Tres d¨ªas con mil ni?os prodigio del ajedrez en China
La ley del hijo ¨²nico genera una enorme presi¨®n de muchos padres en busca de la excelencia intelectual
Los mil mejores ajedrecistas sub-8 y sub-10 de toda China disputan los campeonatos nacionales en un hotel de cinco estrellas en Nank¨ªn. Sus padres, cuya presencia en la sala de juego est¨¢ prohibida, sue?an con que su hijo o hija est¨¦ entre los poqu¨ªsimos elegidos para una plaza en el Centro de Alto Rendimiento de Pek¨ªn. Y est¨¢n dispuestos a grandes sacrificios si eso ocurre: incluido el de vivir separados durante a?os, excepto en vacaciones.
¡°La megafon¨ªa no funciona para que podamos escuchar nuestro himno nacional. De modo que vamos a cantarlo¡±, anuncia por el micr¨®fono Tian Hongwei, secretaria general de la Asociaci¨®n China de Ajedrez. Y, a una se?al suya, el millar de ni?os y ni?as sentados ante sus tableros para disputar la primera ronda se pone en pie y lo entona con armon¨ªa y disciplina militar. Ese himno, su nacionalidad, la brillante precocidad en ajedrez y la presi¨®n para triunfar son los cuatro factores comunes de todos ellos. En teor¨ªa, tambi¨¦n hablan una lengua com¨²n, el chino mandar¨ªn, pero en la pr¨¢ctica eso tiene muchos matices en este inmenso pa¨ªs (con 22.457 kil¨®metros de fronteras con catorce pa¨ªses) de ocho idiomas, cientos de dialectos y 56 etnias que conforman sus 1.400 millones de habitantes.
Es mi octavo viaje a China. Nunca olvidar¨¦ el tremendo impacto que me caus¨® la diferencia entre el primero (en 1995) y el segundo (2010): donde antes hab¨ªa cientos de miles de bicicletas y poqu¨ªsimos coches, en solo quince a?os eran cientos de miles de coches y poqu¨ªsimas bicicletas. Ahora, en 2019, la tecnolog¨ªa avanza muy r¨¢pido: muchos chinos ya han sustituido las tarjetas de cr¨¦dito por pagos con el m¨®vil -por ejemplo, en los aparcamientos- por medio de lectores de c¨®digos de barras. Pero tanta digitalizaci¨®n contrasta con el bloqueo del Gobierno a gran parte de las aplicaciones m¨¢s populares en Occidente: si quieres utilizar Google, Twitter, Facebook, WhatsApp, etc. (o entrar en elpais.com, por ejemplo) en China, necesitas activar previamente un enmascarador (VPN), a trav¨¦s de un servidor situado en otro pa¨ªs.
Como siempre, el trato que recibo como invitado especial -en esta ocasi¨®n, para dar una conferencia- es exquisito, incluidos esos t¨ªpicos banquetes de m¨¢s de veinte platos en una mesa redonda giratoria y abundantes brindis con vino o aguardiente, que ya describ¨ª en otro art¨ªculo. A pesar de ese ambiente tan relajado, muy pocos chinos acceden a hablar de asuntos delicados. S¨®lo uno, bajo promesa de anonimato, me susurra algo que tambi¨¦n he le¨ªdo en diversos foros: ¡°Ciertamente, las condiciones de vida de la poblaci¨®n son, en general, mucho mejores que hace 25 a?os. Pero el Gobierno pretende hacernos creer que China es una especie de para¨ªso, en contraste con el resto del mundo, y eso es una pura falacia¡±.
Gran parte de los problemas actuales de China son consecuencia de la pol¨ªtica del hijo ¨²nico, vigente desde 1979 a 2015 (ahora el l¨ªmite es dos): muchos padres se obsesionan con la idea de que su bienestar en la vejez depender¨¢ del poder adquisitivo de su ¨²nico hijo o hija. Por tanto, la presi¨®n para que los ni?os entre en las mejores escuelas y universidades resulta, con frecuencia, brutal, sobre todo en lo que se refiere a los ex¨¢menes de ingreso, que producen cada a?o los momentos de mayor tensi¨®n colectiva en toda China.
En consecuencia, todo lo referente a la educaci¨®n y a desarrollar la inteligencia es sumamente importante en el segundo pa¨ªs mas grande del mundo (despu¨¦s de Rusia), y el m¨¢s poblado. Las Olimpiadas Matem¨¢ticas o de Juegos Mentales tienen aqu¨ª una repercusi¨®n enorme. Y todo ello explica la creciente popularidad del ajedrez internacional, que de momento solo tiene un mill¨®n de jugadores registrados, en contraste con los diez millones del go y los cien millones del ajedrez chino (distinto del internacional porque un r¨ªo atraviesa el tablero horizontalmente, entre otras diferencias). Para multiplicar el n¨²mero de jugadores de ajedrez internacional, el Gobierno considera que lo mejor es introducirlo en las escuelas, pero no solo como actividad extraescolar, sino como herramienta educativa en horario lectivo. De ah¨ª el inter¨¦s por mis conferencias.
El ajedrez, en ambas modalidades, fue prohibido en China durante la Revoluci¨®n Cultural (1966-1976), que tambi¨¦n prohibi¨® la m¨²sica de Beethoven entre otras muchas barbaridades, mientras gobernaba la Banda de los Cuatro y el gran l¨ªder Mao Zedong agonizaba. La polic¨ªa multaba a los jugadores callejeros y registraba las casas en busca de libros t¨¦cnicos para quemarlos en las plazas p¨²blicas.
La prohibici¨®n dur¨® muy poco, y de hecho dio paso a una directriz totalmente contraria bajo el Gobierno de Deng Xiaoping (1904-1997; l¨ªder m¨¢ximo desde 1978): promoci¨®n del ajedrez internacional, fomentando el trasvase de jugadores desde el ajedrez chino, y especialmente del femenino. El ¨¦xito fue inmediato: la primera campeona del mundo china, en 1991, fue Xie Jun (nacida en 1970), la otra conferenciante invitada en Nank¨ªn. Su hija, Judit (en honor a Judit Polgar, la ¨²nica ajedrecista que ha estado entre los diez mejores del mundo), es otro portento: estudia 3? de Ciencias Inform¨¢ticas en la Universidad, y su traducci¨®n simult¨¢nea de mi conferencia en ingl¨¦s ha sido impecable, seg¨²n me dicen mis allegados chinos biling¨¹es.
Xie Jun me hace algunas observaciones muy ¨²tiles cuando le muestro el Power Point de mi conferencia, un d¨ªa antes de darla: ¡°Los ejemplos que pones sobre c¨®mo utilizar el ajedrez para explicar geometr¨ªa o fracciones est¨¢n muy bien, y adem¨¢s van a sorprender. Pero te sugiero que no inviertas mucho tiempo en la parte de aritm¨¦tica, ¨¢lgebra y c¨¢lculo, porque en esos campos los ni?os chinos en general son sobresalientes, y m¨¢s a¨²n los ajedrecistas¡±. Durante mis tres d¨ªas de estancia en Nank¨ªn he podido comprobar que Xie Jun tiene raz¨®n: por ejemplo, he visto dos veces a sendas ni?as resolviendo problemas matem¨¢ticos con su m¨®vil en el ascensor.
En la muy recomendable pel¨ªcula En busca de Bobby Fischer (1993) hay una escena que no olvidar¨¦ nunca: los ¨¢rbitros del Campeonato Infantil de EEUU expulsan de la sala de juego a todos los padres, que luego se amontonan en la entrada, ansiosos porque sus hijos salgan de ella victoriosos. Esa acumulaci¨®n de padres nerviosos se ve siempre en los torneos de ni?os, y tambi¨¦n la he visto en Nank¨ªn, con el importante matiz de que estaban ah¨ª durante horas enfundados en potentes abrigos y gorros, porque hac¨ªa mucho fr¨ªo.
Breves conversaciones con algunos de ellos bastaron para comprobar que Tian Hongwei no exageraba cuando me dijo que muchos matrimonios est¨¢n dispuestos a todo tipo de sacrificios con tal de que sus hijos brillen en sus estudios, o en este caso en el deporte. Algunos, muy pocos, de estos mil ni?os ser¨¢n seleccionados para ofrecerles una plaza en los Centros de Alto Rendimiento de Pek¨ªn, donde acceder¨¢n a un plan especial que les permitir¨¢ combinar sus estudios con el entrenamiento intensivo, pero con una exigencia muy alta en cuanto a resultados. Muchos padres est¨¢n dispuestos a separarse durante a?os, y verse solo en vacaciones, si solo uno de ellos logra un trabajo en Pek¨ªn para estar cerca del hijo o hija de ambos.
Seis chinos (Ding, Yu, Yi, Bu, Wang Hao y Li) est¨¢n hoy entre los 50 primeros del mundo, y ese pa¨ªs gana varias medallas cada a?o en los Mundiales de edades (desde sub 8 a sub 20); tambi¨¦n gan¨® el oro doble (masculino y femenino) en la Olimpiada de Ajedrez de 2018. Todo indica que la tendencia va a m¨¢s, y ser¨¢ mucho m¨¢s si la Asociaci¨®n China de Ajedrez logra su objetivo de introducci¨®n masiva en horario lectivo.
Nadie lo hubiera vaticinado hace 40 a?os. Y lo mismo ocurre con los coches. He estado a punto de perder el avi¨®n Shangh¨¢i-Madrid por los atascos terror¨ªficos en la autopista de Nank¨ªn a Shangh¨¢i desde las cinco de la ma?ana. Me atrevo a afirmar que ni siguiera los guionistas de ciencia-ficci¨®n de los a?os noventa pod¨ªan augurar esta explosi¨®n de autom¨®viles. Es probable que la transformaci¨®n tecnol¨®gica, social y educativa de China sea la m¨¢s r¨¢pida de cualquier pa¨ªs en la historia de la humanidad. Y, curiosamente, el ajedrez forma parte de ella.
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