El Atl¨¦tico se entierra en el dogma de Simeone
Los rojiblancos caen en Tur¨ªn abrazados a un estilo que tanto les ha dado y que tambi¨¦n tanto les ha condicionado
En el Juventus Stadium, Simeone y sus futbolistas cayeron abrazados a su fe. El estilo que tanto les ha dado y tambi¨¦n que tanto les ha quitado. En la forma, no se puede decir que el Atl¨¦tico no fuera el Atl¨¦tico en Tur¨ªn. Renunci¨® a la pelota (38% de posesi¨®n y 248 pases buenos para los rojiblancos por un 62% y 453 de los juventinos), se entreg¨® a su creencia en la fortaleza defensiva y a la ventaja de dos goles que tra¨ªa de Madrid. El dogmatismo en ese estilo, inoculado en todos los estamentos del club, desde el v¨¦rtice institucional de la moqueta hasta la base que pisa la hierba, como el credo innegociable e incuestionable, perdi¨® al Atl¨¦tico por 3-0. Incapaz su entrenador de ordenar un cambio de plan ante las evidencias que ofrec¨ªa el partido. Su principal argumento, los balones a Morata sobre los que luego se deb¨ªa tejer la salida del equipo, qued¨® anulado desde la primera patada en largo de Oblak. El primer pase de la Juve fue casi siempre el saque del meta esloveno. Solo cinco remates visitantes por 16 de los locales.
No mut¨® Simeone, tampoco ante la avalancha de la Juve, que le generaba superioridades en todas las zonas del campo. Nadie detect¨® el juego por dentro de Bernardeschi y tampoco hubo resistencia en los costados para las cabalgadas de Cancelo y Spinazzola. Metido en su ¨¢rea, sin m¨¢s intenci¨®n que fiarse a la suerte de la segunda jugada que nunca gan¨®. Mientras que la Juve no marcara el plan se dio por bueno. Sucedi¨® que esa resignaci¨®n posibilit¨® el h¨¢bitat perfecto para Cristiano Ronaldo. El bombardeo de centros laterales le vino al pelo al?portugu¨¦s para llegar puntual a su habitual cita con el gol en las grandes noches europeas. El Atl¨¦tico cay¨® ajusticiado en su propia ¨¢rea, el santuario desde el que emana sus creencias, con un triplete de CR, presente en cada eliminatoria o final perdida del Atl¨¦tico en la Champions desde la llegada de Simeone.
En el ambiente tambi¨¦n quedaron retratados los futbolistas. Ninguno dio un paso adelante para tratar de variar el plan. El calado del discurso es tal que cualquier acto de intentar jugar a otra cosa hubiera sido un acto de rebeli¨®n o de herej¨ªa. El Atl¨¦tico juega a lo que Simeone quiere, para lo bueno y para lo malo. Y en este caso, la devoci¨®n hizo que quedaran desfigurados todos sus jugadores, con Griezmann a la cabeza (solo un remate del franc¨¦s, ning¨²n regate, 16 balones perdidos y apenas 36 toques de bal¨®n en todo el encuentro). El franc¨¦s es el primer ap¨®stol de esa manera de entender el juego. ¡°Disfruto arrastr¨¢ndome para recuperar balones¡±, o ¡°disfruto cuando ganamos 1-0¡±, son algunas de sus fil¨ªpicas para reforzar la idea de su entrenador. ¡°Aqu¨ª jugamos as¨ª y no vamos a cambiar¡±, repiten los veteranos en el vestuario.
Esa rigidez dej¨® al Atl¨¦tico a la intemperie y sin respuesta alguna para el aluvi¨®n que descarg¨® la Juventus. La derrota pone en solfa la temporada. Eliminado de la Copa por el Girona, abatido en octavos de la Champions desperdiciando dos goles de ventaja, y a siete puntos del Bar?a en la Liga, los objetivos cumplidos son los m¨ªnimos. Pas¨® la fase de grupos y la plaza en la pr¨®xima edici¨®n de la Liga de Campeones est¨¢ casi asegurada. En junio habr¨¢ movimientos de calado. Lo previsible es que God¨ªn, Lucas y Filipe abandonen el club, y otros como Sa¨²l, Vitolo, Juanfran, Diego Costa y Kalinic salgan al mercado. El problema volver¨¢ a ser el mismo que en las ¨²ltimas temporadas. Aunque se contrate a jugadores para evolucionar en otro tipo de juego (Rodrigo, Lemar), el estilo no se ha amoldado aunque sea un poco, al menos, al talento fichado a elevados precios. Pero esa es otra religi¨®n, que el Atl¨¦tico de Simeone profesa poco en lo bueno y en lo malo. Y en Tur¨ªn, cayeron aplastados por Cristiano.
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