De Gea, s¨ª o s¨ª
Hierro insiste en su confianza en el meta y asegura que se ha tomado con naturalidad su error ante Cristiano Ronaldo
Si hay algo que Fernando Hierro tiene rotundamente claro es la continuidad de De Gea como portero titular. Pese a sus errores frente a Argentina y Suiza, y su pifia ante Cristiano, el seleccionador no contempla ninguna permuta. ¡°La decisi¨®n est¨¢ en mi cabeza y la tengo clara, muy clara¡±.
Hierro, como ya hiciera tras el partido contra Portugal, transmiti¨® este lunes todo su ¡°afecto¡± y ¡°confianza¡± por el portero del United. El entrenador tiene tanta fe en De Gea que ni siquiera ha conversado con ¨¦l tras su chasco. ¡°Al d¨ªa siguiente del partido todos tuvimos el d¨ªa libre, nuestro espacio. Y eso es bueno. Psicol¨®gicamente, no siempre conviene la acci¨®n-reacci¨®n¡±. Hierro ha consultado con el preparador de porteros, Jos¨¦ Manuel Ochotorena, y ¨¦ste le ha transmitido que De Gea ¡°est¨¢ tranquilo, se entrena como siempre y se lo ha tomado con naturalidad¡±. A Hierro no le ha sorprendido el debate abierto sobre la porter¨ªa. ¡°Antes era por el delantero, por el medio centro... Ahora toca por la porter¨ªa¡±.
Zubi, Molina y Casillas
Uno de los c¨®digos del f¨²tbol remite a que el jugador no se le debe se?alar para mal. Y el credo se acent¨²a entre quienes sostienen que los porteros, que habitan consigo mismo como un solo, tienen una sensibilidad especial. Son un caso aparte. As¨ª lo entendi¨®, por ejemplo, Javier Clemente cuando en el Mundial de 1998 mantuvo a Andoni Zubizarreta, muy cuestionado tras la derrota con Nigeria en Nantes. Zubi opt¨® por dejar su palo abierto en un centro de Lawal que supuso el 2-2 antes de la banderilla final de Oliseh. El vasco, que hab¨ªa anunciado su retirada al t¨¦rmino del torneo, compet¨ªa con Molina y Ca?izares, ambos en pleno apogeo. Zubizarreta concluy¨® el campeonato como titular y baj¨® el tel¨®n a su carrera.
El div¨¢n de Jos¨¦ Antonio Camacho, sucesor de Clemente, no fue el mismo con Molina. En el estreno en la Eurocopa de 2000, el meta tuvo un fallo decisivo ante Noruega al no medir bien en una salida ante Iversen. Fue el emboque del 1-0 final. En el banquillo estaban reclutados Ca?izares y un jovenc¨ªsimo Casillas (19 a?os). Los dos acababan de disputar la final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Valencia. Camacho no titube¨® y Molina vio a Ca?izares como titular hasta la eliminaci¨®n con Francia.
En los dos episodios, el de Zubizarreta y el de Molina, estuvo por el medio el actual seleccionador. Como centinela defensivo, Hierro no quitaba ojo a los porteros. Como es l¨®gico, marcaban sus tareas como zaguero. Por ejemplo, en el Madrid de comienzos de siglo que dirig¨ªa Vicente del Bosque, el malague?o insist¨ªa una y otra vez en el aprendizaje del a¨²n novato Casillas en las salidas. A Iker le gustaba la sombra del larguero y a Hierro le disgustaba que de tanto tener que despejar de cabeza le doliera la espalda. Con laterales como Salgado y Roberto Carlos y un medio centro tambi¨¦n de bajo techo como Makelele, las bater¨ªas antia¨¦reas del Real se limitaban a Hierro, Helguera y Morientes. C¨¦sar termin¨® por suplir a Casillas hasta que se lesion¨® en la final de la Copa de Europa de 2002. Ah¨ª despeg¨® la leyenda de Iker. A Hierro, seguramente, tambi¨¦n le gustar¨ªa que De Gea volara m¨¢s por el ¨¢rea. Quiz¨¢ ya est¨¦n en ello.
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