Ganar sin que nadie pierda
La asociaci¨®n argentina El Caballito de Palermo promueve el ajedrez educativo como herramienta de paz
Marina Rizzo ten¨ªa diez a?os en 1975, cuando el grupo parapolicial terrorista Triple A destruy¨® con una bomba su casa en Concordia (Entre R¨ªos, Argentina). Se refugi¨® en el ajedrez, que jugaba desde los cinco, pero le incomodaba que sus triunfos dependiesen de la derrota de otros. As¨ª naci¨® (Buenos Aires, 1992) El Caballito de Palermo, un remanso de paz, cultura y educaci¨®n de calidad que visit¨¦ recientemente. Y sal¨ª de ¨¦l pensando que la idiotez colectiva, a la que camina buena parte del mundo, no es inevitable.
¡°Las ideas no matan, pero hay quien se dedica a matar a quien las tiene, por el mero hecho de tenerlas¡±. As¨ª explica Rizzo aquel momento terrible, en un periodo muy convulso de Argentina, del que ella y su familia salieron vivos de milagro. En aquella casa no hab¨ªa televisi¨®n, por elecci¨®n propia, y s¨ª mucha lectura, ajedrez, piano, guitarra, danza, pintura, naturaleza¡ y pol¨ªtica. Demasiada cultura para no convertirse en objetivo militar de los terroristas de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA). Parte de la familia fue perseguida y discriminada, y el resto huy¨® a Buenos Aires. Marina vio que el ajedrez le permit¨ªa expresar su creatividad sin hablar, y se dedic¨® a ¨¦l con pasi¨®n.
En la faceta deportiva le fue muy bien: jug¨® tres Olimpiadas de Ajedrez con la selecci¨®n argentina, un Mundial Juvenil, torneos internacionales en Am¨¦rica y Europa¡ Pero algo no terminaba de encajar, algo que Rizzo describe as¨ª en su muy recomendable charla TED: ¡°Yo no quer¨ªa sentarme para ganarle a otro, y que mi triunfo dependiese de que otro perdiera¡±. Ella conecta esa idea con la bomba, y cree que se refugi¨® en el ajedrez ¡°porque permite la confrontaci¨®n de ideas opuestas en un ¨¢mbito seguro¡±.
Ten¨ªa solo 23 a?os cuando comprendi¨® que la alta competici¨®n no era lo que ella quer¨ªa, por el riesgo de obsesi¨®n que acecha a buena parte de los jugadores: ¡°Jam¨¢s he tenido duda alguna de que el ajedrez desarrolla mucho la atenci¨®n, concentraci¨®n, que ayuda a tomar las mejores decisiones y un largu¨ªsimo etc¨¦tera. Pero tambi¨¦n ve¨ªa que, con frecuencia, los ajedrecistas no logran transferir a su vida normal lo mucho que aprenden del ajedrez. Necesitaba encontrar otro paradigma; pasar del ajedrez para la guerra al ajedrez para la paz¡±.
Y as¨ª, desde la convicci¨®n de que ganar a otro no debe ser lo m¨¢s importante, naci¨® El Caballito de Palermo, con actividades dirigidas a ni?os (desde los cuatro a?os), adultos y empresas, y el concepto de ¡°preajedrez¡± (juegos basados en el ajedrez, pero mucho m¨¢s sencillos). Hoy, 27 a?os despu¨¦s, la asociaci¨®n tiene tal fuerza que ya no necesita a Rizzo, quien est¨¢ terminando una estancia de cinco meses en un centro budista cerca de Liverpool.
He sido compa?ero de Rizzo en seminarios de la Fundaci¨®n Kasp¨¢rov Iberoam¨¦rica durante largas giras por M¨¦xico. Cuando ella sale al escenario, el ambiente cambia, y los espectadores comprenden que est¨¢n ante una persona especial, de sensibilidad extraordinaria. Sent¨ª algo similar cuando, hace un mes, entr¨¦ en El Caballito de Palermo para disfrutar durante un par de horas de una especie de microclima maravilloso, de fantas¨ªa pedag¨®gica, rodeado de ni?os y de los disc¨ªpulos de Marina: Luciano, Diego, Sebasti¨¢n, Malena, Isabel, Anabel, Gabriel, Facundo¡, cuyo factor com¨²n es la pasi¨®n por la creatividad y la educaci¨®n de calidad.
Tableros gigantes o mesitas enanas; piezas de colores fabricadas con una impresora 3D; teatro de t¨ªteres; juegos que mezclan ajedrez y f¨²tbol, como el ¡°Potrero¡±, inventado por H¨¦ctor Canteros; y muchos m¨¢s recursos, dirigidos a que personas de toda edad y condici¨®n desarrollen, mientras se divierten jugando, valores y habilidades tan diversos -seg¨²n las edades- como psicomotricidad, memoria, respeto por las normas, autocr¨ªtica o pensamiento flexible, por citar solo unos pocos.
Hace cinco a?os, Rizzo explic¨® as¨ª la filosof¨ªa de El Caballito de Palermo en un art¨ªculo para la revista argentina Nuestro C¨ªrculo, dirigida por Roberto Pagura (1927-2017): ¡°El sistema educativo que a¨²n impera en gran parte del mundo, basado en premios y castigos, no ayuda a los ni?os a creer en sus propias posibilidades. Los estamos forzando a ingresar en una dimensi¨®n controlada por adulos que saben y deciden. Pero los ni?os saben naturalmente muchas cosas que los adultos hemos olvidado¡±, razona aquella ni?a de diez a?os a quien una bomba terrorista llev¨® al ajedrez, y este hacia la sabidur¨ªa y la paz: ¡°El ajedrez ense?a a pensar no solo en las jugadas del tablero, sino de la vida, con una mirada siempre reflexiva, observadora y activa. Nos ense?a a crear la posici¨®n ideal para que nuestros sue?os se realicen¡±.
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