La p¨®cima de Pesic sigue funcionando
El Bar?a vence al Madrid por cuarta vez este curso (76-82), la sexta en los ochos cl¨¢sicos disputados desde que lleg¨® el t¨¦cnico serbio hace poco m¨¢s de un a?o. Los azulgrana consolidan el liderato en la Liga
El partido 600 de Laso al frente del Madrid result¨® ser la sexta victoria del Bar?a de Pesic en sus ¨²ltimos ocho duelos ante los blancos (76-82), la cuarta en los cinco choques de esta temporada, la tercera consecutiva. La p¨®cima que el t¨¦cnico serbio se trajo hace poco m¨¢s de un a?o de los Alpes austriacos, cuando el club azulgrana le rescat¨® de su retiro dorado para hacerse cargo de una emergencia hist¨®rica, ha cambiado el equilibrio de fuerzas en el cl¨¢sico y sigue funcionando. Claver, Oriola y Kuric doblegaron a Randolph, Carroll y Ay¨®n en un duelo tan denso como intenso. Pesic ha marcado tendencia cortocircuitando como pocos los mecanismos y las esencias del juego madridista.
Volv¨ªan los contendientes al escenario de la pol¨¦mica, 35 d¨ªas despu¨¦s de la final de Copa m¨¢s controvertida de la historia: la de la clamorosa antideportiva de Randolph a Singleton, la del tap¨®n-rebote legal del propio Randolph sobre Tomic y la negligente revisi¨®n arbitral del instant replay; la que desat¨® la amenaza velada del Madrid de abandonar una ACB en la que ahora buscaba el liderato. Lo mantendr¨¢ el Bar?a, ahora con dos triunfos de margen sobre los blancos a 10 jornadas para el final de la liga regular.
El pulso comenz¨® intenso en defensa y espeso en ataque. Con Causeur esmer¨¢ndose en contener a Heurtel y el azulgrana haciendo lo propio con Llull, con Tavares y Tomic tom¨¢ndose la tensi¨®n y Claver rescatando sus buenas sensaciones ante el Madrid. Pero el desacierto de los blancos ante el aro rival rompi¨® pronto el equilibrio. Despu¨¦s del 1 de 8 local en tiros de campo y de cinco puntos consecutivos de Heurtel, Laso llam¨® a cap¨ªtulo a los suyos para repasar el plan (3-13, m. 5). Surti¨® efecto inmediato el tiempo muerto y, con Llull como ariete (ocho puntos en tres minutos), lleg¨® el empate en un santiam¨¦n (15-15, m. 8). Al final del primer acto se produjo el primer instant replay de la tarde para concretar si una falta sobre Oriola estaba o no dentro del tiempo y las reminiscencias coperas alteraron el ambiente.
Faltaban Deck y Rudy por el bando madridista y Hanga y Seraphin en el repertorio de Pesic, as¨ª que, con el comienzo de las rotaciones, aparecieron en pista piezas menos cl¨¢sicas como Yusta y Smits. Con la inopinada productividad del let¨®n del Bar?a, la direcci¨®n de Pangos y los puntos de Kuric, el conjunto de Pesic recuper¨® el mando. Pero Carroll tom¨® el relevo de Llull y, con otra r¨¢faga de ocho puntos seguidos, firm¨® el segundo reenganche madridista (29-29, m. 14).
Apur¨® Smits su estado de gracia y desat¨® al Bar?a en el per¨ªmetro con dos triples que, sumados a otro de Heurtel, consolidaron una s¨ªstole y di¨¢stole dominada siempre por los azulgrana (29-38, m. 17). Asumiendo a su pesar el papel de perseguidor, el Madrid apret¨® los dientes para no permitir el demarraje rival antes del descanso. Pero al tercer triple sin fallo de Carroll le sigui¨® el segundo de Kuric y los de Pesic se marcharon a los vestuarios con cinco puntos en la hucha y el ritmo y las sensaciones a su favor, como marcan los biorritmos actuales del cl¨¢sico (40-45, m. 20).
El duelo de la 24? jornada liguera era el quinto cl¨¢sico de la temporada, con dominio azulgrana en los precedentes (3-1), la tendencia desde la llegada de Pesic al banquillo cul¨¦. En poco m¨¢s de un a?o, el Bar?a ha acortado la brecha con su enemigo ¨ªntimo discuti¨¦ndole el pulso directo y gan¨¢ndole dos finales de Copa consecutivas con valor estrat¨¦gico, para contener la crecida del palmar¨¦s blanco y para rearmarse tras la profunda depresi¨®n que sigui¨® a la salida de Xavi Pascual en 2016.
Con la ansiedad jugando a favor del Bar?a, el d¨²o Heurtel-Pangos se hizo con el libro de instrucciones del partido, lleg¨® la cuarta falta de Tavares y creci¨® el porcentaje de desnivel en la rampa madridista (45-55, m. 24). La desaz¨®n madridista ten¨ªa m¨¢s motivos psicol¨®gicos que estad¨ªsticos y, quiz¨¢ por eso, les era m¨¢s dif¨ªcil de corregir. El punto de voracidad defensiva azulgrana era tan alto como la obcecaci¨®n de los blancos. Ni siquiera el doble motor Campazzo-Llull logr¨® rebajar el volumen de suspiros en la parroquia del WiZink Center. Heurtel se hab¨ªa puesto el traje de mvp y Oriola dominaba el territorio de la brega (57-62, m. 30).
Tan lejos y tan cerca, el Madrid estir¨® su umbral de sacrificio y rasc¨® en su orgullo para estrechar el marcador, aunque hac¨ªa muchos minutos que se jugaba a lo que quer¨ªa el Bar?a. Claver alcanz¨® la decena de puntos con un mate ante Ay¨®n, pero el segundo triple de Taylor espole¨® a su equipo en plena recta de meta (66-68, m. 34). Pero Kuric y Pangos devolvieron el golpe de inmediato con otros dos bingos desde el 6,75 y pusieron de nuevo a los de Laso a remar a contracorriente (66-74).
Ni Tavares encontr¨® la intimidaci¨®n, ni Campazzo la agitaci¨®n. La firme frialdad azulgrana pes¨® m¨¢s que la precipitada intensidad madridista. Los rebotes de Oriola y los puntos de Kuric sirvieron a los azulgrana para amarrar otra victoria psicol¨®gica, la cuarta en los cinco partidos ante el Madrid esta temporada.
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