Padres en la escuela del deporte
Talleres pr¨¢cticos e intercambios de roles ayudan a desterrar la violencia y que los familiares gestionen sus emociones cuando acuden a partidos de sus hijos
Un estudio gubernamental indica que en Espa?a una media de m¨¢s de seis de cada diez chicos y chicas en edad escolar practican deporte bajo la supervisi¨®n de un monitor o entrenador y fuera del horario lectivo. Resulta sencillo entender que gracias a ello no solo adquieren habilidades y destrezas f¨ªsicas, sino que desarrollan pautas que tienen que ver con la cooperaci¨®n, el respeto o la integraci¨®n. Se trabaja con los chicos, proliferan escuelas de entrenadores y por eso cada vez est¨¢n mejor preparados, los ¨¢rbitros tienen colegios en los que se adiestran. ¡°Pero en todo este microsistema hay un cuarto agente, los padres y madres¡±, advierte Alfredo S¨¢enz, doctor en Psicolog¨ªa Social por la Universidad de Zaragoza. Y ah¨ª surge la cuesti¨®n: ?C¨®mo se educa a los padres?
El f¨²tbol, en especial en la base, remueve conciencias con cierta frecuencia. Brotan intereses alejados de la ¨¦tica, fricciones, peleas que se viralizan. Y suenan alarmas que se disipan hasta la siguiente bronca. Hace unos meses, en A Coru?a ocurri¨® un suceso que pas¨® desapercibido. Un ni?o de 9 a?os le llam¨® a un contrincante ¡°negro de mierda¡±, su entrenador le escuch¨®, le reconvino y le explic¨® que el siguiente partido lo iba a ver desde el banquillo a pesar de que su nivel futbol¨ªstico estaba por encima del de sus compa?eros. La madre se lo llev¨® a otro equipo. ¡°Me enter¨¦ de lo que pas¨®, me hizo pensar y organizamos unos talleres dirigidos a padres y una charla con ¨¢rbitros que dieron a conocer su labor a padres, t¨¦cnicos y jugadores¡±, explica Alfonso Queijo, presidente del Orillamar, un cl¨¢sico del f¨²tbol base coru?¨¦s.
Tampoco invent¨® nada que no existiese. Lo relevante es que cada vez hay m¨¢s iniciativas as¨ª. ¡°Tocamos cuestiones como h¨¢bitos saludables, primeros auxilios o comportamientos violentos¡±, completa Queijo. Esa es la chicha, c¨®mo abordar y reducir la violencia verbal e incluso f¨ªsica en un ¨¢mbito que deber¨ªa ser educativo y recreativo. ¡°Tratamos de dar a los padres unos par¨¢metros para que puedan controlar sus emociones en los partidos de sus hijos, les explicamos que para ellos son un espejo y que valoren c¨®mo se pueden sentir cuando les oyen insultar o meterse alguien¡±, apunta Javier Torres G¨®mez, que durante 16 temporadas fue profesional del f¨²tbol en el Real Madrid y el Valladolid, y en los dos ¨²ltimas campa?as recorri¨® casi todos los clubs de LaLiga con una escuela para padres.
Ahora, de vuelta al equipo pucelano, dirige un departamento multidisciplinar de Ciencias del Deporte. ¡°Ah¨ª tambi¨¦n nos preocupamos de que los padres vean que la manera como act¨²an ante el f¨²tbol es una lecci¨®n de vida que dan a sus hijos¡±. Y detalla: ¡°Si cuando los chicos se encuentran ante una situaci¨®n como la suplencia y los padres les defendemos, justificamos, criticamos al entrenador o incluso los cambiamos de equipo sin que intenten buscar soluciones por s¨ª mismos, estamos invit¨¢ndoles a no afrontar situaciones problem¨¢ticas en el d¨ªa a d¨ªa¡±.
Evento pionero en Sagunto
Ejercitar la voluntad de los padres no es sencillo, porque adem¨¢s los m¨¢s concienciados son justo los que acuden a las clases. ¡°Y son m¨¢s comunes los malos comportamientos en la grada lejos de las grandes canteras, que tambi¨¦n tienen otros problemas con los familiares¡±, describe S¨¢enz, que desarrolla iniciativas que ofrecen herramientas para que los padres aprendan a gestionar emociones. Trabaja en ello con federaciones territoriales, clubes o ayuntamientos como el de Sagunto, donde el pr¨®ximo mes de abril dirigir¨¢ un evento pionero sobre deporte y educaci¨®n en el que se expondr¨¢n acciones que fomenten la deportividad en entornos formativos.
¡°Llevamos a los padres al campo, a que controlen el bal¨®n ante una situaci¨®n de observaci¨®n o presi¨®n, que reproduzcan lo que viven entrenadores, ¨¢rbitros o jugadores. Intercambiamos roles y provocamos situaciones inc¨®modas para que sepan qu¨¦ se siente y c¨®mo controlarse¡±, explica. Tambi¨¦n Torres G¨®mez va en esa l¨ªnea, que no solo agrupa al familiar que critica y censura todo lo que se mueve sino al entrenador chill¨®n: ¡°Un t¨¦cnico que prepara algo, pero el jugador se equivoca, pierde el bal¨®n y le meten un gol en contra. ?Qu¨¦ hacer ah¨ª? Explicamos la importancia de elegir gestos y momentos. Muchas veces comerse el genio va en beneficio de la formaci¨®n de un chaval¡±.
¡°Tenemos que intentarlo, que los padres sean conscientes de que la relaci¨®n de los hijos con el deporte es para disfrutar y adquirir valores¡±, concluye Queijo, que invita a relativizar: ¡°Siempre habr¨¢ a quien le quede corto todo esto, que te dicen que su hijo se merece m¨¢s o que el club no est¨¢ a su altura porque pierde muchos partidos. Normalmente es gente que tiene mucha prisa y poco recorrido¡±.
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