?Qui¨¦n y por qu¨¦ quiere cambiar lo que funciona?

Estoy en la obligaci¨®n de advertir que el Anteproyecto de Ley del Deporte aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 1 de febrero pone en grave riesgo al deporte espa?ol (no solo al f¨²tbol). Detr¨¢s de esta advertencia no hay ninguna animadversi¨®n personal. He apoyado p¨²blicamente al ministro Guirao y a la presidenta del CSD los aciertos de su gesti¨®n, pero los clubes profesionales me han dado la gran responsabilidad de liderar esta industria (el f¨²tbol profesional) que representa el 1,37% del PIB y genera m¨¢s de 150.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos. Como presidente de LaLiga no puedo, por lo tanto, pasar por alto los errores y las interferencias interesadas en la redacci¨®n de este anteproyecto.

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Las palabras del Pedro S¨¢nchez, en la recepci¨®n de la selecci¨®n femenina sub-17, no dejan a la menor duda: ¡°Tambi¨¦n quiero reconocer el papel de Luis [Rubiales], porque ha hecho mucho para que esta ley tuviera lugar¡±. M¨¢s claro imposible.

Lo preocupante es que sabemos exactamente cu¨¢l ha sido este condicionamiento, y no ha sido ni altruista ni tangencial. El borrador de anteproyecto al que tuvimos acceso (casualmente) en LaLiga en diciembre ha sufrido un ¡°control de cambios¡± tan sorprendente como preciso. Las ligas profesionales se vac¨ªan de competencias y contenido en beneficio directo (en el caso del f¨²tbol) de dos instituciones que vienen p¨²blica y judicialmente luchando por este objetivo: la federaci¨®n de f¨²tbol, que desde la llegada a la presidencia de Luis Rubiales defiende acaparar competencias hasta ahora reconocidas a LaLiga desde hace a?os con pleno consenso, incluso por el propio Villar (con quien no soy sospechoso de afinidad); y el Real Madrid, que desde su visi¨®n de otra forma de entender LaLiga, sistem¨¢ticamente ha denunciado a LaLiga en los tribunales intentando defender lo que ahora ¡°casualmente¡± le otorga la ley.

Nadie puede negar que las ligas profesionales (cuyos miembros son los clubes participantes y que toman las decisiones por mayor¨ªas y en votaci¨®n secreta en LaLiga) son el modelo de ¨¦xito en todo el mundo para la gesti¨®n de las competiciones. Muchos Gobiernos e instituciones de otros pa¨ªses nos piden ayuda para replicar nuestro modelo. Pero si se aprueba este anteproyecto se limitar¨¢ (por no decir que se eliminar¨¢) la explotaci¨®n econ¨®mica colectiva en las competiciones profesionales. Esto significa dar dos pasos atr¨¢s, invertir la tendencia de crecimiento por la cual hemos acabado con la deuda hist¨®rica sobre todo con el Estado. ?Qu¨¦ sentido tiene cambiar el modelo?

El principal problema no tiene que ver con la intenci¨®n de LaLiga de apostar por el deporte no mayoritario espa?ol (mal llamado minoritario) y darle exposici¨®n en una OTT ¡ªla transmisi¨®n de audio, v¨ªdeo y otros contenidos a trav¨¦s de Internet¡ª, y a la vez trabajar en los nuevos modelos de conocer a los aficionados. Nadie de los implicados (federaciones, ligas¡­) ha visto situaciones de monopolios o de control de calendarios u horarios. El principal problema es desconocer hacia d¨®nde va la industria del deporte, que est¨¢ viviendo un momento ¡°revolucionario¡±. Esto no es ¨®bice para reconocer que una parte del anteproyecto es positiva, ya que refleja un esfuerzo por ordenar el deporte femenino y el deporte inclusivo, cuestiones que LaLiga viene abordando desde hace tres a?os con la Liga Iberdrola o la Liga Genuine.

Ser¨¦ ingenuo, porque pens¨¦ que con la llegada de S¨¢nchez, las intrigas de palacio (hoy de palcos), las denuncias an¨®nimas o el jactarse de ser amigo de, iban a terminar... Confiemos en que este error inicial pueda ser corregido en el futuro y que la industria del deporte espa?ol que no es contradictoria con los valores del deporte pueda crecer y generar riqueza para Espa?a.

Javier Tebas es presidente de LaLiga.