De la lluvia al sol, Izagirre sucede a Mayo
El guipuzcoano del Astana es el primer vasco que gana la Itzulia desde 2003
Hasta la ¨²ltima curva lo intent¨® Emanuel Buchmann, pero ese ¨²ltimo giro fue la s¨ªntesis del comportamiento de su equipo, el Bora, en la Vuelta al Pa¨ªs Vasco, que gan¨® definitivamente Ion Izagirre, guipuzcoano de Ormaiztegi, enrolado en el equipo Astana, de matr¨ªcula kazaja; el primer vasco que gana en casa desde que lo hiciera Iban Mayo en 2003, en el preludio de una temporada magn¨ªfica. Aquel d¨ªa, en Elgoibar, llov¨ªa a mares, y los ciclistas llegaban congelados. Tantos a?os despu¨¦s, en Eibar, la localidad vecina, luc¨ªa un magn¨ªfico sol de primavera.
En la ¨²ltima curva hacia la calle Toribio Etxebarria, que desemboca en el primer ayuntamiento en el que se iz¨® la bandera de la Rep¨²blica en 1931, Buchmann ya ten¨ªa perdida la carrera. El reloj hab¨ªa superado los 54 segundos desde que lleg¨® Izagirre a la meta, pero el todoterreno alem¨¢n a¨²n conservaba opciones de meterse en el podio. Sin embargo, lanzado, ciego por el esfuerzo de los 50 kil¨®metros anteriores, con las pulsaciones desatadas, sigui¨® recto por la calle de San Juan y tuvo que rectificar para volver al camino correcto.
Es cierto que, seg¨²n el reglamento, los ciclistas deben conocer el recorrido, pero en una carrera en la que se han recortado gastos por aqu¨ª y por all¨¢, no hab¨ªa nadie con una bandera amarilla para guiar a los corredores en los metros finales. Solo una reclamaci¨®n a los jueces tras atravesar la l¨ªnea de meta, le rescat¨® para un podio que se merec¨ªa. Le dieron el mismo tiempo que a quienes viajaban con ¨¦l y no se equivocaron.
A Buchmann le sucedi¨® como a su equipo, que pele¨® por ganar hasta el ¨²ltimo momento, pero se tuvo que rendir a la evidencia. El esfuerzo mereci¨® la pena, al menos para el aficionado, que vivi¨® 65 kil¨®metros tremendos. La batalla se olfateaba desde la salida en Eibar. Luc¨ªa el sol, los corredores ten¨ªan ganas de marcha. Quienes rodeaban a Buchmann en la general, estaban ante su ¨²ltima oportunidad y las diferencias no eran excesivas para el recorrido de 118 kil¨®metros, salpicado de seis puertos de monta?a, dos de ellos de primera categor¨ªa. Se trataba de castigar al Bora, de aislar al l¨ªder, de crearle dudas. Todo comenz¨® en la ascensi¨®n a Azurki, a 65 kil¨®metros de la llegada. El Astana no se pudo aguantar m¨¢s. Jakob Fuglsang se llev¨® a rueda a su jefe, Izagirre, y rompi¨® la armon¨ªa del pelot¨®n, que ya no volver¨ªa a tener ni un minuto de tranquilidad.
A la rebeli¨®n se unieron Yates y Dan Martin, ambos interesados en subir escalones en la clasificaci¨®n, incluso en ganar la carrera. Respondi¨® el l¨ªder enseguida, pero con la misma celeridad levant¨® el pie. Hab¨ªa perdido en el esfuerzo a Schachmann, tres veces ganador de etapa, y a Jakob, aspirante al podio. En la cima, el alem¨¢n perd¨ªa 22 segundos, y nadie le daba un relevo. Buchmann atend¨ªa en primera persona a las dificultades, lo que se supuso un desgaste may¨²sculo, que le oblig¨® a levantar el pie para no reventar. A 50 kil¨®metros de la llegada, Izagirre era ya l¨ªder virtual. Buchmann esper¨® al pelot¨®n, donde viajaban Jakob y Schachmann, que asumieron su papel de gregrarios.
Las diferencias siguieron aumentando. Ya nadie pensaba en una victoria del alem¨¢n, ni siquiera en un puesto en el top-5, pero el ciclista del Bora demostr¨® que es un tipo tozudo, que no da el brazo a torcer. Aguant¨® el tir¨®n en Karakate y Asensio; al menos no perdi¨® mucho m¨¢s tiempo, y la diferencia, que lleg¨® a ser de casi dos minutos, se estabiliz¨® en 1,40m.
Yates, salida y regreso al podio
En el descenso hacia Eibar, despu¨¦s de pasar Elgeta, la frontera entre Bizkaia y Gipuzkoa, se durmieron los hombres de cabeza, y Buchmann recort¨® las diferencias, hasta el punto de que en el coche del director del Astana empezaron a cundir los nervios. De repente, era solo de 1,08m. Pero faltaba el ¨²ltimo esfuerzo, por la variante de Eibar, y ah¨ª, el ataque de Adam Yates para ganar la etapa, y la fatiga que le cay¨® encima de golpe al ciclista alem¨¢n que defend¨ªa el amarillo, resultaron letales. Aun as¨ª, pod¨ªa conservar un lugar en el podio, que le arrebat¨® la ¨²ltima curva y le devolvieron los jueces, cuando ciego por el esfuerzo, se meti¨® para San Juan en vez de enfilar por Toribio Etxebarria.
Yates hab¨ªa ganado la etapa, Izagirre celebraba su victoria final, y despu¨¦s del error en la ¨²ltima curva, Daniel Martin y Jakob Fuglsang se colaron en el podio. Aunque Buchmann mereci¨® ¨Ccomo sucedi¨® al final¨C subir al caj¨®n, el trabajo del ciclista dan¨¦s, compa?ero del ganador, tambi¨¦n se merec¨ªa el tercer puesto que al final se convirti¨® en el cuarto. ¡°Le tengo que dar las gracias¡±, dice Izagirre. ¡°Ha hecho todo el trabajo en la escapada¡±.
Buchmann, eso s¨ª, se qued¨® sin foto. Para cuando los jueces deliberaron, ya se hab¨ªan entregado los ramos de flores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.