La quinta que liber¨® a Estiarte
Ocho jugadores menores de 25 a?os impulsan hacia una nueva etapa de ¨¦xitos a la selecci¨®n de waterpolo
Ten¨ªa que ser contra Italia y en las Picornell. Con una mochila vac¨ªa de medallas desde 2009 en Roma. El equipo espa?ol lleg¨® al Europeo casi en silencio, festiva por volver a casa, pero sin saberse favorita, incluso tras alcanzar el tercer puesto en la pasada World League. Los nueve a?os sin medallas en los grandes campeonatos pesaban como una losa. ¡°Esta generaci¨®n solo tiene que romper la barrera¡±, hab¨ªa reclamado el seleccionador David Mart¨ªn cuando empez¨® el campeonato. Y Espa?a la rompi¨® contra el Settebello en una semifinal dram¨¢tica resuelta por 8-7. La selecci¨®n se liber¨® de su pasado. Se hinch¨® de alegr¨ªa. Se volvi¨® joven, casi inconsciente de su actual haza?a.
No existe en el equipo nacional rastro de la cicatriz de la derrota ante Italia en la final de los Juegos de 1992. Ni recuerdo de las l¨¢grimas de Estiarte en las Picornell. Espa?a no mira atr¨¢s porque se siente libre. ¡°No pensamos si el podio repara los ¨²ltimos sinsabores. Somos otra generaci¨®n. No nos toca cargar con las victorias o las derrotas pasadas¡±, advierte Alejandro Bustos, de 21 a?os. Coincide Roger Tahull, otro cachorro de la misma edad: ¡°La realidad es que no lleg¨¢bamos a las finales, pero somos j¨®venes. Empieza una historia nueva¡±.
Tras la victoria contra Italia nadie pudo pegar ojo en el hotel. La adrenalina a¨²n corr¨ªa por las venas. Se improvis¨® una reuni¨®n en la habitaci¨®n del fisio. ¡°Hay mucha comuni¨®n¡±, afirma Francisco Fern¨¢ndez, el autor del gol decisivo contra Italia, ¡°y reconozco que no hab¨ªa sentido en otros a?os la qu¨ªmica que tenemos ahora¡±. La mezcla de veteranos y j¨®venes rompe los complejos. ¡°Es que somos una familia¡±, asegura Bustos. ¡°No hay otro nombre¡±.
Bustos y Tahull son dos de los ocho jugadores menores de 25 a?os que conforman la plantilla. Ninguno hab¨ªa nacido cuando se produjo aquella derrota contra Italia en 1992. Ninguna selecci¨®n ha disputado los cuartos de final con un plantel tan joven: Hungr¨ªa, Grecia, Rusia e Italia tienen a cinco; Serbia, Croacia y Montenegro, a tres. ¡°Se entrenan como locos, tienen muchas ganas de conseguir grandes cosas¡±, resume Felipe Perrone. El brasile?o, uno de los l¨ªderes del grupo, no se cansa de reclamar a ?lvaro Granados que olvide su impulsividad con el bal¨®n. ¡°Siempre he sido un poco ansias¡±, reconoce el vallesano. ¡°Me dice que tenga m¨¢s cabeza, que no busque tanto el gol¡±.
Los j¨®venes se sienten protagonistas. Solo Perrone ha disputado m¨¢s minutos que Mun¨¢rriz, de 24 a?os, en las fases finales. Y nadie ha marcado m¨¢s goles en los dos ¨²ltimos partidos que Tahull, que sum¨® cuatro y ya es el m¨¢ximo goleador del equipo, con 11. ¡°Roger se est¨¢ haciendo un hombre en la boya¡±, concede Fern¨¢ndez. El equipo t¨¦cnico considera que el tipo de partidos con los que ha tenido que lidiar Espa?a acelera el crecimiento de los j¨®venes. ¡°Son como una master class¡±, apunta el seleccionador. ¡°Est¨¢n jugando sin complejos, con mucho talento. Me ha sorprendido su madurez en partidos tan apretados, como los de Montenegro o Italia. No se fueron del partido, siguieron fieles al sistema, algo muy dif¨ªcil de conseguir¡±, a?ade Mart¨ªn.
Cuando la inexperiencia deriva en precipitaci¨®n, los m¨¢s veteranos entran en escena. ¡°Nos aportan tranquilidad y serenidad en momentos clave, que quiz¨¢s nos costar¨ªa gestionar¡±, agradece Bustos. ¡°Los j¨®venes no tenemos esa paciencia, vamos a 4.000 revoluciones y a veces nos equivocamos¡±. Y en el error, la autotortura es un riesgo habitual tras un mal partido. ¡°Cuando acabas de jugar, siempre analizas tus fallos¡±, explica Tahull, ¡°y cuando los veteranos detectan tu martirio, te paran e insisten en que te superes¡±.
El catal¨¢n mantiene pr¨¢cticamente intacta la euforia de la clasificaci¨®n. ¡°Es que hemos accedido a una gran final, en casa, ante nuestra afici¨®n¡±. ?Y el futuro? Tahull no duda: ¡°Somos una generaci¨®n joven. Iniciamos una nueva etapa y aqu¨ª empieza nuestra historia. Tal y como estamos, si seguimos confiando en el sistema y mantenemos esta ilusi¨®n, llegaremos lejos en todas las competiciones¡±. Sin ataduras, ni traumas, Barcelona encumbra a la quinta que liber¨® a Estiarte.
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