Wembley inspira al Bar?a
Alrededor de la figura gigantesca de Messi, los azulgrana doblegan a un disminuido Tottenham con un muy buen partido coral y rehabilitador para Coutinho, Lenglet y Arthur
Hay campos que siempre huelen a f¨²tbol, estadios que jam¨¢s se olvidan y, para la gent blaugrana, finalmente est¨¢ Wembley, sin distinguir entre el viejo y el nuevo, siempre vinculado al ¨¦xito del Bar?a, ganador de dos de sus cinco Champions, big bang del Dream Team de Cruyff, campe¨®n por vez primera en 1992, y templo de la obra cumbre de Guardiola en 2011. Quiz¨¢ sea tambi¨¦n el punto de partida del equipo de Valverde que aspira a reconquistar Europa. O puede que, a fin de cuentas, el de este mi¨¦rcoles sea un partido de entretiempo como el que disput¨® el plantel de Van Gaal con Arnau de protagonista en octubre de 1999 (2-4). Wembley, de todas maneras, nunca ser¨¢ un estadio cualquiera para el Barcelona.
Los azulgrana recuperaron la memoria nada m¨¢s pisar el santuario futbol¨ªstico de Londres. Mont¨® el entrenador un equipo m¨¢s razonable a partir de un solo cambio: sali¨® Demb¨¦l¨¦ y entr¨® Arthur para que Coutinho dejara de ser interior y se vistiera de falso delantero con Messi y Luis Su¨¢rez. Y el brasile?o remat¨® a gol a los 92 segundos despu¨¦s de una transici¨®n preciosa mal defendida por Lloris. Busquets enganch¨® con Messi y el rosarino abri¨® para Alba. El portero sali¨® en falso para tapar el tiro y el lateral cedi¨® la pelota franca para Coutinho.
A la presi¨®n alta del Tottenham, respondi¨® con cordura el Bar?a, fluido en su juego, bien parado alrededor del flexible 4-3-3, solo penalizado por las p¨¦rdidas de bal¨®n de Rakitic. No era f¨¢cil aguantar a los muchachos de Pochettino, activados en el ¨¢rea de Ter Stegen cuando pretend¨ªa salir con el cuero el Bar?a. Aunque los interiores sufr¨ªan, t¨ªmido Arthur y revolucionado Rakitic, Busquets y Messi sosten¨ªan al Bar?a. Las reiteradas aceleraciones del 10, excelente en el juego de entrel¨ªneas, desmontaron al Tottenham. Messi fue decisivo en el 0-1 y tambi¨¦n en el 0-2. Volvi¨® a percutir Coutinho y su pase de fuera para adentro fue rematado espectacularmente desde fuera del ¨¢rea por el impetuoso Rakitic.
Ya serenado con el gol, el croata se sum¨® a la obra colectiva del equipo azulgrana, cada vez m¨¢s seguro y concentrado, muy llegador, efectivo y animado por la intensidad de sus zagueros, el saber estar de Lenglet y Arthur, el intervencionismo de Coutinho, el aplomo de Busquets y el liderazgo de Messi. Al Tottenham le cay¨® el estadio encima con el 0-2. Muy debilitado por las ausencias, sin el despliegue de Dele Alli ni la sutileza de Eriksen, el equipo de Pochettino ni siquiera encontr¨® alivio en Kane. Necesitaba los puntos despu¨¦s de perder a ¨²ltima hora en Mil¨¢n y se encontraba con una buena versi¨®n del Bar?a.
Dos postes de La Pulga
A los azulgrana les cambi¨® la cara nada m¨¢s ponerse la zamarra de la Champions. El equipo fr¨¢gil de LaLiga, el mismo que tomaba los goles sin que le chutaran a porter¨ªa, defend¨ªa sin ninguna concesi¨®n sus aspiraciones en la Copa de Europa. Jug¨® muy ¡°picado¡±, como ya hab¨ªa advertido Rakitic, enfadado con el marcador y con la cr¨ªtica, necesitado de un marcador de impacto para recuperar su credibilidad antes de afrontar un calendario muy exigente y volver al Camp Nou. Wembley motiva al Bar?a y no desanima al Tottenham a pesar de no ser White Hart Lane. Ni siquiera con 0-2 descans¨® Messi.
El argentino remat¨® dos veces al poste derecho de Lloris en dos jugadas calcadas y ya muy vistas en LaLiga. La desdicha del 10 contrast¨® con la fortuna de Kane. El ariete sent¨® con un quiebro a Semedo y cruz¨® el cuero a la izquierda de Ter Stegen. El partido gir¨® por un instante hacia el bando del Tottenham. Messi, sin embargo, no se resign¨® ni rindi¨®, sino que volvi¨® sobre su jugada, por fin habilitado por Jordi Alba. El tiro del rosarino, habilitado por el lateral despu¨¦s que dejaran pasar la pelota Coutinho y Su¨¢rez, entr¨® colocado por el mismo sitio que antes, con la diferencia que salv¨® por poco el poste de Lloris.
Llorente, la ¨²ltima bala de Pochettino
Alba fue un pu?al por su banda izquierda hasta que Lamela se encontr¨® con un tanto afortunado despu¨¦s de que el bal¨®n diera en Lenglet. Los Spurs fueron entonces tan contundentes como antes el Bar?a. El encuentro adquiri¨® un tono vibrante y ¨¦pico por el vigor del Tottenham y la personalidad del Barcelona. El desgaste f¨ªsico, sin embargo, desajust¨® a los azulgrana y la contienda dej¨® de ser divertida y abierta para convertirse en muy exigente para los muchachos de Valverde.
Pochettino se la jug¨® con Llorente. Amenazaba con empatar el Tottenham cuando apareci¨® Messi para coronar una actuaci¨®n sublime en el santuario de Wembley. El 10 alent¨® a sus compa?eros y se fue a por Lloris. No par¨® hasta anotar el 2-4 despu¨¦s de una maniobra deliciosa de Su¨¢rez y Alba. No falt¨® a su palabra Messi, dispuesto a pelear por la Champions, y marc¨® las diferencias en un equipo competitivo y autoritario, de nuevo familiar y reconocible en Wembley, el mejor sitio para reencontrarse con el recuerdo y el aroma de la Copa de Europa.
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