Leclerc enamora; Vettel preocupa
El brutal talento y la sencillez del monegasco encandilan a Ferrari tanto como alarman los continuos fallos del alem¨¢n
Los elogios que le llovieron a Charles Leclerc este domingo por su primer podio en la F¨®rmula 1 son un arma de doble filo para Ferrari, que al margen de resolver los problemas de fiabilidad que le arrebataron al piloto monegasco una victoria que ten¨ªa casi en el bolsillo ¡ª¡°la aver¨ªa del motor est¨¢ aislada, es muy concreta y f¨¢cilmente solucionable¡±, afirm¨® Mattia Binotto, el director de la estructura italiana¡ª, deber¨ªa comenzar a pensar en someter a terapia a Sebastian Vettel. El alem¨¢n atraviesa un momento oscuro que arrastra desde mediados del a?o pasado, cuando encaden¨® una serie de errores impropios de un tetracampe¨®n del mundo que le sirvieron el t¨ªtulo en bandeja de plata a Lewis Hamilton. Tras entonar el mea culpa, a Vettel no le qued¨® otra que aceptar la marcha de su amigo Kimi Raikkonen y la llegada del monegasco Leclerc, de 21 a?os, diez m¨¢s joven que el alem¨¢n, una apuesta te¨®ricamente de futuro que en solo dos carreras le coloca a ¨¦l bajo todos los focos.
Una nube negra parece haberse instalado encima de la cabeza de Vettel, acostumbrado a no fallar y que en Bar¨¦in no dio ni una: no solo se vio superado en todo momento por su compa?ero, sino que se qued¨® con las verg¨¹enzas al aire al hacer un trompo de lo m¨¢s infantil al defenderse de los achuchones de Hamilton. Si la Scuderia afront¨® esta temporada con la intenci¨®n de centralizar su apuesta por la corona en Vettel, el avance del calendario perfectamente puede alterar esa estrategia a no ser que el corredor de Heppenheim se ponga las pilas en todos los sentidos. Cada d¨ªa que pasa, Ferrari se enamora m¨¢s de Leclerc en la misma medida que aumenta la preocupaci¨®n por los tembleques que le dan a Baby Schumi, elegido como sustituto de Fernando Alonso para liderar la reconquista de un cetro que no viaja hasta Maranello desde hace ya m¨¢s de una d¨¦cada (2007).
La promoci¨®n del joven monegasco pill¨® a trasmano a la mitad del paddock, incr¨¦dula por el conservadurismo que tradicionalmente condicionaba cualquier decisi¨®n de Ferrari, cuya gesti¨®n se asemeja m¨¢s a la de un ministerio que a la de un equipo de carreras. Esa misma devoci¨®n que ahora le profesan en el garaje de los b¨®lidos rojos es la misma que despert¨® en Sergio Marchionne, ex administrador delegado del grupo FIAT y que dej¨® cerrado su ascenso ¡ªlleg¨® desde Sauber, vista como la segunda formaci¨®n de Il Cavallino Rampante¡ª antes de fallecer el pasado mes de agosto.
Amparado por su agente, Nicolas Todt, hijo del actual presidente de la Federaci¨®n Internacional del Autom¨®vil (FIA), y bajo el paraguas de la Ferrari Driver Academy, Leclerc posee todos los ingredientes para triunfar, algo que en su caso pasa irremediablemente por encasquetarse la corona de campe¨®n. Adem¨¢s de muy r¨¢pido, el monegasco es tambi¨¦n fiable, y cuando mide mal, como le ocurri¨® en esta ¨²ltima arrancada ¡ªhizo patinar el embrague y perdi¨® dos puestos¡ª es capaz de buscarse la vida para arreglarlo ¡ªtir¨® del gran ritmo que ten¨ªa y en una vuelta se zamp¨® a Bottas y Vettel para recuperar la batuta¡ª.
Al margen de sus contrastadas virtudes al volante (campe¨®n de la GP3 en 2016 y de la GP2, en 2017), Leclerc tiene una simpat¨ªa ¨²nica y un car¨¢cter arrollador, un aspecto destacable que seguramente le ha ayudado a poner en perspectiva un golpe como el de Bar¨¦in, donde a pesar de la crueldad de la situaci¨®n no tuvo un solo reproche para nadie, tomando nota del consejo que en su d¨ªa le dio el mism¨ªsimo Hamilton: ¡°Le dir¨ªa que mantenga los pies en el suelo y no se tome esto demasiado en serio¡±.
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