Marc M¨¢rquez, el Messi del motociclismo

Qu¨¦ f¨¢cil es deshacerse en elogios cuando admiras a alguien que acaba de conseguir un gran ¨¦xito como el de Marc M¨¢rquez. Quiz¨¢ tambi¨¦n lo sea para alguien indiferente al deporte que, ante una haza?a como la suya, caiga en la cuenta de que este chico es un prodigio. Igual de f¨¢cil es criticar a esa persona desde la envidia o la animadversi¨®n absurda del fan m¨¢s ac¨¦rrimo del m¨¢ximo rival.

Es imposible gustar a todo el mundo y m¨¢s a¨²n cuando eres un superclase como Marc. Unos a?os atr¨¢s daba la sensaci¨®n de que ser¨ªa capaz de tener el favor incondicional de todos los aficionados, pero claro, no hab¨ªa sucedido a¨²n el incidente con Rossi. No creo en el destino, pero estoy convencida de que tarde o temprano ten¨ªa que ocurrir. Un rey solo cede su cetro a un pr¨ªncipe cuando est¨¢ a punto de marcharse y Rossi no quer¨ªa marcharse a¨²n, as¨ª que el choque entre ambos ten¨ªa que llegar tarde o temprano, y acab¨® siendo m¨¢s temprano que tarde.

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Era inevitable que las comparaciones o las alusiones a uno u otro se volvieran casi obligatorias tras cada nuevo hito. Y ser¨¢ as¨ª siempre, por suerte o por desgracia, sea justo o injusto, les agrade o desagrade. A cada t¨ªtulo que consiga Marc le seguir¨¢n un mont¨®n de art¨ªculos, comentarios y opiniones que hablar¨¢n de si ser¨¢ capaz de superar el n¨²mero de triunfos de Valentino o no... hasta que lo supere.

Marc tiene, igual que Valentino ha tenido siempre, esa hambre de victoria, esa ambici¨®n por ganar siempre en lo que sea que solo los n¨²meros uno poseen. Es un killer; tiene ese instinto, ese car¨¢cter ganador que le hace estar un paso por encima. Y eso, junto con su inmenso talento, se convierte en un arma letal para sus rivales. Con esas cualidades y su juventud (no olvidemos que solo tiene 25 a?os), no solo puede igualar los nueve t¨ªtulos de Rossi, es que estoy convencida de que los superar¨¢. Y lo har¨¢ con esa eterna sonrisa y ese carisma que nos han cautivado a todos.

Hay grandes pilotos, pero solo unos pocos parecen tocados por una mano divina que les convierte en aut¨¦nticos fuera de serie. No lo son ahora que ganan, lo fueron desde peque?os y, cuando llegan a lo m¨¢s alto, su ¨¦xito no es sino una vieja promesa hecha realidad.

Marc M¨¢rquez es a MotoGP lo que Leo Messi al f¨²tbol o Toni Bou al trial. Sean el rival de nuestro ¨ªdolo o no, deber¨ªamos aprovechar haber coincidido en el tiempo con ellos para sentarnos en el sof¨¢ o en la grada y disfrutar del enorme espect¨¢culo que generan con su magia, as¨ª que con vuestro permiso voy a ponerme c¨®moda porque nos queda entretenimiento para rato.