El reto de Bob Mart¨ªnez
El t¨¦cnico espa?ol tiene una concepci¨®n inglesa de la direcci¨®n. Necesita ser m¨¢nager, no solo entrenador, lo que le hizo decir no al Liverpool
Steve Martin, Chevy Chase y Martin Short protagonizaron en 1986 una comedia titulada Three Amigos, sobre unos chalados que se lanzaban a la aventura en un pueblo mexicano para acabar siendo considerados h¨¦roes. As¨ª llamaron en Inglaterra a tres espa?olitos que abrieron huella en el futbol brit¨¢nico de los 90: Seba, Isidro D¨ªaz y Roberto Mart¨ªnez, que cambiaron el Real Zaragoza por el Wigan de la tercera divisi¨®n.
Los dos primeros acabaron volviendo, pero no Roberto. Como jugador enganch¨® y como entrenador consigui¨® el mayor hito de la historia del club: se llev¨® la FA Cup derrotando en la final 1-0 al City de Kun, T¨¦vez y Silva, entrenado por Mancini.
Una proeza de esa magnitud llam¨® la atenci¨®n de varios clubes, aunque su trabajo en el Spanish Swansea hab¨ªa sido ya lo suficientemente bueno. Su primera temporada en el Everton roz¨® la excelencia, por lugar en la tabla y por calidad de juego.
Despu¨¦s la cosa se torci¨®: no hubo feeling con los nuevos due?os y acabo siendo destituido. Mart¨ªnez tiene una concepci¨®n inglesa de la direcci¨®n. Necesita ser m¨¢nager, no solo entrenador, lo que le hizo decir no Liverpool.
Bob vuelve a ser Roberto desde que la federaci¨®n belga lo eligi¨® como sustituto del temperamental Wilmots, que tan mal no lo hizo en el Mundial de Brasil, donde alcanz¨® los cuartos, el mismo punto que en la ¨²ltima Eurocopa. La sensaci¨®n es que queda ese paso, esa barrera que Espa?a no tumbaba ni por asomo. Necesitaban un entrenador tozudo en la idea, y esa idea coincide con el ADN del futbolista belga, de una generaci¨®n a la que le sobra calidad, a la que falta una fuerte dosis de mentalidad ganadora para romper y dejar el segundo escal¨®n.
Roberto Mart¨ªnez afronta el mayor reto de su carrera. Se presentar¨¢ en Rusia con una de esas decisiones que pueden echarle en cara, y ¨¦l lo sabe. Dejar fuera de la selecci¨®n a Nainggolan no es nada popular. Prescindir del ¨²nico guerrero que puede pasar por ¡°diablo rojo¡± por su car¨¢cter est¨¢ formando una cola de cr¨ªticos que tocar¨¢ a su puerta si la cosa no funciona. El entrenador ha arriesgado. Ha tomado el camino dif¨ªcil. La realidad es que el centrocampista de la Roma es un generador nato de pol¨¦micas, sobre todo fuera del campo, un disparo que bien te puede pegar en el pie en una concentraci¨®n tan larga. Veremos si la valent¨ªa de Mart¨ªnez tiene premio. B¨¦lgica toca a la puerta.
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