Neymar crece y Brasil se pone seria
La 'Canarinha' se deshace de la atrevida M¨¦xico con un partido sobrio y una actuaci¨®n determinante de su estrella
Jugando a dos barajas, Brasil ya est¨¢ en cuartos de final. M¨¦xico, osada en su propuesta, sigue anclada en los octavos de final. Fue valiente de saque para mirarle a la cara a los pentacampeones, pero fue v¨ªctima de ese doble juego del que Tite parece haber dotado a la Canarinha. Primero aguant¨® las embestidas mexicanas a la europea, con una defensa de los espacios cartesiana. Acept¨® que el empuje de los mexicanos le obligaba a replegarse en su campo y esper¨® a que la asfixiante temperatura les vaciase el dep¨®sito. Para ganar, a Brasil no le hizo falta un Coutinho estelar, ni un Neymar deslumbrante, aunque s¨ª puntual para ganar el partido, que no es poco. Le bast¨® con algunos de sus detalles y con la velocidad punta de Willian, que se ha sentado definitivamente como el tercer hombre de Tite para el desequilibrio. Exist¨ªa la duda antes del Mundial, de si el seleccionador brasile?o iba a apostar por un trivote (Fernandinho, Casemiro, Paulinho) o si iba a atreverse con?Willian una vez que el diez y el once son intocables. Su apuesta se la ha agradecido?Willian con desborde y trabajo.
Transmite este Brasil de Tite la sensaci¨®n de ser un equipo muy serio y bien organizado atr¨¢s. Sobrio y certero para elegir cuando tiene que ensuciarse en el trabajo de zapa y cuando lucirse. Encaja poco, solo un gol, y cuando decide pegar es un martillo pil¨®n por la dinamita que tiene arriba. Cierto es que Gabriel Jes¨²s sigue sin marcar, por tambi¨¦n que su figura encaja mucho en esa versi¨®n gremial en la que sus demarques y su fijaci¨®n de los centrales le concede espacios a Neymar, a Coutinho y a la llegada de la segunda l¨ªnea.
Con una salida ambiciosa, M¨¦xico desafi¨® al calor y se fue a buscar arriba a Brasil. Un atrevido suicido que le dio para mandar en el primer tercio del partido. Le quit¨® la pelota a Brasil, agarrado en la figura de M¨¢rquez como un viejo l¨ªbero adelantado por delante de Salcedo y Ayala. Para la vejez futbolera siempre se dijo que esa posici¨®n, ya en desuso, era un buen lugar desde donde seguir gobernado los partidos. Ya sin velocidad, pero con la sabidur¨ªa para la colocaci¨®n en el quite y el temple para el toque f¨¢cil. Apoyado en la superioridad que le daba M¨¢rquez, en los apoyos de Herrera y Guardado y en esa presi¨®n corajuda, el bal¨®n fue suyo. La fervorosa hinchada mexicana, coreaba con ol¨¦s cada toque. Por momentos, M¨¦xico pareci¨® vestirse de Brasil. Sucedi¨® que a ese dominio y a ese brutal desgaste no le sac¨® r¨¦dito. Muri¨® casi siempre en el balc¨®n del ¨¢rea brasile?a, donde Miranda y Thiago Silva son un muro que igual repele disparos, centros o gana los duelos a¨¦reos. No estuvo fino ni el prometedor Lozano, ni punzante Carlos Vela. Ni uno ni otro han repetido el sensacional partido con el que pusieron el campeonato patas arriba atropellando a Alemania.
Ha ido M¨¦xico de m¨¢s a menos en el torneo y tambi¨¦n se desaceler¨® en la t¨®rrida Samara. A la que M¨¢rquez se fundi¨®, comenz¨® a emerger Brasil, recluida en su campo hasta cerca de la media hora de juego. Fue Neymar el que dio el primer avis¨® del despertar brasile?o. Rompi¨® dentro del ¨¢rea en medio palmo a Ayala y exigi¨® a Ochoa su primera buena intervenci¨®n de la tarde.
Que M¨¢rquez se hab¨ªa vaciado, lo corrobor¨® que Osorio ya le dejara en la caseta para afrontar el segundo acto con la velocidad de Lay¨²n y el abandono de la defensa de tres centrales. Con ese cambio, dispuso el mismo equipo con el que tumb¨® a los alemanes. Dio la sensaci¨®n de que el preparador colombiano hab¨ªa dise?ado dos partidos dentro uno. Neymar le revent¨® la idea con una jugada en la que mezcl¨® su velocidad con su imaginaci¨®n y el oportunismo de un nueve. Agarr¨® la pelota en el costado izquierdo e inici¨® un eslalon paralelo a la frontal del ¨¢rea. Cuando la defensa mexicana esperaba que se perfilara para el disparo se sac¨® un taconazo a Willian. Este, con un aceleraci¨®n prodigiosa sent¨® a su par y centro ras¨® al segundo palo. All¨ª emergi¨® Neymar que hab¨ªa continuado la jugada como un cazagoles de toda la vida para aparecer y empujar la pelota. Con la ventaja, Brasil volvi¨® a su riguroso traje europeo. El acoso de M¨¦xico le cost¨® la amarilla a Casemiro, que no podr¨¢ jugar los cuartos de final. Un problem¨®n, aunque si Neymar sigue creciendo lo ser¨¢ menos. Suya fue otra carrera vertical para que Firmino cerrara a placer otra victoria con esas dos barajas con las que juega Tite.
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