Falsos extremos bajo vigilancia
Lopetegui se plantea jugar con un esquema que permita dos puntas, cuestionando a Isco y Silva para liberar a Diego Costa
Dicen sus amigos que no hay nadie m¨¢s inquieto que Diego Costa con tiempo libre durante una concentraci¨®n. El hombre, cari?oso, bonach¨®n e hiperactivo, los abraza, les pellizca las orejas, les hace caranto?as. No para. Lo mismo que en el campo, su actividad es permanente. Siempre quiere ayudar y, cuando no lo consigue, sufre. Se siente encerrado. Frustrado. Ansioso. Tal y como le han visto en los dos amistosos que ha disputado Espa?a con escasa fortuna frente a Suiza y T¨²nez para preparar el Mundial que arranca este jueves en Rusia. Hasta el punto de que el s¨¢bado pasado el seleccionador, Julen Lopetegui, le vio tan agobiado que lo primero que hizo fue cambiar todo el esquema t¨¢ctico para brindarle el espacio que le liberar¨ªa.
Lopetegui modific¨® el dibujo y Espa?a pas¨® de jugar con el 4-3-3 que le ha dado la gloria futbol¨ªstica a hacerlo con un 3-5-1-1 con otro perfil de jugadores. Con Nacho en lugar de Odriozola; con Lucas en lugar de Silva; y con Koke en lugar de Thiago.
El t¨¦cnico se enorgullece de haber dotado a la selecci¨®n de lo que ¨¦l denomina ¡ªsin m¨¢s especificaci¨®n¡ª ¡°opciones¡± o ¡°matices¡±. Pero en el seno del vestuario comienzan a sospechar que detr¨¢s de estos movimientos y de estas expresiones eufem¨ªsticas se camufla un verdadero cambio de estilo. La antesala del 4-4-2, el modelo t¨¢ctico que Valverde practic¨® en el Bar?a para aprovechar las carreras de sus atacantes a la espalda de los defensas rivales o, salvando las distancias, el mismo soporte que emplea Simeone para que Diego Costa manifieste en el Atl¨¦tico aquello que le convierte en un punta temible. El m¨¢s eficaz del mundo para jugar al contragolpe.
¡°El partido ped¨ªa dos puntas¡±, dijo Lopetegui el s¨¢bado, tras la preocupante actuaci¨®n de Espa?a; ¡°es una opci¨®n que manejamos. ?Por qu¨¦ no? Son opciones para momentos del partido. Quiz¨¢s de inicio no, o s¨ª. No lo s¨¦¡±.
Hay en el entorno de la selecci¨®n quien calcula que un punta m¨¢s supone un centrocampista menos. Estas fuentes sospechan que en su abnegaci¨®n por hacer feliz a Costa el seleccionador es capaz hasta de derribar con una pica la gran obra que caracteriz¨® su labor durante la fase de clasificaci¨®n. Esto es, la colocaci¨®n de Busquets como mediocentro ¨²nico y el despliegue de dos falsos extremos a pierna cambiada, Isco a izquierda y Silva a derecha.
La sombra del 4-4-2
No son pocos los analistas que trabajan para clubes que se han asombrado ante el ensamblaje de estos jugadores por la dificultad que entra?a evitar que se superpongan con los mediapuntas. Lopetegui lo logr¨® con un excelente trabajo de campo. Tanto Isco como Silva le respondieron con goles decisivos.
¡°Los falsos extremos¡±, dice Silva, ¡°tenemos que aportar gol porque sabemos que hay pocos espacios para el delantero. Nosotros llegando desde atr¨¢s tenemos que hacer goles para ayudar al equipo. Creo que lo hemos hecho durante toda la clasificaci¨®n. Llevo muchos goles para ser medio, y estoy contento¡±.
La mutaci¨®n para jugar con dos puntas no solo pondr¨ªa en peligro la supervivencia de los dos falsos extremos. Tambi¨¦n har¨ªa inviable el mecanismo de presi¨®n adelantada que lleva ejecutando con tanta precisi¨®n la selecci¨®n bajo la direcci¨®n de Busquets desde 2009.
El 4-3-3 permite escalonar a los futbolistas y avanzar posiciones con mucha mayor seguridad. El 4-4-2 obliga a juntar las l¨ªneas del mediocampo y la zaga en un proceso de acciones encadenadas que suelen retrasar la presi¨®n para evitar exponer a los equipos al pase interior del rival. Por contra, se liberan huecos en el campo adversario. Carriles por donde podr¨ªan correr los delanteros fogosos. Praderas en las que Diego Costa dejar¨ªa de sufrir en los espacios reducidos a cambio de que Isco, Silva, Thiago, Busquets, Alba o Iniesta comiencen a sufrir por ¨¦l.
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