Espa?a se deja sorprender por Suiza
Al rival de La Roja le basta un solo tiro para empatar un amistoso que el equipo de Lopetegui domin¨® con gran solvencia mientras Iniesta dirigi¨® la presi¨®n en campo contrario
Espa?a sald¨® con un peque?o borr¨®n su primer partido de preparaci¨®n camino del Mundial de Rusia. Despu¨¦s de dominar con alardes a Suiza, equipo cumplidor de la segunda l¨ªnea europea, concedi¨® un remate en una cadena de errores defensivos m¨¢s o menos previsibles. Las ausencias fundamentales de Isco, Ramos, Carvajal, y, a ¨²ltima hora, de Busquets por gastroenteritis, justifican hasta cierto punto la falta de contundencia. Odriozola, con un gol muy vistoso, ocup¨® con bastante oficio la banda que el destino parece reservarle para el d¨ªa del debut contra Portugal. El mejor de la cancha volvi¨® a ser Iniesta.
ESPA?A, 1 - SUIZA, 1
Espa?a: De Gea; Odriozola (Nacho, m. 70), Piqu¨¦, Azpilicueta, Alba (Monreal, m.?78); Koke, Thiago; Aspas (Lucas V¨¢zquez, m.?45), Iniesta (Sa¨²l, m.?55), David Silva (Marco Asensio, m.?60); y Diego Costa (Rodrigo, m.?60).
Suiza: Sommer; Lichtsteiner (Lang, m.?63), Schar (Djorou, m.?45), Akanji, Ricardo Rodr¨ªguez (Moubandje, m.?78); Berhami (Gelson, m.?63), Zakaria; Shaquiri, Dzemaili (Embolo, m.?45), Zuber; y Seferovic (Drmic, m.?45).
Goles: 1-0. M. 29. Odriozola. 1-1. M. 52. Ricardo Rodr¨ªguez.
?rbitro: Istvan Kovacs (Ruman¨ªa). Amarilla a Sa¨²l y a Zuber.
18.350 espectadores en La Cer¨¢mica.
Cada selecci¨®n es un entramado de complicidades y Espa?a se aferr¨® a sus socios m¨¢s frecuentes para encauzar el juego. Cada tres veces que Thiago y Piqu¨¦, los iniciadores, oteaban el horizonte, dos eran para buscar a Iniesta. A partir del manchego, la l¨ªnea del juego conect¨® con Alba y Silva de manera espont¨¢nea. La sucesi¨®n de variaciones result¨® suficiente para mantener a raya a Suiza, primero replegada y despu¨¦s ahogada en su campo. El primer tiro de la noche fue por esa v¨ªa en una acci¨®n m¨¢s directa. Piqu¨¦ abri¨® para Alba con un lance de 40 metros, el lateral combin¨® con Silva y el mediapunta sirvi¨® el bal¨®n a Diego Costa, que la dej¨® pasar con un escorzo. Koke recibi¨® y dispar¨®. Hubo un rechace y Thiago estuvo a punto de mandar el segundo remate a la red. La maniobra descubri¨® el poder de Espa?a para pelar la defensa rival, completamente expuesta ante los toques r¨¢pidos. Tambi¨¦n descubri¨® las dificultades de Costa para actuar cuando solo hay tiempo para dar un toque.
El viejo Madrigal se entreg¨® a Iniesta en prolongadas ovaciones. El p¨²blico tuvo argumentos. Iniesta fue el jugador m¨¢s deslumbrante y el m¨¢s influyente sobre la cancha. ¡°Est¨¢ m¨¢s vigente que nunca¡±, lo elogi¨® Lopetegui, tras sustituirlo para no desgastarle. El hombre acomete sus ¨²ltimos partidos como profesional en la m¨¢xima exigencia en un avanzado estado de lucidez. Su sentido organizativo tuvo impacto en todas las tareas que exigi¨® el partido, desde la distribuci¨®n hasta la defensa, actividades que desarroll¨® con naturalidad excelentemente acompa?ado por Thiago y Koke. Anclado en el mediocentro, el volante del Bayern hizo una exhibici¨®n de aquello que menos acostumbra: ejecutar con sobriedad las tareas administrativas.
La selecci¨®n demostr¨® en la primera parte lo que tan bien afin¨® en dos a?os con Lopetegui. Cuando invadi¨® el campo de Suiza con toda su gente, con Piqu¨¦ a 45 metros del ¨¢rea de Sommer, el equipo manej¨® la palota a una velocidad ¨²nica y se coordin¨® a la perfecci¨®n cada vez que la perdi¨® para volver a recuperarla inmediatamente. En estas tareas, poco apreciadas por el p¨²blico, Iniesta, Koke, Silva y Thiago demuestran ser verdaderos maestros. Los suizos no lograron generar un solo contragolpe en estas circunstancias. Seferovic, el encargado de lanzar los ataques a esos 50 metros vac¨ªos, se vio superado por los ejercicios espa?oles de presi¨®n. Pocas defensas est¨¢n mejor cualificadas para este tipo de maniobras.
El partido transcurr¨ªa sin novedades en la banda derecha cuando a la media hora Thiago se apoy¨® en Aspas. El gallego, que ejerci¨® de falso extremo, se ofreci¨® entre l¨ªneas y descarg¨® en Odriozola con un toque r¨¢pido de gran precisi¨®n. Este gesto, aparentemente tan sencillo, es algo que jam¨¢s le vemos hacer a Costa. Y es algo necesario para mover a los marcadores rivales. Tan importante que dej¨® a Odriozola libre con varios metros por delante en una zona sensible. El vasco, cuya presencia ha ganado en relieve tras la lesi¨®n de Carvajal, alcanz¨® la l¨ªnea de fondo y envi¨® un centro largo. Lo recogi¨® Silva en el otro costado antes de devolver la pelota a la frontal del ¨¢rea. All¨ª apareci¨® Odriozola de nuevo. Aprovechando que los suizos se hab¨ªan movido en direcci¨®n al arco empalm¨® de media volea. Golpe¨® con el exterior y clav¨® el bal¨®n pegado al palo lejano. El golazo coron¨® un trabajo bien hecho, al menos hasta el momento.
Iniesta tuvo el 2-0 en un par de llegadas que culmin¨® con tiros ligeramente desviados. Sin acierto para abrir brecha, los problemas de Espa?a no tardaron en revelarse. No son nuevos. Sucede cuando el equipo se retrasa unos metros para esperar al oponente en eso que los t¨¦cnicos llaman bloque medio. Todos juntos sobre el c¨ªrculo central, bien formados alrededor de Thiago, trataron de provocar el error de los suizos para salir con velocidad al espacio con pases a Costa. La cosa no funcion¨® porque los jugadores espa?oles no parecen los mejor dotados para defender de esa manera. En la medida en que les cuesta recuperar la pelota, la presencia de Costa se vuelve inocua. Si la posesi¨®n del adversario se prolonga, las dificultades se acumulan. Si el repliegue se profundiza, suenan las alarmas. Con los centrales metidos en su ¨¢rea Espa?a es muy vulnerable. Result¨® claro en la primera parte y manifiesto en la segunda, con el empate de Rodr¨ªguez. El lateral entr¨® solo al segundo palo para pillar un tiro que De Gea no bloc¨® y su zaga no atin¨® a despejar.
Suiza trae malos recuerdos a los veteranos. No olvidan que fue el rival que los derrot¨® en su primera jornada del Mundial de Sud¨¢frica. Es un equipo muy solvente pero ayer vivi¨® hasta donde se lo permiti¨® Espa?a. Les bast¨® con un tiro entre los tres palos y un poco de suerte en su ¨¢rea, en donde se parapet¨® con sus bigardos. El asedio final result¨® precipitado e insuficiente. Iniesta ya no estaba en el campo. Lo abandon¨® con el 1-0.
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