El Liverpool se exhibe a lo grande en M¨²nich
El Bayern queda en evidencia en su estadio ante un rival muy superior que presenta su candidatura al t¨ªtulo
El Liverpool estar¨¢ en cuartos de final y el Bayern no. La Premier tendr¨¢ cuatro equipos entre los ocho mejores del continente y la Bundesliga, por primera vez desde 2006 no estar¨¢ presente. Nadie puede decir que sea injusto. Gan¨® un equipo maduro que domin¨® en Anfield y en M¨²nich, donde firm¨® una segunda parte maravillosa ante un rival que deber¨¢ tentarse los ropajes si quiere volver al m¨¢ximo nivel continental. Algo se est¨¢ acabando en el Bayern.
BAYERN, 1 - LIVERPOOL, 3
Bayern: Neuer; Rafinha, S¨¹le, Hummels, Alaba; Javi Mart¨ªnez (Goretzka, m. 71), Thiago; Rib¨¦ry (Coman, m. 61), James (Renato Sanches, m. 78), Gnabry; y Lewandowski. No utilizados: Ulreich, Boateng, Goretzka, Davies y Jeong.
Liverpool: Alisson; Alexander-Arnold, Matip, Van Dijk, Robertson; Milner (Lallana, m. 87), Henderson (Fabinho, m. 12), Wijnaldum; Salah, Firmino (Origi, m. 82) y Man¨¦. No utilizados: Mignolet, Lovren, Sturridge, Lallana, Shaqiri.
?rbitro: Daniele Orsato (Italia). Amonest¨® a Thiago, Renato Sanches, Robertson, Fabinho y Matip
Goles: 0-1. m. 25. Sadio Man¨¦; 1-1. m. 38, Matip, en propia puerta; 1-2, m. 69, Van Dijk. 1-3, m. 83, Sadio Man¨¦.
Fussball Arena M¨¹nchen. 74.000 espectadores.
En este f¨²tbol global ya ni en los templos germanos se juega a lo alem¨¢n. El t¨¦cnico croata del Bayern opt¨® por controlar el partido baj¨¢ndole revoluciones. Condujeron en primera los muniqueses, lejos de aquel estilo germano que engranaba velocidades para apabullar a quien se pusiese por delante, y m¨¢s en los primeros minutos de cualquier duelo europeo. Ahora todo est¨¢ pautado y nadie se desmelena en un f¨²tbol que demanda peones. Klopp siempre aporta matices para oponerse a esa idea tan chata, pero resulta que el plan del Bayern tampoco le ven¨ªa, de inicio, tan mal al Liverpool. Ambos equipos se acomodaron en un escenario que abortase los riesgos. Los laterales no subieron, los centrocampistas no se descolgaron, las cautelas obligaban a estar organizado para el momento que se perdiese la pelota. El Bayern ten¨ªa pavor a esas transiciones de su rival as¨ª que no tuvo reparos en buscar un partido sin brillos. Quiz¨¢s es que no daba para m¨¢s.
El tr¨¢mite del partido se rebel¨® contra esa idea y lo abri¨®. Ni as¨ª acab¨® de animarse el Bayern a cambiar de marcha. Plante¨® un partido largo, plano, de ausencia de errores y destellos que le diesen el triunfo. Ni siquiera cambi¨® el paso con el gol del Liverpool que pareci¨® invitarle a declarar juego revuelto. Marc¨® en el ecuador de la primera parte Sadio Man¨¦, un futbolista un pel¨ªn infravalorado porque puede mirar a los ojos a los mejores delanteros del continente. Fue una exhibici¨®n, un control complejo tras un bal¨®n profundo y una maniobra propia de Nur¨¦yev ante la salida destemplada de Neuer a tapar no sabe muy bien qu¨¦. Tras el baile, Mane defini¨® con sutileza para completar su obra.
El Liverpool celebr¨® el tanto como un tesoro obtenido en un partido desprovisto de joyas. No se alter¨® el Bayern, que si no encontraba a Thiago en la salida de la pelota se quedaba, literalmente, clavado. Quiz¨¢s se relaj¨® el Liverpool ante esa supuesta inoperancia, sus delanteros olvidaron la tarea de encimar a los centrales y le dieron a Hummels espacio y tiempo para armar un pase a la espalda del lateral zurdo Robertson, que compr¨® el enga?o de Gnabry y le abri¨® un pasillo. Con esa simplicidad lleg¨® al empate antes del descanso el Bayern porque su extremo entr¨® hasta la cocina y all¨ª Matip meti¨® la pelota en el horno antes de que pudiese hacerlo Lewandowski. Fue el ¨²nico tiro entre los palos de la meta del Liverpool en todo el partido, apenas otro m¨¢s sufri¨® en toda la eliminatoria.
El gol del Bayern fue un accidente en un partido dise?ado para que no lo pareciese. Estaba en desventaja el equipo preparado por Niko Kovac, pero ni as¨ª se asom¨® al dominio. James y Rib¨¦ry fueron irrelevantes y se fueron antes de tiempo, sustituidos. Thiago se difumin¨® con el paso de los minutos. La pelota la tom¨® el Liverpool, que tampoco tiene el temor marcado en su ADN. Insisti¨®, jug¨® en campo de su rival, y encontr¨® la sentencia en un saque de esquina que cabece¨® imperial el central Van Dijk, que hace algo m¨¢s de un a?o cost¨® 85 millones de euros y se convirti¨® en el defensa m¨¢s caro del mundo. Semej¨® una barbaridad, pero ya hace tiempo que parece barato. O como poco una inversi¨®n. El Liverpool ten¨ªa problemas atr¨¢s y se ha gastado un dineral en dos piezas, central y portero. Arriba tiene dinamita. La hicieron estallar Salah y Man¨¦ en la traca final para que el senegal¨¦s sellase un triunfo monumental que presenta la candidatura del Liverpool en la Champions m¨¢s inglesa.
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