Cristiano se sacude la tensi¨®n a lo grande

A la cabeza de la columna espa?ola, Sergio Ramos iba saliendo del vestuario al vest¨ªbulo que conecta con el campo de Sochi cuando vio a Cristiano de reojo. Primero, le examin¨®, como midiendo su grado de enajenaci¨®n. El portugu¨¦s hac¨ªa ejercicios respiratorios para liberar tensi¨®n con la mirada perdida en la nada, envuelto en su m¨ªstica particular, como si interpretara el papel que m¨¢s le emociona: ser Cristiano. Si la identidad se confunde a menudo con la actividad productiva, el paradigma del caso m¨¢s extremo es CR7, el hombre y la marca.

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Ramos se le acerc¨® y le dio un abrazo. ¡°Suerte, hermano¡±, le dijo. El f¨²tbol es expansivo y provoca coincidencias raras. Los dos l¨ªderes m¨¢s carism¨¢ticos del vestuario del Real Madrid se reencontraron brevemente al pie del C¨¢ucaso y se dedicaron la clase de gestos de admiraci¨®n y respeto mutuos que entreteje la relaci¨®n de tantas parejas en el campo de juego. Sumaban cuatro Mundiales cada uno.

La Justicia espa?ola acababa de condenarle a dos a?os de c¨¢rcel y el pago de 18,9 millones de euros por un delito de fraude fiscal. El asunto le enfurec¨ªa. Dio pruebas de ello en su tremenda comparecencia en los tribunales, hace un a?o, y este viernes en Sochi su rostro reflejaba la clase de ¨¦stado mental que ha aprendido a alcanzar en situaciones de presi¨®n. A los tres minutos hab¨ªa provocado un penalti y met¨ªa el 1-0. El primero de los tres goles que empujaron a Espa?a al borde del despe?adero y le colocaron a ¨¦l al frente de la lista de los bombarderos en Rusia. Tres goles en los ¨²nicos tres disparos a puerta de Portugal.

¡°Cristiano es proclive a tirarse¡±, dijo Piqu¨¦ tras el partido. Nada m¨¢s pisar el ¨¢rea, y antes de que Nacho consiguiera retroceder, el portugu¨¦s le hizo un regate largo y le busc¨® el cuerpo. ¡°Contacto hubo¡±, lament¨® Nacho; ¡°pero m¨¢s porque ¨¦l me contact¨® que porque yo contactara con ¨¦l. No me dio tiempo a retirar la pierna¡±.

El tanto proporcion¨® al portugu¨¦s un placer nuevo. Cristiano suma seis goles en los 14 partidos mundialistas que lleva disputados desde 2006. Esto lo integra en el grupo de jugadores que marcaron en cuatro Mundiales diferentes: Seeler, Pel¨¦ y Klose.

El debut del delantero madridista en Rusdia fue mucho m¨¢s feliz que su debut en Brasil, en 2014. Entonces sufr¨ªa una tendinitis en la rodilla derecha y cay¨® goleado en Bah¨ªa ante Alemania (4-0) en el preludio de un torneo que acab¨® desquiciado, sin apenas dejar huella y enfrentado a parte del equipo de Portugal.

Sin preguntas de la prensa

La organizaci¨®n le dio el premio al mejor jugador del partido patrocinado por Budweiser. En el acto no permitieron preguntas a la prensa. Quiz¨¢ para evitar el asunto de la condena por evasi¨®n, las preguntas las hizo una persona designada por la multinacional cervecera. ¡°Estoy muy feliz¡±, dijo el jugador, ¡°ser uno de los cuatro jugadores que ha marcado en cuatro Copas mundiales es una marca personal bonita, una m¨¢s en mi carrera, pero para m¨ª lo m¨¢s importante enfatizar lo que ha hecho el equipo. No somos favoritos, somos candidatos y debemos ir partido a partido. ?Hoy casi han sido tres puntos! ?Nos hemos adelantado dos veces!¡±.

Autor de un hat-trick, Cristiano tambi¨¦n iguala a Puskas con 84 goles como el segundo m¨¢ximo goleador de l historia en todas las selecciones.

Diego Costa, el otro goleador de la noche, autor de dos tantos para La Roja, se mostr¨® generoso con su colega. ¡°?Ya sabemos c¨®mo es!¡±, dijo el hispanobrasile?o. ¡°La gente que habla mal de Cristiano tiene alg¨²n problema. Porque cada temporada marca 30 o 50 goles. Si a m¨ª me dec¨ªan que iba a poder marcar m¨¢s de un gol en un Mundial lo habr¨ªa firmado¡±.

Fernando Hierro, el seleccionador espa?ol, se encogi¨® de hombros: ¡°Cuando uno tiene enfrente un jugador como Cristiano pueden pasar estas cosas; en los mejores momentos nuestros, cuando est¨¢bamos teniendo posesiones largas, hubo una circunstancia, un detalle, y ¨¦l nos meti¨® el 2-1. Es una suerte para quien lo tenga. Pero yo no lo cambiaba por ninguno de los nuestros¡±.