Una noche pl¨¢cida para el Atl¨¦tico ante el Huesca
El equipo de Simeone se deshace con facilidad del endeble Huesca en un partido que le permiti¨® reservar y oxigenar titulares de cara al derbi del Bernab¨¦u
Acostumbrado a la agon¨ªa, a tener que masticar y vivir los partidos hasta el ¨²ltimo suspiro, con pegada y pasajes de buen juego el Atl¨¦tico se concedi¨® una noche tranquila. Una lluvia de goles que le vendr¨¢ bien con el derbi del s¨¢bado a la vista, donde se empezar¨¢ a vislumbrar si ser¨¢ un purasangre o un percher¨®n en su carrera por tratar de pelear el t¨ªtulo.
A la placidez con la que resolvieron los rojiblancos contribuy¨® el Huesca, que apenas ense?¨® la mordida entusiasta del novato. La candidez con la que defendi¨® el reforzado y buscado juego entrel¨ªneas del Atl¨¦tico deber¨¢ corregirla para no ser carne de descenso con demasiada antelaci¨®n. Ah¨ª estuvo el partido y por ah¨ª lo ganaron Correa, Griezmann y Lemar, que leyeron bien c¨®mo ser da?inos. Fue indetectable ese tr¨ªo de virtuosos para los mediocentros de Leo Franco, Melero y Muso, tampoco fueron agobiados por los centrales Semedo y Etxeita, temerosos de dar un par de pasos hacia adelante.
Esa laxitud le permiti¨® al Atl¨¦tico un inicio fluido, con Koke y Thomas al mando en el medio. Uno y otro est¨¢n necesitados de sobredosis de autoestima. Al primero, Simeone le est¨¢ reforzando con minutos para elevarle el nivel de juego y sacarle de la cabeza el varapalo de saber que su ausencia de la primera convocatoria de Luis Enrique no solo tiene que ver con el rendimiento, tambi¨¦n que es una cuesti¨®n de gustos. Thomas, a priori, ha sido el m¨¢s afectado por la llegada de Rodrigo. Dependiendo de qui¨¦n juegue en el Bernab¨¦u se testar¨¢ el plan de Simeone para ese trascendental asalto.
Amparado en la correcci¨®n de Koke y Thomas en la salida de la pelota para iniciar el juego, el primero en aparecer fue Correa, apoyado por Carlos Isaac, al que Simeone dio vuelo para aliviar a Juanfran, ni siquiera en la lista. El chico estuvo m¨¢s punzante que preciso en ataque y cumpli¨® en defensa. Sa¨²l fue el otro intocable de Simeone reservado para Chamart¨ªn.
La vivacidad de Correa multiplica su valor cuando le salen los giros y no se trastabilla. O cuando el pie le acompa?a para ejecutar lo que ve por el rabillo del ojo. Y al cuarto de hora vio en la frontal del ¨¢rea el desmarque de Diego Costa que este amortiz¨® regal¨¢ndole el gol a Griezmann a puerta vac¨ªa ante la salida de Werner. Sin ver puerta en 16 partidos de Liga, a Costa al menos le queda el consuelo de esa asistencia, pero fue preocupante que un partido como el de anoche ni ¨¦l roce el gol ni el equipo le encuentre con m¨¢s frecuencia.
Si parecen encontrar y confiar sus compa?eros cada vez m¨¢s a Lemar, tambi¨¦n con soltura para mostrarse por el centro. Cuando recibi¨® en esas posiciones centrales mejor¨® muchos de los balones que le llegaron. Se sinti¨® con confianza para combinar en medio de jugadas elaboradas que el Huesca no lograba detener, ni en el medio, ni en las inmediaciones de su ¨¢rea. En una de ellas, a Thomas le dio tiempo a recibir, acomodarse la pelota con un par de toques y desvencijar a Werner con un disparo raso y cruzado.
Con dos goles de desventaja, el Huesca ya perdi¨® el fuelle de Luisinho y las buenas maneras de Cucho Hern¨¢ndez para tratar de estirar al equipo. El involuntario tanto de Koke, concedido por el VAR ¡ªun centro en el que Correa despist¨® a Werner¡ª finiquit¨® el partido a la media hora de juego.
Para el segundo tiempo ya solo qued¨® el intento de Leo Franco de limitar la tunda metiendo a Aguilera para reforzar ese agujero central por el que se le escap¨® tan r¨¢pido el partido. Para Simeone, ese tramo le sirvi¨® para oxigenar a Griezmann y Costa a cambio de las carreras de Martins y los movimientos de Kalinic. El portugu¨¦s deleit¨® al personal con su velocidad y su verticalidad, aunque le falt¨® temple para culminarlas con efectividad. Del fondo de armario con el que cuenta Simeone es el jugador que m¨¢s expectativas despierta para cambiar los partidos. Kalinic estuvo m¨¢s gris, m¨¢s all¨¢ que alg¨²n otro desmarque. El resultado les quit¨® a ambos la presi¨®n de tener que resolver, pero aprovecharon poco esa noche pl¨¢cida que vivi¨® el Atl¨¦tico. Lo habitual es otra cosa.
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