El PSG toma Old Trafford

Sin Cavani y sin Neymar, pero con Di Mar¨ªa, Verratti y Mbapp¨¦ estelares, el PSG dio un golpe de autoridad en Old Trafford. Dos goles de ventaja y un partido de altura ganado desde la posesi¨®n y una firme compostura de equipo que no ech¨® de menos la pompa de su estrella brasile?a. El United claudic¨® y termin¨® desquiciado, con Pogba expulsado.

Rugi¨® el Teatro de los sue?os con la salida inflamada de su equipo. La presi¨®n alta y una rosca tocada y tensa de Ashley Young que cruz¨® todo el ¨¢rea aportaron el atrezo de un escenario muy brit¨¢nico. La grada, contagiada por el entusiasmo de la era Solskjaer (10 victorias y un empate hasta ayer), jaleaba esas primeras embestidas de sus futbolistas. El PSG entendi¨® que su partido era otro. M¨¢s pausado y entregado al temple de Verratti. Los tiempos del juego fueron del italiano. Sospechoso de difuminarse en las grandes citas, anoche reivindic¨® su liviana figura pase a pase. Sus toques cadenciosos apagaron el fragor inicial del United. En su renacimiento, puede que Solskjaer y sus muchachos no se hayan encontrado una estructura tan trabajada para dominar los partidos desde la posesi¨®n. A Tuchel no le ha quedado m¨¢s remedio que tirar con Marquinhos de mediocentro defensivo. No es un especialista, pero no se complic¨® con la pelota. Se la dio al m¨¢s capacitado, a Verratti. Y cuando el juego se trab¨®, ¨¦l brasile?o fue un ancla firme sobre el que se apoy¨® el volante italiano para imponer su f¨²tbol dormidera.

El enfrentamiento esparc¨ªa por el campo ese prototipo de delanteros-gacela que marcan el camino de la modernidad. El PSG luc¨ªa a Mbapp¨¦ como el m¨¢ximo exponente de ese canon de futbolista fibroso, silueta apol¨ªnea y carrera fina. En el United, Lingard, Rashford y Martial respond¨ªan a ese perfil de velocistas elegantes. Cuando uno y otro equipo conced¨ªan pasto para correr dio la impresi¨®n de que el partido se convertir¨ªa en un duelo de zancadas estilizadas. Incluso poderosas, como la de Pogba, que en una arrancada raj¨® al centro del campo de Tuchel y a Kimpembe hasta plantarse en la l¨ªnea de fondo. Pogba oblig¨® a Buffon a interceptar su pase raso para que Rashford no lo empujara. Fue el acercamiento m¨¢s peligroso que se dio en todo el primer acto. El PSG impuso su f¨²tbol control desde ese momento. Solo se afil¨® en un par de acelerones de Mbapp¨¦ y en alg¨²n revoloteo de Di Mar¨ªa y Draxler, pero neutraliz¨® toda intenci¨®n del United de acelerar el juego.

La reanudaci¨®n devolvi¨® al PSG con las mismas trazas de equipo mand¨®n, pero m¨¢s convencido. El United, que perdi¨® a Martial y a Lingard antes del descanso por sendas lesiones, degener¨® en un equipo encogido. Alves puso un centro para que Mbapp¨¦ ense?ara por primera vez el colmillo. Su cabezazo lo repeli¨® De Gea en una estirada compleja por exigente: abajo y al palo. Si esa intervenci¨®n evit¨® el gol, su estatismo en el saque de esquina le conden¨®. Di Mar¨ªa cerr¨® un globo que se pase¨® por el ¨¢rea peque?a. Kimpembe, libre de marca, lo remach¨® sin oposici¨®n. Di Mar¨ªa celebr¨® su asistencia encar¨¢ndose con una hinchada que en su etapa en Old Trafford le despreci¨®. A¨²n festej¨® m¨¢s el segundo pase de gol. La carrera se la dibuj¨® Verratti con un pase al espacio. El centro raso y por abajo fue un escaparate para que Mbapp¨¦ ense?ara en todo su esplendor su velocidad y su finura para definir. Llegando desde atr¨¢s, se col¨® entre Baily y Lindelof y sac¨® el pie con delicadez para terminar de ajusticiar al United.