Las claves de Rusia 2018

El Mundial de 2018 ser¨¢ recordado como el Mundial del VAR, la cita en la que ni Messi, ni Cristiano ni Neymar lograron brillar, el campeonato en el que Espa?a cambi¨® de seleccionador pocas horas antes de que comenzara a rodar el bal¨®n, tambi¨¦n el torneo que reivindic¨® a una clase media que simbolizan B¨¦lgica y Croacia. Estos han sido algunos de los aspectos m¨¢s destacados de la cita:

La estrategia como puente. Ayudado por el ojo cl¨ªnico del VAR, que todo lo ve, el ¨¢rea ya no es lo que era. Los ¨¢rbitros lo agradecen, tambi¨¦n la pizarra. En Rusia se han celebrado 69 goles a bal¨®n parado (40,8%). Un nuevo r¨¦cord, el anterior estaba cifrado en 62 (35,7%) en Francia 98, seguido por los 56 (34,8%) de Corea y Jap¨®n 2002, los 55 (37.4%) de Alemania 2006 y los 49 (28,7%) de Brasil 2014. Inglaterra fue la selecci¨®n que m¨¢s aprovech¨® las jugadas de estrategia. Aficionado al deporte americano, palabras como pick 'n' roll, the stock y the screen aparecen en el inventario del t¨¦cnico ingl¨¦s, Gareth Southgate. Los Tres Leones firmaron nueve de sus 12 goles en Rusia a bal¨®n parado, superando la marca de Portugal (ocho) en el Mundial de 1966. ¡°Fue un mundial claustrof¨®bico, todo pasaba en las ¨¢reas¡±, ironiza Valdano; ¡°hacer goles de estrategia es como bailar con tu hermana¡±.

Golpe a las estrellas. En el v¨ªdeo de despedida que present¨® la FIFA antes de la rueda de prensa de cierre de su presidente Gianni Infantino, se vio la imagen de un Messi (31 a?os) cabizbajo en el duelo ante Croacia (3-0). Los editores se olvidaron de su gol ante Nigeria y de su asistencia a Ag¨¹ero frente a Francia, s¨ªmbolo del paso silencioso y ap¨¢tico del 10 por Rusia. Se despidi¨® en octavos, como su archirrival Cristiano Ronaldo (33). El portugu¨¦s, sin embargo, termin¨® se volvi¨® a Madeira con cuatro goles (tres ante Espa?a) y se present¨® en Mosc¨² con la Eurocopa tatuada en la camiseta. La Brasil de Neymar (26), en cambio, ilusion¨® hasta que se choc¨® con la divertida B¨¦lgica en cuartos. El chico del PSG termin¨® como uno de los jugadores que m¨¢s ocasiones de gol cre¨® (23), aunque se march¨® se?alado por sus grotescas simulaciones y triste en su relaci¨®n con la pelota: ¡°Es dif¨ªcil encontrar fuerzas para querer seguir jugando al f¨²tbol¡±.

El todo es m¨¢s que la suma de las partes. En Rusia, el colectivo le gan¨® a las individualidades. Modric corri¨® como nadie (72,3 km.) y recuper¨® balones como nunca (56). Griezmann prioriz¨® jugar para sus compa?eros. En los finalistas destac¨® el trabajo en equipo. ¡°Francia es fuerte defensivamente y est¨¢ muy bien organizado en todas las zonas del campo. Sabe c¨®mo jugar en todo momento y como afrontar las situaciones que le plantea el rival en cada episodio del partido¡±, valor¨® Roberto Mart¨ªnez, entrenador de B¨¦lgica. ¡°Quise sustituir a alg¨²n jugador en la pr¨®rroga (ante Inglaterra), pero nadie quer¨ªa salir. Todos dec¨ªan: ¡°estoy bien¡±. Nadie se rindi¨®. Siempre mostraron car¨¢cter¡±, dijo Dalic, el t¨¦cnico de Croacia. ¡°Somos 22 guerreros. Trabajamos todos juntos, los que juegan y los que no¡±, complet¨® Modric, el capit¨¢n del grupo balc¨¢nico. ¡°Por primera vez en una d¨¦cada, lo f¨ªsico se impuso a lo t¨¦cnico y lo colectivo a lo individual¡±, remata Valdano.

Espa?a, de porrazo en porrazo. Despu¨¦s de conseguir lo nunca visto en la historia del f¨²tbol europeo: Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012, La Roja transita de fracaso en fracaso. En Brasil se despidi¨® a la primera de cambio, en la fase de grupo. En Francia 2016, cay¨® en octavos ante Italia. Mismo resultado en Rusia, la anfitriona ech¨® al equipo de Fernando Hierro en el primer partido de la fase de eliminaci¨®n, en la tanda de penaltis. Hierro, que reemplaz¨® a Lopetegui dos d¨ªas antes del inicio de Mundial, abandon¨® su cargo. Luis Enrique toma las riendas de un equipo llamado a mirar al futuro, recordando un pasado no tan lejano.

El contragolpe mata a la posesi¨®n. Tener la pelota no se tradujo en superioridad, ni en control del partido, mucho menos en resultados. Las tres selecciones que m¨¢s posesi¨®n del bal¨®n ostentaron en Rusia fueron Espa?a (74,67%), Alemania (71,98%) y Argentina (65,92%). La campeona del mundo se qued¨® clavada en la fase de grupos, despu¨¦s de perder ante M¨¦xico (1-0) y Corea del Sur (2-0) y vencer a Suecia ag¨®nicamente (2-1). ¡°La posesi¨®n sola ya no gana. La manera en que equipos como Suiza, Islandia o Dinamarca han defendido, con gran densidad de defensas atr¨¢s, hace que hagan falta jugadores entre l¨ªneas. Pero hoy es casi imposible jugar entre l¨ªneas, porque los 10 jugadores contrarios juegan juntos, van de un lado a otro, y as¨ª es dif¨ªcil encontrar espacios. Los equipos atacantes deben repensar qu¨¦ t¨¢ctica escoger. Se est¨¢n reduciendo mucho los espacios¡±, analiza Marco Van Basten.

Una Sudam¨¦rica fantasma. De los 21 mundiales que se han disputado, 12 se lo quedaron en Europa y nueve se fueron para Am¨¦rica del Sur. En Rusia, Per¨² se despidi¨® en la fase de grupos; Argentina y Colombia en octavos; mientras que Brasil y Uruguay en cuartos. ¡°Nos hemos vuelto locos con la obsesi¨®n por ganar y los chicos salen muy j¨®venes a Europa¡±, advierte Valdano. ¡°No es una sorpresa lo que sucede. Brasil ya no es el pa¨ªs del f¨²tbol alegre y la samba. Llevamos buenas selecciones, con algunos grandes jugadores como Neymar, pero ya no son claras favoritas. Con Argentina pasa lo mismo, no se acompa?a a Messi¡±, suma Tost?o. Y concluye Pacho Maturana: ¡°Hay que desarrollar al ser humano. Un futbolista mejor formado tambi¨¦n ser¨¢ m¨¢s inteligente y mejor en la toma de decisiones en el campo¡±.

Levanta la Premier. De los 91 jugadores que formaron parte de las plantillas de los cuatro semifinalistas (Croacia expuls¨® a Kalicic), 41 juegan en la liga inglesa (45%). En cualquier caso, el grupo completo de Gareth Southgate est¨¢ en la Premier. Sin embargo, la liga que m¨¢s abasteci¨® a la final fue la espa?ola. Cuatro croatas (Rakitic, Modric, Vrsaljko y Kovasic) y juegan en La Liga por siete franceses (Griezmann, Lemar, Varane, Umtiti, Lucas, Nzonzi y Demb¨¦l¨¦).