Espa?a tropieza con Costa
Varios veteranos recelan de la idoneidad del punta, titular otra vez ante Suiza en un partido en el que solo Rodrigo, de los cinco atacantes m¨¢s avanzados, logr¨® un tiro a puerta
El autob¨²s negro con los cristales ahumados y la columna de furgonetas oscuras que transport¨® a la selecci¨®n espa?ola y al personal de apoyo hasta el estadio de La Cer¨¢mica el domingo pasado se desliz¨® con la solemnidad luctuosa de un cortejo f¨²nebre entre la multitud agitada de se?oras, se?ores, ni?os y ni?as vestidos de rojo que se agolparon en la calle Blasco Ib¨¢?ez intentando ver a sus ¨ªdolos. Solo vieron polic¨ªas montados, imponentes antidisturbios de brazos tatuados y sombras con auriculares pasar zumbando detr¨¢s de ventanas opacas. ?nicamente el flamante presidente de la federaci¨®n, Luis Rubiales, se permiti¨® hacer lo que so?aba la chiquiller¨ªa: abrazar al seleccionador, Julen Lopetegui, y dar calor a los integrantes de la comitiva seg¨²n iban entrando al recinto a jugar el primer partido de la nueva era administrativa. El primer encuentro de preparaci¨®n para el Mundial de Rusia. Un tr¨¢mite que constatar¨ªa la continuidad de una vieja contradicci¨®n. Espa?a empat¨® con Suiza (1-1) despu¨¦s de demostrar lo que demuestra desde hace m¨¢s de ocho a?os: que es la selecci¨®n con m¨¢s f¨²tbol del planeta y que sigue experimentando grandes dificultades para llegar al gol.
La pertinaz titularidad de Diego Costa en el v¨¦rtice del ataque ¡ªtambi¨¦n ante Suiza¡ª representa la gran paradoja de La Roja. Si la sofisticaci¨®n del m¨¦todo, el an¨¢lisis y la capacidad organizativa del seleccionador Julen Lopetegui han elevado las posibilidades de Espa?a a niveles desconocidos, la decisi¨®n de colocar a Costa como nueve de referencia amenaza con contrarrestar la evoluci¨®n. En el ensayo general ante Suiza, un adversario que Lopetegui eligi¨® especialmente por su parecido con Portugal, primer rival mundialista, qued¨® patente una vez m¨¢s. Costa es el mejor jugador que existe para equipos que se encierran en su campo y buscan la contra; exactamente lo que no saben hacer Busquets, Piqu¨¦, Iniesta, Silva, Isco, Alba o Thiago.
Contra Suiza el nueve hispanobrasile?o disput¨® su partido 18 con Espa?a, el 17? como titular. Sus compa?eros ya saben que ¨¦l ¡ªa diferencia de Morata¡ª no est¨¢ dispuesto a ser suplente de buena gana con tal de que le convoquen. As¨ª lo ha transmitido a pesar de los problemas que exhibe cada vez que se incrusta entre defensas que esperan metidas en caja, como le suele ocurrir a Espa?a en la pr¨¢ctica totalidad de los partidos. Costa ha anotado solo siete goles. Sus v¨ªctimas en partido oficial han sido Luxemburgo (1), Liechtenstein (2), Israel (1) y Macedonia (1). Su ¨²nica participaci¨®n mundialista coincide con el mayor fracaso espa?ol desde 2008. Fue titular contra Holanda (1-5) y contra Chile (0-2) en las dos derrotas que dejaron a la selecci¨®n fuera de la Copa de 2014.
La desconfianza no es la mejor manera de ensamblar un equipo como Espa?a, basado en la asociaci¨®n continua. Los jugadores saben demasiado bien que si le dan la pelota a Costa existen m¨¢s de un 50% de posibilidades de que la jugada se interrumpa, circunstancia que les obligar¨¢ a hacer esfuerzos defensivos que van contra la naturaleza f¨ªsica de la mayor¨ªa. La estad¨ªstica comparativa de los atacantes espa?oles contra Suiza prueba una disfunci¨®n. Silva toc¨® 68 balones y perdi¨® nueve; Asensio toc¨® 34 y perdi¨® ocho; Rodrigo toc¨® diez y perdi¨® dos; Aspas toc¨® 24 y perdi¨® nueve; y Costa toc¨® 22 y perdi¨® nueve.
A ning¨²n equipo en el mundo le hacen m¨¢s da?o las p¨¦rdidas de bal¨®n que a Espa?a porque ninguno depende tanto de mantener la posesi¨®n. Para atacar y para defender. Esto lo sabe el seleccionador, que, sin embargo, ha resuelto solidarizarse con Costa cuando surgen dudas. En Vila-real le preguntaron si no cre¨ªa que el nueve era un futbolista demasiado r¨ªgido para encajar en el modelo. La respuesta de Lopetegui fue monosil¨¢bica: ¡°no¡±.
Suiza demostr¨® la clase de resistencia que se encontrar¨¢ Espa?a en las pr¨®ximas semanas. Equipo disciplinado, fuerte, entusiasmado ante un gran torneo, solo hab¨ªa recibido cuatro goles en 14 partidos antes de visitar La Cer¨¢mica. Metido en su ¨¢rea, solo concedi¨® un gol de los ocho tiros que le hicieron. Cuando Espa?a perdi¨® ¡ªo cedi¨®¡ª la iniciativa, Suiza supo administrar las jugadas con cierto oficio. El suficiente para evidenciar que a la Roja le cuesta defender cuando retrocede. Antes de marcar su gol, Suiza dio 14 pases, siete de ellos en campo rival con los 11 jugadores espa?oles en posiciones retrasadas.
Lopetegui, optimista
Lopetegui se mostr¨® satisfecho, dada la situaci¨®n: ¡°Es cierto que no hemos estado afortunados como otras veces ante el gol. Pero me ha gustado que pr¨¢cticamente no nos han generado ocasiones. Si aprovechamos la mitad de ocasiones que nosotros creamos el resultado ser¨¢ otro¡±.
El optimismo del entrenador es l¨®gico, pero la falta de remate de los atacantes no parece normal. No hay goles sin ocasiones y no hay ocasiones sin disparos a porter¨ªa. La l¨ªnea m¨¢s avanzada, sucesivamente compuesta por Costa, Aspas, Silva, Moreno y Asensio, solo logr¨® un tiro entre los tres palos suizos en 90 minutos de acci¨®n. El autor fue Rodrigo Moreno, que entr¨® en la segunda parte. Costa remat¨® una vez y rebot¨® en un defensa. El rematador m¨¢s prol¨ªfico lleg¨® desde la segunda l¨ªnea. Fue Iniesta (dos tiros a puerta), que no tiene un disparo especialmente potente.
Son varios los veteranos que asisten con estupor a la alineaci¨®n y a las previsibles tribulaciones de Costa. No olvidan que la selecci¨®n se desatasc¨® en el Mundial de 2010 cuando Del Bosque sustituy¨® al nueve puro por los atacantes ¨¢giles y livianos, y que en 2012 se llev¨® la Eurocopa con la misma f¨®rmula.
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