Carlsen conf¨ªa en ganar por penaltis
El campe¨®n empata sin arriesgar la 11? partida con blancas y jugar¨¢ la ¨²ltima con negras (5,5-5,5)
Magnus Carlsen est¨¢ mal preparado, adem¨¢s de falto de confianza. Es la ¨²nica conclusi¨®n l¨®gica de su juego gris con las piezas blancas en el decepcionante empate de la pen¨²ltima partida del Mundial de Londres contra Fabiano Caruana, quien tendr¨¢ la iniciativa el lunes en la ¨²ltima tras once tablas (5,5-5,5). El eventual desempate r¨¢pido ser¨ªa el mi¨¦rcoles.
¡°Fabiano me ha sorprendido en la apertura, y despu¨¦s la posici¨®n ya no daba para m¨¢s¡±, resumi¨® el campe¨®n en la conferencia de prensa. Dado que nadie recuerda una mentira de Carlsen -suele tender m¨¢s bien a ser demasiado sincero-, solo puede deducirse que su preparaci¨®n de las aperturas es un desastre: Caruana, uno de los mayores especialistas del mundo en la Defensa Petrov, le jug¨® adem¨¢s una de las variantes incluidas en la lista del famoso v¨ªdeo publicado por error al principio del duelo por Club de Ajedrez de San Luis (EEUU), muy pr¨®ximo al retador. ¡°No he tenido problema alguno para igualar r¨¢pidamente¡±, subray¨® el aspirante.
Roza lo incre¨ªble que el noruego se prepare contra esa variante y lo ¨²nico que logre sea una posici¨®n de medio juego sin damas, y por tanto con reducid¨ªsimas probabilidades de victoria frente a un rival tan fuerte, aunque tuviera una ventaja infinitesimal. Quiz¨¢ sea significativo que, dos minutos antes de la conferencia de prensa, en una entrevista con la televisi¨®n estatal noruega (NRK), emplease el plural ¨C¡°Caruana nos ha sorprendido¡±-, porque nunca lo hace cuando puede implicar una cr¨ªtica impl¨ªcita a su equipo de analistas.
En todo caso, ya es una evidencia -reconocida incluso, en conversaciones privadas, por personas muy pr¨®ximas a ¨¦l- que su principal problema no es la falta de preparaci¨®n sino la falta de confianza. Desde que lleg¨® a Londres, Carlsen ha dado la sensaci¨®n de sufrir una permanente contradicci¨®n interna: por un lado, conf¨ªa en su papel de favorito ante un eventual desempate porque siempre ha sido superior a Caruana en la modalidad r¨¢pida (se jugar¨ªa una primera tanda de cuatro partidas con 25 minutos por bando) y m¨¢s a¨²n en las partidas rel¨¢mpago (cinco series de dos, con cinco minutos para cada uno, si persiste el empate); por otra parte, se siente inc¨®modo ante la perspectiva de mantener el t¨ªtulo otra vez de ese modo, como en 2016 ante Sergu¨¦i Kariakin, porque no es eso lo que se espera de un gran campe¨®n, considerado adem¨¢s como un genio.
Si Carlsen estuviera tan motivado como hace cuatro a?os, ser¨ªa l¨®gico que en este pen¨²ltimo asalto plantease una apertura muy inusual -como hace tantas veces en los torneos-, sali¨¦ndose de la teor¨ªa conocida lo antes posible con el fin de que Caruana tenga que pensar desde el principio y pueda apurarse de tiempo. Es lo que deseaban probablemente los aficionados que pagaron 70 libras (79 euros) por pasar la tarde en la sede del Mundial. En lugar de ello entr¨® en un camino archianalizado, y adem¨¢s se equivoc¨® en su preparaci¨®n.
Pero la historia no termina ah¨ª. Cuando el escandinavo pensaba su duod¨¦cima jugada, Kariakin comentaba la partida en directo con Judit Polgar: ¡°Ahora hay una l¨ªnea aguda, 12 Ag5, y otra que lleva a una posici¨®n tabl¨ªfera, 12 Rb1, porque se cambiar¨¢n las damas enseguida¡±. Tras varios minutos de reflexi¨®n -algo dif¨ªcil de comprender si todo estaba preparado-, Carlsen jug¨® 12 Rb1. No es descartable que el campe¨®n se sintiera pat¨¦tico cuando regresaba al hotel despu¨¦s de tres horas de juego muy aburrido.
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