Barcelona - Sevilla, noche del cop¨®n en el Camp Nou
El conjunto azulgrana remonta con una gran goleada al equipo de Mach¨ªn gracias al juego de Messi, el aporte goleador de Coutinho y las manos de Cillessen
Aunque se ponga en duda su valor, seguramente no hay mejor competici¨®n para preparar la Champions que la Copa. Ambos son torneos excitantes, llenos de episodios futbol¨ªsticos ¨²nicos, tambi¨¦n de momentos cambiantes, un carrusel de emociones, incluso en el sibarita Camp Nou. Los azulgrana dise?aron el partido contra el Sevilla como si se quisieran vengar de la Roma. Necesitan los jugadores de retos inmediatos y pr¨®ximos para llegar a punto para enfrentarse pr¨®ximamente al Olympique de Lyon. Ninguno m¨¢s divertido que las semifinales de la Copa.
Merece el Bar?a que le tomen en cuenta tambi¨¦n en su torneo favorito despu¨¦s de la exhibici¨®n ante el Sevilla. Las figuras aparecen siempre en los instantes de m¨¢xima exigencia despu¨¦s de que los protagonistas del torneo hayan sido an¨®nimos como Chumi o Denis Su¨¢rez. Aunque fue una victoria de equipo, Messi estuvo tan solidario que sus compa?eros se reunieron finalmente para regalarle el gol, una obra de arte digna de la mejor versi¨®n barcelonista, y que pusiera el punto y final al divertimento: 6-1. El n¨²mero 50 de la cuenta del 10 en la Copa, uno m¨¢s que Kubala, a 14 de Samitier.
Ver para creer en el Camp Nou. Ni con el anuncio de la alineaci¨®n hab¨ªa prendido la mecha de la remontada en el estadio del Bar?a. A excepci¨®n de la ruidosa Grada de Animaci¨®n, nadie atend¨ªa a la voz estridente del speaker mientras calentaban diez titulares y Cillessen. Muy pocos atendieron a la llamada de Messi y menos fueron los que se creyeron a Valverde cuando pronostic¨® una noche memorable para corregir el escarnio de Nervi¨®n. La hinchada se qued¨® mayoritariamente en casa, quieta ante el televisor, sin saber todav¨ªa si al equipo le conven¨ªa o no pasar ronda en la Copa. Ya ver¨ªa con el tiempo hasta donde le llevaba el partido, insensible al ¡°vamos a por todo¡± que anunci¨® el segundo entrenador, Jon Aspiazu. Hab¨ªa mucho cemento en el silencioso Camp Nou.
As¨ª que el equipo jugaba muy solo, consciente de que la ¨¦pica ya no se prepara desde la grada con 58.050 aficionados sino que se vive con millones de espectadores frente a la pantalla, convencidos los futbolistas de que son m¨¢s estrellas que guerreros, sobre todo en el Barcelona. Acaso hab¨ªa que defender con el coraz¨®n y atacar con la cabeza, sobre todo porque quien manejaba el partido es una figura est¨¦tica como Messi. Al comp¨¢s del 10, los azulgrana le dieron ritmo al encuentro y velocidad a la pelota, un despliegue muy exigente incluso para un equipo serio de la talla del Sevilla. El partido gir¨® descaradamente a favor del Bar?a a partir de dos penaltis y a la media hora ya estaba igualada la eliminatoria despu¨¦s de los goles de Coutinho y de Rakitic: 2-0.
Coutinho transform¨® la pena m¨¢xima que le concedi¨® Messi, derribado por Promes, mientras Rakitic remat¨® una asistencia preciosa y precisa de Arthur. El brasile?o meti¨® por fin un pase profundo e inteligente que evoc¨® a su ¨ªdolo Xavi. Y, en medio, Cillessen emergi¨® providencial para sacar un remate de tac¨®n de Andr¨¦ Silva y posteriormente rechazar el tiro desde los once metros de Banega despu¨¦s de que Piqu¨¦ derribara en el ¨¢rea a Roque Mesa. Tocaba y llegaba el Sevilla, muy aireado por los costados, especialmente por el del velocista Promes, y encaraba con determinaci¨®n el Barcelona. La tormenta barcelonista se desat¨® nada m¨¢s salir del vestuario en el descanso cuando contaron dos goles en tres minutos y se puso 4-0.
Apareci¨® Coutinho
Apareci¨® Coutinho para cabecear un centro de Luis Su¨¢rez y despu¨¦s Sergi Roberto cruz¨® un pase delicado de Messi. Nadie daba un c¨¦ntimo por el Sevilla a pesar de que a los azulgrana les costaba descansar con la pelota, controlar el juego, cuando un error con el pie de Cillessen provoc¨® el gol de Aranda. Los cambios futbol¨ªsticos y an¨ªmicos son tremendos en la Copa. El control emocional resulta tan complicado que hasta Messi es capaz de fallar un gol cantado servido por Luis Su¨¢rez y no afinar un poco m¨¢s tarde en un tiro aparentemente sencillo ante Soriano. Muy efectivos al inicio, no atinaban al final los azulgrana mientras Mach¨ªn cargaba su ataque con Ben Yedder y Bryan. Valverde respondi¨® con Arturo Vidal y Semedo.
Muy fatigados, necesitaban ambos equipos jugadores frescos: el Sevilla para su ofensiva y el Bar?a para contener, un debate digno del mejor thriller psicol¨®gico, el momento Messi. El 10 tir¨® la contra despu¨¦s de un c¨®rner a favor y Alba le puso la pelota a pies de Luis Su¨¢rez para que rematara el 5-1. El sexto se lo dieron a Messi para que los dos artilleros culminaran la obra iniciada con Coutinho y Cillessen.
A pesar de los picos de juego, nunca se vio un partido tan bien pintado por el Bar?a, un equipo que se ha puesto a jugar a la carta, a emocionar solo cuando hay riesgo, desaf¨ªo o prestigio en juego, una tensi¨®n que solo se da en la Champions y tambi¨¦n en la Copa. No parece conveniente perderse las semifinales y puede que entonces cuantos vieron el partido por la televisi¨®n acudan a la cancha y pidan el triplete una vez que se volvi¨® a ver un tridente formado por Coutinho, Messi y Luis Su¨¢rez en una noche del cop¨®n contra el Sevilla que record¨® al 6-1 contra el PSG. La Champions y la Copa.
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