Vinicius contra la depresi¨®n

La primera impresi¨®n que caus¨® Vinicius J¨²nior en el cuerpo t¨¦cnico de Julen Lopetegui cuando le vieron entrenar en Valdebebas por primera vez, el pasado 16 de julio, fue de estupor. Sometido al ritmo fren¨¦tico que suelen imponer los ejercicios en los equipos europeos de primer nivel, donde la extenuaci¨®n f¨ªsica alcanza su grado m¨¢ximo en tareas en las que se requiere tomar decisiones sin apenas tiempo y espacio para reaccionar, el muchacho se equivoc¨® en casi todo. ¡°Es un portento f¨ªsico pero t¨¢cticamente est¨¢ m¨¢s verde que la retama¡±, juzg¨® un testigo de aquellas sesiones.

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Acababa de cumplir 18 a?os y su traspaso, incluyendo todos los gastos, se cifraba entre los 40 y los 60 millones de euros, seg¨²n diversas fuentes. En julio nada hac¨ªa pensar que bajo esa presi¨®n un futbolista inmaduro reci¨¦n llegado a un universo extra?o acabar¨ªa asumiendo la responsabilidad que ha adquirido Vinicius en el Madrid. En contraste con la lasitud de una plantilla dominada por el declive an¨ªmico, el brasile?o derrocha optimismo. Considerando los cuatro partidos disputados tras el Mundialito, las estad¨ªsticas lo se?alan como el m¨¢s resolutivo del Madrid en 2019. Concluida la dif¨ªcil visita al Benito Villamar¨ªn con una victoria azarosa (1-2), el atacante suma un gol (igual que Benzema, Ramos, Lucas, Modric, Varane y Ceballos), una asistencia (igual que Kroos, Lucas y Odriozola), 13 remates (por delante de Benzema, que acumula 12), y 13 regates buenos (lejos de Carvajal, que le sigue con seis).

Lopetegui le trat¨® con la m¨¢xima desconfianza. Quiz¨¢s pas¨® por alto que bajo el manto de distra¨ªda ingenuidad el jugador ocultaba un car¨¢cter desesperado. Dicen en el club que nadie se atorment¨® m¨¢s que Vinicius tras su primer contacto con sus nuevos compa?eros. Cada vez que regresaba a casa repet¨ªa lo mismo. ¡°?Tengo que mejorar!¡±, dec¨ªa. ¡°?Tengo que mejorar!¡±.

Le confes¨® a sus amigos que lleg¨® a sospechar que no estaba preparado para jugar en el Madrid. Porque lo que hab¨ªa hecho hasta entonces no ten¨ªa nada que ver. Goleador de Brasil sub-15 y sub-17 en sendos Sudamericanos, hab¨ªa causado sensaci¨®n en la torcida de Maracan¨¢ ejerciendo de palomero en el Flamengo. En imitaci¨®n desacomplejada de Neymar, su referencia absoluta, se tiraba a un costado, esperaba que le llegara el bal¨®n y despegaba con todo su repertorio de arrancadas, frenadas, cambios de direcci¨®n, lambrettas y el¨¢sticas. Solo quer¨ªa alcanzar el gol por la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida y ¡ªa ser posible¡ª vistosa.

En el Madrid las exigencias se redoblaban. Comenzando por una ley que nunca hab¨ªa contemplado: juzgar cu¨¢ndo arriesgar y cu¨¢ndo no. Lo que m¨¢s le llam¨® la atenci¨®n en sus primeros entrenamientos fue que sus colegas jam¨¢s perd¨ªan balones sencillos. En contra de su impulso ¡ªacelerar y rematar maniobras dignas de highlight de telediario¡ª, observ¨® que aqu¨ª no se pod¨ªa competir sin antes elegir bien cu¨¢ndo y c¨®mo emprender la acci¨®n decisiva. Lo imprescindible ya no era desequilibrar sino darle continuidad a las jugadas. As¨ª comenz¨® a asociarse, a buscar el pase, y, por extensi¨®n, a ofrecerse continuamente para que le dieran la pelota al pie o al espacio. Una bomba de ox¨ªgeno para un Madrid asfixiado.

Le llaman ¡®Pel¨¦¡¯

Ir¨®nicamente bautizado Pel¨¦ por alg¨²n veterano que le contempla como la avanzadilla del proyecto de regeneraci¨®n del presidente, Florentino P¨¦rez, el joven atacante goza del respaldo del entrenador, Santiago Solari, del mismo modo que Isco ha quedado en el lado de la sombra de los planes estrat¨¦gicos. Solari se limita a ejecutar directrices. As¨ª lo dej¨® entrever Emilio Butrague?o, tan fr¨ªo en la defensa de Isco como elocuente en la exaltaci¨®n del m¨¢s ilustre representante de la nueva apuesta presidencial.

¡°Vinicius¡±, dijo el portavoz a Movistar+ en el palco del Benito Villamar¨ªn, ¡°casi siempre mejora la jugada cuando recibe la pelota. Por ejemplo, el pase que le ha dado a Valverde en el primer tiempo, en un contragolpe que pudo terminar en gol. Nosotros [los dirigentes] desde el palco, antes de que Vinicius iniciara la carrera est¨¢bamos diciendo: ¡®?Valverde!. Y ¨¦l ya lo hab¨ªa visto. Solo ese detalle da una idea de la categor¨ªa del jugador¡±.

Nacido en Sao Gon?alo, en la orilla menos afortunada de la Bah¨ªa de Guanabara, lo primero que destacan sus interlocutores es su mirada despejada y su predisposici¨®n risue?a. Sigue cometiendo errores por falta de criterio pero los compensa con un entusiasmo febril. Ahora s¨ª asegura estar convencido de que tiene un sitio en el equipo titular, y advierte que cuando Bale y Asensio se recuperen de sus lesiones pondr¨¢n a prueba su nueva posici¨®n. Para defenderla, se esfuerza por dejar huella a toda velocidad. Aunque para ello tenga que jugar sin haberse recuperado del todo de una gripe, como hizo en Sevilla.