El armario sellado del f¨²tbol
De los m¨¢s de 10.700 futbolistas que han jugado en Primera, ninguno ha dicho ser homosexual. La AFE, la FEF y LaLiga carecen de planes espec¨ªficos de apoyo como los de otros pa¨ªses europeos
La cuenta de Twitter del Wolfsburgo envi¨® el 5 de octubre a la del Bayern un gif que repet¨ªa en bucle el baile de dos mujeres en una fiesta. Inclu¨ªa un mensaje: ¡°Os deseamos lo mejor, divert¨ªos celebrando¡±. Respond¨ªa a un tuit de la secci¨®n femenina del club b¨¢varo que anunci¨® la boda de dos de las jugadoras: la delantera checa Lucie Vonkova, de 26 a?os, y la lateral holandesa del segundo equipo, Claudia van den Heiligenberg, de 33, ahora Claudia Vonkova.
El gif con el que el Wolfsburgo salud¨® la tercera boda entre dos futbolistas del mismo sexo en activo podr¨ªa servirle para futuras ocasiones (decenas de jugadoras han salido del armario, entre ellas Mapi Le¨®n, del Bar?a). ¡°Que sea m¨¢s f¨¢cil salir del armario para una mujer creo que tiene que ver con la cultura de ¡°macho¡± de los hombres. Quiz¨¢ tambi¨¦n con que est¨¦n preocupados por sus carreras, o por perder patrocinadores. En el f¨²tbol femenino, las parejas gais son tan aceptadas como las hetero, al menos aqu¨ª en Alemania y en Holanda¡±, dice Van den Heiligenberg. El Wolfsburgo no necesita buscar por ahora un gif con dos hombres bailando.
Auch von uns alles Gute und viel Spa? beim Feiern ??? #VfLWolfsburg pic.twitter.com/OQRXMRXato
— VfL Wolfsburg (@VfL_Wolfsburg) October 4, 2018
No se conoce un futbolista gay en activo en la Bundesliga, la Premier, el Calcio o LaLiga. Desde su primera temporada, la 1928-29, han disputado al menos un partido en la Primera espa?ola 10.722 futbolistas, seg¨²n BDF¨²tbol. Ninguno dijo ser homosexual.
¡°Aunque solo sea por estad¨ªstica, no puede ser¡±, dice Rub¨¦n L¨®pez, presidente del Observatorio Madrile?o contra la LGTBfobia, miembro de la ejecutiva de Arc¨®poli y exresponsable de deportes de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). ¡°Solo puede ser por dos razones: o estos futbolistas no son capaces de llegar a la ¨¦lite, porque se rinden antes, o cuando llegan no pueden decirlo¡±, afirma.
L¨®pez recuerda un caso del segundo tipo: ¡°En 2009, en Madrid, se acerc¨® a una asociaci¨®n un futbolista extranjero de un club de Primera, porque ten¨ªa la intenci¨®n de salir del armario. Los primeros contactos fueron a trav¨¦s de sus abogados y luego ya hubo una reuni¨®n con el futbolista. Y all¨ª le desaconsejaron que lo hiciera. Le dijeron que el momento no era adecuado, que el entorno no estaba preparado¡±.
Los estadios de f¨²tbol son el mayor foco de homofobia hoy d¨ªa Rub¨¦n L¨®pez, Arc¨®polis
Aparte de las dificultades que pueda suponerle al principio hablar de su orientaci¨®n con el entorno pr¨®ximo (familia, amigos), el futbolista profesional se coloca cada tres d¨ªas en el centro de un circo repleto de varias decenas de miles de aficionados. ¡°Los estadios son probablemente el mayor foco de expresi¨®n espont¨¢nea e impune de homofobia en nuestro pa¨ªs ahora mismo¡±, dice L¨®pez.
Existe una queja generalizada entre los colectivos que defienden los derechos de la comunidad LGTB sobre la actual ley del deporte, en tr¨¢mite de sustituci¨®n por una nueva. Lo explica David Guerrero, presidente de la asociaci¨®n Deporte y Diversidad: ¡°En un campo no puedes llamar ¡®negro¡¯, pero s¨ª ¡®maric¨®n¡¯. Si un futbolista sale del armario, ?cu¨¢l va a ser el insulto cuando falle un penalti?¡±, dice. ¡°Nos encantar¨ªa que un jugador saliera del armario. Necesitamos faros. Ayudan a normalizar y son referentes para chavales que se encuentran en un proceso de autoaceptaci¨®n. Pero no es justo achacar la responsabilidad solo a los jugadores. La responsabilidad es de todos¡±, dice Guerrero.
El caso fallido de la Premier
Hay pa¨ªses europeos que han conseguido que los estadios sean algo m¨¢s amigables para los homosexuales. Muchos de los equipos de la Premier cuentan con pe?as de aficionados gais, que cuelgan sus pancartas en la grada los d¨ªas de partido y reciben apoyo de las directivas de los clubes. Est¨¢n los Gay Gunners (Arsenal), los Canal Street Blues (Manchester City), los Proud Lilywhites (Tottenham), los Chelsea Pride (Chelsea). Uno de los miembros de estos ¨²ltimos, Ed Connell, tambi¨¦n presidente de la Gay Football Supporters¡¯ Network, la red de aficionados homosexuales, explica que, pese a que en la Premier se ha combatido mucho contra la homofobia los ¨²ltimos cuatro a?os, cree que no tendr¨¢n un futbolista gay durante un tiempo.
Recuerda un episodio que comenz¨® en octubre de 2015 y acab¨® mal. Un peri¨®dico public¨® que hab¨ªa dos futbolistas de la Premier, uno de ellos internacional ingl¨¦s, en disposici¨®n de salir del armario. Los responsables de la federaci¨®n dijeron en p¨²blico que era ¡°el momento correcto¡±. Y lo parec¨ªa. Pero se produjo un giro perverso. ¡°Algunos medios empezaron a intentar adivinar qui¨¦nes eran. Y luego todo el mundo intent¨® adivinar. Empezaron a salir jugadores a decir: ¡®No soy yo¡¯. Aquello se convirti¨® en una historia negativa. Es triste ver que tienen que salir a decir ¡®no soy yo¡±.
La AFE, la FEF y LaLiga carecen de planes espec¨ªficos de apoyo
Aquello qued¨® almacenado en el caj¨®n de lo fallido, que en la Premier sigue marcado por la tragedia de Justin Fashanu. El futbolista ingl¨¦s, nacido en 1961, hijo de un abogado nigeriano, fue en 1981 el primer jugador negro por el que se pag¨® un mill¨®n de libras. En 1990 se convirti¨® tambi¨¦n en el primero en activo en declararse p¨²blicamente homosexual. Todav¨ªa sigue siendo el ¨²nico en una de las principales ligas (el alem¨¢n Hitzlsperger lo hizo ya retirado). Su anuncio, en The Sun, fue recibido de manera hostil por la prensa, los aficionados y muchos futbolistas.
Una reacci¨®n del mismo tenor que la que hab¨ªa sufrido antes en el vestuario del Nottingham Forest. Su entrenador, Brian Clough, que fue quien decidi¨® pagar el mill¨®n, lo apart¨® del equipo, enfurecido al enterarse de que frecuentaba locales de ambiente. En su autobiograf¨ªa, Clough recoge esta escena: ¡°?D¨®nde vas si quieres una barra de pan?, le pregunt¨¦. A la panader¨ªa, supongo. ?D¨®nde vas si quieres una pierna de cordero? A la carnicer¨ªa. ?Entonces por qu¨¦ sigues yendo a ese maldito club de maricones?¡±. Fashanu se ahorc¨® en 1998. Cinco a?os despu¨¦s del suicidio, Clough reconoci¨® a The Observer que uno de sus mayores arrepentimientos segu¨ªa siendo su reacci¨®n con ¨¦l.
Fashanu a¨²n es el ¨²nico, y Connell lo lamenta: ¡°El f¨²tbol est¨¢ en el coraz¨®n de la sociedad brit¨¢nica. Tenemos referentes en todos los campos, pero en este no nos sentimos representados. Es como si el f¨²tbol no nos perteneciera del todo¡±.
Cordones arco¨ªris
Mientras, el mes que viene regresa la campa?a de los cordones arco¨ªris, que podr¨¢n verse en las botas de decenas de futbolistas de la Premier. En su sexto a?o, abarcar¨¢ tres jornadas (del 17 de noviembre al 7 de diciembre) en lugar de una, como sol¨ªa. Tiene el apoyo de todos los clubes y el respaldo p¨²blico de la Federaci¨®n Inglesa (FA). Seg¨²n la fundaci¨®n Stonewall, que organiza la campa?a, el a?o pasado tuvo el efecto de reducir un 8% el n¨²mero de aficionados de entre 18 y 34 a?os que pensaba que el lenguaje hom¨®fobo resultaba aceptable.
En Espa?a, la FELGTB trat¨® de impulsar una campa?a similar en 2015, en la jornada liguera del 21 y 22 de febrero, la m¨¢s cercana a la fecha de nacimiento de Fashanu, 19 de febrero. Se unieron el Rayo, el Racing, el Legan¨¦s y, a t¨ªtulo individual, Sa¨²l ?¨ªguez y Ra¨²l Jim¨¦nez, del Atl¨¦tico. Despu¨¦s, apenas han seguido el Rayo y el Legan¨¦s, cuyo capit¨¢n llev¨® la temporada pasada un brazalete arco¨ªris, campa?a de la revista Panenka, contra el Real Madrid el 21 de febrero. ¡°Solemos ayudar con todas las causas sociales que podemos. Nuestra forma de ser es que la ciudad est¨¦ orgullosa de su club¡±, dicen desde el Legan¨¦s.
En los 90, Fashanu fue apartado del Forest tras decir que era gay
¡°Se han hecho campa?as contra el racismo y la xenofobia en el f¨²tbol, pero ninguna contra la homofobia¡±, lamenta David Guerrero. ¡°Ser negro no se puede ocultar¡±. Cuando Arc¨®poli se reuni¨® con responsables de LaLiga para animarles a poner en marcha campa?as de este tipo, la respuesta que recibi¨® Rub¨¦n L¨®pez fue que no era necesario: ¡°No hay homofobia en el f¨²tbol espa?ol. Nos lo habr¨ªan dicho los futbolistas. Por eso no hacemos campa?as¡±.
Tampoco ha visto la necesidad la Federaci¨®n Espa?ola (RFEF), sin ning¨²n programa inclusivo en l¨ªnea con los de la inglesa, alemana, holandesa y danesa. Ni la AFE, durante d¨¦cadas sindicato ¨²nico de jugadores, y hasta hace dos a?os solo de hombres, al que no ha acudido a solicitar ayuda ning¨²n futbolista gay. ¡°Nunca se ha dirigido nadie a nosotros. Si alg¨²n d¨ªa alguno lo hace, tenemos a disposici¨®n de los asociados el servicio jur¨ªdico, por si quiere poner una denuncia por acoso contra alg¨²n compa?ero¡±, dice una fuente oficial.
Amenazas a Zero
Anudadas a las razones socioambientales van las econ¨®micas. En 2006, la revista Zero preparaba un reportaje con una decena de futbolistas. ¡°En aquella ¨¦poca ¡ªrecuerda su director, Miguel ?ngel L¨®pez¡ª, malacostumbramos a la sociedad con una secuencia de salidas del armario en sectores recalcitrantes, como el Ej¨¦rcito y la Iglesia. Y se echaba de menos el f¨²tbol. El que m¨¢s me insist¨ªa era el propio Zapatero¡±. Su Gobierno hab¨ªa impulsado la aprobaci¨®n del matrimonio homosexual en julio de 2005.
La revista ¡®Zero¡¯ par¨® un reportaje con jugadores por presiones de sus clubes
Durante la gestaci¨®n del reportaje, la noticia lleg¨® a sus equipos y representantes. ¡°Eran dos o tres del Athletic, dos o tres de la Real Sociedad, uno o dos del Madrid y uno o dos del Barcelona. De primer orden. Se arm¨® la marimorena. Recib¨ª amenazas de los clubes: ¡®Vamos a hundir tu revista¡¯. La principal fue del Madrid, tan c¨®mica, tan pat¨¦tica: ¡®En nuestro club no tenemos jugadores homosexuales, pero si sac¨¢is alguno¡", recuerda L¨®pez. ¡°Luego uno de ellos me cont¨® que lo que m¨¢s le preocupaba era su entorno personal y no tanto el vestuario. Otro hablaba de c¨®mo le ver¨ªa la sociedad, la p¨¦rdida de influencia, el dinero, por el poco tiempo duraban sus carreras¡±, dice L¨®pez.
Ya retirados tampoco encuentran incentivos para hacer p¨²blica su orientaci¨®n. Joaqu¨ªn Gasca, periodista de la revista Shangay, cuenta el caso de un exfutbolista de Primera y de la selecci¨®n espa?ola, que bien entrada la cuarentena, alejado de cualquiera de las derivadas del f¨²tbol, y casado con el que hab¨ªa sido su novio, prefiere seguir con la misma discreci¨®n: ¡°Me dice: ¡®?para qu¨¦? No tengo la necesidad¡¯. Entiendo que no quiera convertirse en una especie de m¨¢rtir¡±, dice Gasca. Coincide L¨®pez: ¡°No quiero m¨¢rtires. Quiero ayudarles a estar bien. No puedo garantizarles que no va a pasar nada, pero s¨ª se puede trabajar en crear el ambiente para que vivan como los heteros¡±.
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