Courtois y Keylor, un problema o dos soluciones
La presencia de ambos en la plantilla del Madrid obliga a Lopetegui a tomar una decisi¨®n complicad¨ªsima
A besos se comi¨® Thibaut Courtois el escudo de la camiseta que visti¨® en su presentaci¨®n como jugador del Real Madrid. Hasta en cinco ocasiones besuque¨® el portero belga la divisa del club blanco. ¡°Estoy en el sitio en el que siempre quise estar¡±, declar¨® a modo de agradecimiento. Horas despu¨¦s, la placa que le homenajea en el llamado Paseo de las Leyendas, en el que el Atl¨¦tico rinde tributo a los futbolistas m¨¢s importantes de su historia, apareci¨® con una an¨®nima pintada en la que se le¨ªa la palabra ¡°rata¡±. Alg¨²n aficionado, cretino tambi¨¦n sirve, tuvo a bien saludar as¨ª el fichaje por el eterno rival del que fuera portero del Atl¨¦tico. Que lo fue durante tres temporadas en las que ayud¨®, y tanto que ayud¨®, al equipo a ganar una Liga, una Copa, una Liga Europa y una Supercopa de Europa. Poca cosa, debi¨® pensar el sujeto de la brocha.
Con la inauguraci¨®n del Wanda Metropolitano, el Atl¨¦tico tuvo la idea de construir un paseo para recordar con unas placas a los grandes de su historia. Para decidir qui¨¦n entra o no en esa categor¨ªa, la de grande, se puso como condici¨®n que hubiera disputado al menos 100 partidos con la rojiblanca. Pod¨ªan haber sido 90, con lo que en tan noble galer¨ªa hubiera tenido un hueco Falcao (91 partidos jug¨® en los que marc¨® 70 goles). O pod¨ªan haber sido 75, lo que hubiera permitido acceder a ese particular sal¨®n de la fama a Leivinha, un futbolista sublime, como bien pueden acreditar los m¨¢s viejos del lugar, al que las lesiones masacraron y se fue del equipo con 40 goles, y qu¨¦ goles, en 77 partidos. Pero se eligi¨® la cifra de 100, redonda como es, lo que dej¨® a Falcao, Leivinha y otros, como Dirceu, fuera de la lista de nobles, en la que s¨ª est¨¢, por ejemplo, Arda Turan, al que sin duda la afici¨®n atl¨¦tica recuerda con arrebatadora devoci¨®n.
El caso es que Courtois se enfund¨® su nueva camiseta y dijo esas palabras que suelen decirse en estos casos, ¡°siempre so?¨¦ con este momento¡±, ¡°vengo al mejor equipo del mundo¡±, y as¨ª. Sin embargo, horas despu¨¦s de aquella escena el representante del portero vino a decir, y dijo, que si los dos hijos de Courtois no vivieran en Madrid el meta no se habr¨ªa ido del Chelsea, lo que quiz¨¢ atempera el arrobador enamoramiento que mostr¨® el chico por su nuevo escudo. Courtois quer¨ªa volver a Madrid para estar con sus v¨¢stagos y el Madrid le abri¨® sus puertas. Pod¨ªa haberlo hecho el Atl¨¦tico, pero hubiera resultado absurdo teniendo como tiene en la porter¨ªa al mism¨ªsimo Oblak. Tambi¨¦n pudo elegir el belga al Rayo, el Getafe o el Legan¨¦s, pero no era f¨¢cil la operaci¨®n, a qu¨¦ negarlo.
As¨ª que el amor de padre de Courtois le llev¨® hasta el Bernab¨¦u. Y encantado con su llegada se ha mostrado Julen Lopetegui, entrenador del Madrid, que a esta hora cuenta con cinco porteros en su plantilla, muchos parecen, entre ellos dos de categor¨ªa mundial, Courtois y Keylor Navas. Y aqu¨ª se crea el conflicto que provoca discusiones varias, debates interminables y entrevistas a pie de calle, que es lo mismo que entrevistas en la calle. ?Qui¨¦n tiene que jugar? Los interrogados opinan al respecto y no son pocos los que consideran que Keylor debe mantenerse en su puesto, sin despreciar que el Madrid haya fichado a uno de los mejores porteros del mundo, de 26 a?os, y cuyo precio, 35 millones, es un aguinaldo tal y como est¨¢ el mercado. Opina el madridismo, s¨ª, pero decide Lopetegui. Y este, preguntado al respecto, ha respondido que la presencia de ambos en la plantilla no le supone un problema sino ¡°dos soluciones¡±, diplom¨¢tica respuesta que no oculta la dificultad el asunto. Desde que se fue Casillas y se hizo con la titularidad, a Keylor le han buscado sustituto por tierra, mar y aire. Sobre todo por aire, pues le llegaron a meter en un avi¨®n destino M¨¢nchester, en preferente al parecer. Pero ¨¦l no solo ha resistido sino que guarda en sus guantes tres Copas de Europa consecutivas. El reto ahora es may¨²sculo, porque la sombra de Courtois es gigantesca. Tan gigantesca, sin embargo, como la de Keylor cuando se arrodilla en el c¨¦sped y, con los brazos en alto, pide ayuda. Y le funciona, oiga, le funciona
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