El Tour se decidi¨® entre directores navarros y amigos

El sol se refleja en la nieve del Mont Blanc tan fuerte que la gente, deslumbrada, aparta la mirada de la pantalla de la tele que enfoca al gigante alpino, recortada su cima tan n¨ªtida contra un cielo azul, azul, un d¨ªa desnudo de nubes. Estas sutilezas tan cercanas a la meta no las pueden apreciar dos navarros que esperan junto a sus coches a que lleguen los ¨²ltimos de la etapa para dar media vuelta y dirigirse al hotel. No lo aprecian porque llevan gafas oscuras. Xabier Zandio, porque tiene conjuntivitis; Jos¨¦ Luis Arrieta, porque le molesta la luz, dice. Son las dos caras del Tour. Zandio, que corri¨® en sus tiempos con Arrieta en el equipo de Unzue, es ahora director del Sky triunfador; Arrieta, lleva la gu¨ªa del Movistar derrotado. Ambos charlan y comentan la etapa con una tranquilidad que cualquier aficionado al f¨²tbol creer¨ªa imposible: ?Alguien puede imaginar un di¨¢logo Mourinho-Guardiola, por ejemplo, minutos despu¨¦s de un partido entre sus equipos?

A la reuni¨®n solo le faltaba otro navarro para obtener la imagen m¨¢s completa de la etapa y del Tour. ¡°Pues s¨ª¡±, dice Zandio, quien ha seguido la etapa sentado junto a Nico Portal, el primer director del conjunto ingl¨¦s, y est¨¢ feliz porque su equipo ha estado perfecto y tiene el Tour en sus manos. ¡°Lo ¨²nico que me fastidia es que le hayamos tenido que quitar la etapa a Mikel Nieve. Pero, claro, no ¨ªbamos a decirles a Thomas y a Froome que se pararan¡­¡±

Seguramente, Nieve, navarro de Leitza, fue el m¨¢s sorprendido por no haber podido ganar la etapa que le falta. En su carrera, Nieve, quien corri¨® un parv de a?os en el tren del Sky y ahora est¨¢ con los australianos del Mitchelton, ha ganado, siempre igual, siempre solo, siempre desde lejos, una etapa dura en la Vuelta y tres etapas dur¨ªsimas en el Giro, en sus Dolomitas. La del Tour la ten¨ªa ya al alcande de la mano. Se hab¨ªa metido en la gran fuga inicial y a nueve kil¨®metros de la cima ya era el ¨²ltimo resistente. A 600 metros de la meta le alcanzaron. ¡°Bueno¡±, dijo el callad¨ªsimo Nieve. ¡°Lo he dado todo. M¨¢s no pod¨ªa hacer. Claro que duele, pero alguna vez me ten¨ªa que pasar¡±.

Si Arrieta se sinti¨® compasivo con Nieve no lo fue tanto con su Nairo. Minutos antes, el jefe equipo, Eusebio Unzue, ya hab¨ªa repasado sus bajas: Landa, Herido; Valverde, espl¨¦ndido en su rol t¨¢ctico ¨C¡°no ven¨ªamos a ganar el Tour con ¨¦l, est¨¢ claro¡±, aclar¨® Unzue--; Nairo, mal. ¡°Lo que ten¨ªa que haber hecho era estar con Froome¡±, dijo Unzue. Y cuando se le dice a Arrieta que quiz¨¢s los otros, Nibali, Bardet, Roglic, pod¨ªan haber colaborado antes con Nairo, que les pidi¨® ayuda, tambi¨¦n respondi¨® con claridad: ¡°Lo que no ten¨ªa que haber hecho es mirar atr¨¢s¡±.

Zandio, m¨¢s comprensivo, dijo que si se hubieran puesto de acuerdo antes en perseguir a Froome y Dan Martin habr¨ªan perdido 20s menos. ¡°Pero ha sido as¨ª¡±, dijo el exciclista del Caisse d¡¯?pargne y el Banesto, que debe ahora lidiar con la doble jefatura que se ha instaurado en su equipo pese al desmentido de Thomas. ¡°Froome es el l¨ªder del equipo, es el corredor m¨¢s preparado para ganar el Tour¡±, dijo el l¨ªder gal¨¦s. ¡°Ha ganado ya seis grandes [cuatro Tours, un Giro y una Vuelta] y yo soy una inc¨®gnita para la tercera semana. Con lo que he conseguido ya me dar¨ªa por satisfecho¡±.