Espa?a sub-17 derrota a Nueva Zelanda y jugar¨¢ contra M¨¦xico en la final por el primer Mundial para el f¨²tbol femenino

Espa?a est¨¢ en la final de otro Mundial, esta vez gracias al prol¨ªfico f¨²tbol base femenino, que cada vez ofrece m¨¢s motivos para la esperanza y m¨¢s alegr¨ªas. Las de To?a Is lograron el pase este mi¨¦rcoles en Montevideo, en el Estadio Charr¨²a, ante la cenicienta de la semifinal, las laboriosas neozelandesas (2-0), que pueden salir del torneo orgullosas de su actuaci¨®n: "Hemos llegado m¨¢s lejos que cualquier otra disciplina deportiva de nuestro pa¨ªs", coment¨® su entrenador, Leon Birnie, en la rueda de prensa previa al partido.

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Nueva Zelanda puede irse con la cabeza alta sobre todo porque lograron que durante la primera media hora de partido no estuviese nada claro que las espa?olas fuesen a cumplir con su papel de favoritas. Las de Birnie se plantaron en campo de las espa?olas con dos bloques compactos, bien trabajados, y una presi¨®n alta ejercida en bloque por las cuatro jugadoras del medio campo para dificultar la salida de bal¨®n.

Espa?a reprodujo ante las kiwis los problemas que ya manifest¨® ante Corea del Norte en la circulaci¨®n de la pelota. Irene L¨®pez, que ha nacido para ser directora de orquesta, se sit¨²a en la mediapunta de un 4-2-3-1, demasiado lejos de la salida del bal¨®n como para ordenar el tr¨¢fico, mientras que Paola Hern¨¢ndez y Eva Alonso, el doble pivote, se preocupa m¨¢s del orden que de la creaci¨®n.

Con Nueva Zelanda expandida y Espa?a cayendo en un juego vulgar, la primera parte se convirti¨® en un duelo entre las dos extremas diestras, Eva Navarro y Rennie. Alejadas, por ahora, de la moda de jugar a banda cambiada, ambas buscaron aprovechar su velocidad para inclinar el partido desde su banda. Navarro lo hizo adem¨¢s habilitada por la delantera Claudia Pina. La delantera del Barcelona, hija de su escuela futbol¨ªstica, se descuelga con astucia como falsa nueve para abrir espacios y buscar a Paralluelo y a la propia Navarro. Tres veces percuti¨® la jugadora del Levante por la banda derecha, y respondi¨® Rennie desbordando dos por su banda y dejando un bal¨®n atr¨¢s para que Fraser estrellase su punterazo en el larguero de la porter¨ªa defendida por Cata Coll. Fue el mayor apuro que pas¨® la selecci¨®n.

Espa?a encontr¨® el gol antes que el f¨²tbol gracias a los nervios de Mackay-Wright. La central neozelandesa no pudo despejar con contundencia un centro llegado por la derecha en la en¨¦sima incursi¨®n de Navarro. Pina, que es ya la segunda m¨¢xima goleadora del torneo con cinco goles, aprovech¨® el bal¨®n que qued¨® muerto en el ¨¢rea para hacer el 1-0 al filo de descanso.

Con el gol y el fin de los primeros 45 minutos las de Is se sacudieron los nervios. En la segunda parte el bal¨®n se movi¨®, si no con m¨¢s velocidad, s¨ª con m¨¢s claridad, con Irene L¨®pez m¨¢s cerca de los lugares donde se construye el juego. Precisamente fue ella quien anot¨® el 2-0 en el minuto 47 tras otro rechace en semifallo de Mackay-Wright. La volea, ejecutada desde la frontal del ¨¢rea grande a bote pronto, entr¨® pegada al palo y tuvo la virtud de mostrar las cualidades t¨¦cnicas de una jugadora llamada a liderar el juego de toda una generaci¨®n. Fue uno de los mejores goles del torneo.

Las kiwis capitularon con el segundo gol y, desesperanzadas, abandonaron la presi¨®n asfixiante de la primera parte para no arriesgar y no salir del su Mundial m¨¢s brillante con un resultado abultado. Is tambi¨¦n lo entendi¨® as¨ª y retir¨® a L¨®pez y a Navarro, sabedora de que por sus botas pasar¨¢n buena parte de las posibilidades de Espa?a en la final del s¨¢bado contra M¨¦xico, que derrot¨® 1-0 a Canad¨¢. Las chicas de la sub-17 se han citado con la historia.