Wimbledon ¡®pasa¡¯ del Mundial

We still believe, we still believe¡­ (Todav¨ªa creemos) It¡¯s coming home (Vuelve a casa), it¡¯s coming home, it¡¯s coming (viene)¡­ Football¡¯s coming home! (?El f¨²tbol est¨¢ volviendo a casa!).

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Nadal, de tentempi¨¦ en tentempi¨¦

¡®Feli y el compromiso por la belleza¡¯, por TONI NADAL

En la peregrinaci¨®n hacia el santuario del tenis brit¨¢nico, por Church Road, varios aficionados que acuden a Wimbledon lucen camisetas de la selecci¨®n inglesa de f¨²tbol y entonan el tema que The Lightning Seeds compuso para arropar a los pross durante la Eurocopa de 1996. El distrito SW19 no se libra estos d¨ªas de la fiebre que recorre Londres de cabo a rabo, encantados como est¨¢n los ingleses con la progresi¨®n de su equipo nacional en el Mundial de Rusia. Aunque el tenis y Roger Federer hacen las delicias de todos ellos, los hinchas no pierden ojo a lo que pueda ocurrir a casi 3.000 kil¨®metros de distancia, con su selecci¨®n a solo dos pasos del gran ¨¦xito.

Este a?o, el torneo est¨¢ obligado a convivir con la Copa del Mundo. Los seguidores alternan el tenis con los m¨®viles, al igual que los jugadores y los periodistas locales. Un hecho que, en cierta medida, inquieta a la organizaci¨®n de Wimbledon. Hace unos d¨ªas, al brit¨¢nico Aljaz Bedene se le vio entrenarse con una camiseta del artillero Harry Keane y Johanna Larsson exhibi¨® orgullosa la de Suecia. Mientras, Rafael Nadal intent¨® cerrar lo m¨¢s r¨¢pido posible su encuentro de la tercera ronda para ver qu¨¦ suced¨ªa en el Suecia-Inglaterra. ¡°Lo que quiero es ir ahora a ver el f¨²tbol¡­¡±, admit¨ªa el n¨²mero uno durante la entrevista post-partido, sin ni siquiera haber pasado por el vestuario.

El revuelo alcanza a la planta baja de la sala de prensa, donde multitud de aficionados se agolpan tras una cristalera para observar las televisiones de algunos periodistas futboleros, excitados con los partidos. La organizaci¨®n del torneo, al quite, ordena cada vez que esto ocurre que el personal baje los estores enrollables con el objetivo de que fluya el tr¨¢fico de gente y de que la atenci¨®n se concentre exclusivamente en las raquetas. Por eso, ni se le pasa por la cabeza proyectar ning¨²n encuentro de Inglaterra en la pantalla gigante de la colina de Aorangi Park, pese al deseo de muchos seguidores, ¨¢vidos de que su selecci¨®n haga algo grande en una Copa del Mundo 52 a?os despu¨¦s de su ¨²nica conquista.

Horario inamovible para la final masculina

Tradicional como ninguno, Wimbledon respeta su guion a rajatabla. ¡°No mostraremos f¨²tbol. No lo hemos hecho nunca y no lo haremos ahora. Esto es un torneo de tenis¡±, advirti¨® en la antesala el jefe ejecutivo del club, Richard Lewis. ¡°La final se jugar¨¢ a las 14.00 [15.00 hora espa?ola], como siempre. Hemos vendido todas las entradas y hay un inter¨¦s masivo. En absoluto hay ning¨²n plan de cambiar nada¡±, agregaba Lewis ayer al canal deportivo de la BBC, al ser preguntado sobre la posibilidad de que el torneo modificase el horario de la final del domingo al poder solaparse con la del Mundial, fijada a las 16.00 (17.00 de Espa?a). ¡°Nuestra final ha sido siempre a las dos y esta vez ser¨¢ otra vez a las dos¡±, corrobor¨® el director comercial, Mick Desmond.

Se jugar¨¢ a las 14.00. Hay un inter¨¦s masivo Richard Lewis, jefe ejecutivo

¡°Nos emociona el ¨¦xito de Inglaterra en la Copa del Mundo. Es fant¨¢stico para el esp¨ªritu de nuestra naci¨®n y ha generado una magn¨ªfica atm¨®sfera. No hemos tenido una sola queja de que el f¨²tbol haya podido interferir con el torneo. Tenemos muchas zonas con Wi-Fi, as¨ª que aquellos que quieran verlo tranquilamente en sus tel¨¦fonos o tabletas pueden hacerlo [¡­]. Conozco a Gareth Southgate [el seleccionador ingl¨¦s] y es un gran tipo. Y Jeremy Dier [el padre de Eric, internacional presente en Rusia] es miembro del club. Le conozco a su hijo desde que era un ni?o¡±, expres¨® el ejecutivo de Wimbledon.

Nadal: ¡°Esto genera ilusi¨®n en la sociedad¡±

Despu¨¦s de superar a Jiri Vesely y alcanzar siete a?os despu¨¦s los cuartos, Rafael Nadal se refiri¨® de soslayo a la cuesti¨®n horaria. ¡°No es un tema de los jugadores. Como siempre, mandan el torneo y las televisiones, as¨ª que nosotros tenemos poco que decir en ese sentido¡±. Y despu¨¦s, el balear describi¨® lo que percibe estos d¨ªas en Londres: ¡°Est¨¢n contentos, como lo estar¨ªamos nosotros si estuvi¨¦ramos en las semifinales. Hace muchos a?os que no est¨¢n en una posici¨®n como esta y es un pa¨ªs con una gran tradici¨®n deportiva y futbol¨ªstica. Es normal que vivan este momento con ilusi¨®n y con pasi¨®n, y esto es bonito. Esto genera ilusi¨®n en la sociedad¡±.

¡°El f¨²tbol es el f¨²tbol y el tenis es el tenis. Si hemos venido a Wimbledon es porque nos entusiasma este deporte. Obviamente siempre apoyaremos a Inglaterra, pero yo no cambiar¨ªa la hora de la final¡±, sosten¨ªa el londinense Jonathan mientras segu¨ªa el pulso entre Kei Nishikori y Ernest Gulbis en la Henman Hill. ¡°Esto es Wimbledon y aqu¨ª lo primeros es el tenis¡­¡±, a?ad¨ªa Tom, otro aficionado. ¡°Pero por encima de todo est¨¢ Inglaterra¡±, terciaba Paul. ¡°Inglaterra y el f¨²tbol son lo primero. Nos encanta el tenis, pero podemos volver a ser campeones del mundo. ?No lo somos desde 1966!¡±, cerraba Andrew, el ¨²ltimo componente de los amigos.

Y, mientras tanto. ¡°¡­ Three Lions On The Shirt! (... Tres leones en la camiseta) ¡­ Jules Rimet Still Gleaming (¡­ Jules Rimet [el trofeo] sigue brillando) ¡­ No More Years Of Hurt (¡­ No m¨¢s a?os de dolor) ¡­ No More Need For Dreaming (¡­ No m¨¢s necesidad de so?ar)¡±, se escucha d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n, estas dos semanas, por las calles del barrio de Wimbledon.