M¨¢rquez no tiene l¨ªmite
El piloto espa?ol logra cinco t¨ªtulos de MotoGP con Honda, los mismos que Doohan. Con un pilotaje agresivo y distinto se acerca a Rossi y a Agostini, los mejores de la historia
Gan¨® como siempre le ha gustado ganar. Marc M¨¢rquez celebr¨® una nueva victoria, y van ocho este curso, despu¨¦s de llevar a sus rivales tan al l¨ªmite que el ¨²nico que pod¨ªa ganarle, Dovizioso, acab¨® por los suelos al cometer un error por tratar de buscar los espacios que aquel le negaba. Porque cuando parec¨ªa que era el italiano el que marcaba el paso en el circuito de Motegi, emergi¨® el piloto de Honda, despu¨¦s de dejarse guiar hasta los ¨²ltimos giros, para col¨¢rsela por el interior de la curva nueve, una de esas a la izquierda que tan bien se le dan.
As¨ª se coron¨®, otra vez como campe¨®n del mundo, y van siete t¨ªtulos en nueve a?os, cinco de MotoGP, tantos como Mick Doohan ¨Csolo dos menos que Rossi, a tres de Agostini, el piloto m¨¢s laureado de la historia¨C. Lo hizo merced a una carrera en la que arriesg¨® hasta salirse de la trazada y levantar una polvareda a la salida de la d¨¦cima curva. Nadie se sorprendi¨®. Es su estilo. Su manera de competir. Y ha cambiado poco con el paso de los a?os. Si bien, este curso ha demostrado una consistencia inusitada. Especialmente, porque hasta en los circuitos que no le van bien a ¨¦l o a la Honda y en condiciones adversas ¨Ccon lluvia o sin agarre¨C es capaz de subir al podio. Este curso lo ha hecho, por ahora, en 13 ocasiones de un total de 15 grandes premios.
No le gusta ser tercero, pero ha entendido que es necesario de vez en cuando si lo que quiere es ganar el campeonato. Lo aprendi¨® el a?o 2015, el ¨²nico desde que debut¨® en MotoGP en que no gan¨® el t¨ªtulo. Dice que ahora sabe d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites, seguramente por la experiencia acumulada y porque conoce mejor el comportamiento de su moto, potente, pero inestable y con problemas de aceleraci¨®n los ¨²ltimos tres a?os. Claro que esa l¨ªnea, tan delgada, a veces la sobrepasa. A pesar de que tanto ¨¦l como el equipo, y sobre todo Honda, han trabajado en evolucionar una moto que le permitiera seguir ganando sin caer tanto.
Por eso, para mejorar la estabilidad de la moto en frenada, M¨¢rquez ha perdido explosividad a una vuelta este a?o. Si bien sigue necesitando tirar mucho del neum¨¢tico delantero. Y eso tiene sus riesgos. Este 2018 ha sido capaz de reducir considerablemente su n¨²mero de ca¨ªdas: tuvo 27 accidentes en la pista el a?o pasado, lleva 18 este. Pero sigue siendo el piloto de MotoGP que m¨¢s cae. Algo que, por otro lado, no solo le ata?e a ¨¦l, tambi¨¦n a la f¨¢brica, pues el segundo en la lista es Cal Crutchlow, con 16 ca¨ªdas. Reducir los accidentes ya fue el objetivo que se impuso hace un a?o cuando gan¨® el t¨ªtulo en Valencia. Pero todav¨ªa queda trabajo.
Pese a todo, el piloto asegura que mientras siga celebrando ¨¦xitos su estad¨ªstica de ca¨ªdas le preocupa lo justo. Si bien, la evoluci¨®n que ha experimentado su pilotaje los ¨²ltimos a?os va en ese sentido. H¨¢bil al manillar, M¨¢rquez ha sorprendido este curso por la cantidad de ca¨ªdas que ha salvado. No figuran en los registros y nadie lleva la cuenta, pero esas salvadas son ya una caracter¨ªstica m¨¢s de su pilotaje al l¨ªmite, de su trazada loca e imperfecta. Pues como siempre aspira a ir m¨¢s r¨¢pido no da una vuelta igual que la anterior.
Si lleg¨® al GP de Jap¨®n con 77 puntos de ventaja respecto a Dovizioso es, tambi¨¦n, por los errores cometidos por sus rivales al principio del curso. Despu¨¦s del primer triunfo de Dovizioso en Qatar y pese a los malos resultados que este acumul¨® entre Jerez y Montmel¨®, M¨¢rquez siempre supo que su rival era Ducati, por mucho que Rossi aguantara segundo clasificado varios grandes premios aun sin ganar ni una carrera. La Yamaha de este curso ha estado siempre demasiado lejos de la victoria.
M¨¢rquez empez¨® el curso con una carrera, en Argentina, en la que protagoniz¨® un desastre tras otro ¨Cse le cal¨® la moto en la salida y, desde entonces, encaden¨® tres sanciones¨C y fue castigado porque en su obsesi¨®n por remontar una carrera para la que se cre¨ªa el favorito por poco se lleva por delante a unos cuantos pilotos, entre ellos a Rossi. Termin¨® 18?, sin un solo punto. Como en Mugello, donde esta vez cometi¨® un error que lo volvi¨® a dejar a cero.
Si bien, supo sobreponerse a sus propios errores, tambi¨¦n a las cr¨ªticas que sigue suscitando su pilotaje. No miente cuando dice que lo que le entra por un o¨ªdo le sale por otro. Se ha podido comprobar que le afectaron poco las cr¨ªticas de Rossi ¨C¡°Est¨¢ destrozando nuestro deporte¡±, dijo sobre su agresivo pilotaje¨C al inicio del a?o. Desde entonces, M¨¢rquez ha ganado cuando se ha sentido, al menos, en condiciones similares a sus rivales, Dovizioso y tambi¨¦n Lorenzo, los m¨¢s fuertes cada carrera, especialmente en la segunda parte del a?o. Y ha sabido gestionar las carreras en la que las Ducati eran superiores, como hizo desde Sachsering a Misano. Aprovech¨® el perfil del circuito de Alca?iz ¨Crueda en sentido contrario a las agujas del reloj, como a ¨¦l le gusta¨C y una pista nueva como Buriram para volver a encadenar dos victorias. Tres, con esta ¨²ltima en Jap¨®n. Donde corri¨® para ganar. La carrera y el t¨ªtulo.
M¨¢rquez corre sin temor. Sin temor a la pista, a la moto o a sus rivales ¨Cno en vano ha completado un curso magn¨ªfico con una lesi¨®n cr¨®nica en el hombro¨C, mucho menos a la clasificaci¨®n, a la que no suele mirar ni de reojo. No le importan las cr¨ªticas ni las quejas porque ¨¦l entiende el motociclismo como un deporte en el que el contacto no solo es posible sino que forma parte del espect¨¢culo. As¨ª gana. As¨ª se est¨¢ convirtiendo en una leyenda.
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