre en el que se apoyo en su socio Su¨¢rez. Y todav¨ªa rubric¨® con otro m¨¢s para llevarse otro bal¨®n, otro hat-trick.
Festej¨® el Barcelona, que suma su s¨¦ptimo entorchado liguero en diez a?os, nada balad¨ª si se considera que durante un cuarto de siglo entre 1960 y 1985 apenas gan¨® uno, el que pilot¨® Johan Cruyff sobre el verde. Se le fue la Primera Divisi¨®n a uno de los nueve campeones de liga. No se le escap¨® en abril y ahora resta el sinsabor de c¨®mo con tanto bueno como tiene, y tambi¨¦n con notorias carencias que le han condenado, se puede despedir de su sitio entre los grandes rumbo a un ignoto purgatorio.
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