La carga de la prueba
El metabolismo es complejo. La producci¨®n de una hormona es solo una parte del proceso
Mientras la atribuci¨®n de sexo depend¨ªa de una simple exploraci¨®n visual, todo era muy sencillo. Ahora sabemos que la naturaleza no es tan binaria como parec¨ªa y que igual que hay una gran variabilidad entre las personas del mismo sexo, tambi¨¦n hay estados diversos entre el sexo femenino y el masculino.
Por supuesto que las autoridades deportivas han de garantizar la igualdad en la competici¨®n. Eso es lo que justifica que se persiga el dopaje. Pero es cuestionable que para asegurar la equidad se obligue a una atleta a modificar sus condiciones naturales por un procedimiento que no solo supone una discriminaci¨®n sino que adem¨¢s puede afectar a su salud.Pretender hacer uniforme lo que en la naturaleza no lo es resulta siempre problem¨¢tico. Lo que se plantea en el caso Semenya es una especie de dopaje inverso, es decir, utilizar un tratamiento hormonal para modificar su perfil biol¨®gico y poder encuadrarla as¨ª en unos est¨¢ndares predeterminados. La cuesti¨®n es: ?qui¨¦n determina esos est¨¢ndares? ?Con qu¨¦ base cient¨ªfica? De entrada, que un organismo produzca m¨¢s testosterona no significa que tenga atributos masculinos. El metabolismo es un sistema complejo en el que la producci¨®n de una sustancia es solo una parte del proceso. Se puede producir mucha insulina, por ejemplo, y en cambio, tener niveles de az¨²car en sangre elevados porque se ha desarrollado una resistencia a la insulina que impide que cumpla su funci¨®n. Con la ciencia disponible, va a resultar muy dif¨ªcil demostrar que la mayor producci¨®n de testosterona sea la causa directa del mayor rendimiento de un atleta.
Igualmente problem¨¢tico resulta establecer los l¨ªmites de producci¨®n hormonal propios de un hombre o de una mujer teniendo en cuenta la gran variabilidad que hay dentro del mismo sexo. Se ha planteado considerar anormal una diferencia del 10% o el 20%, pero esos son criterios estad¨ªsticos arbitrarios. Al final puede convertirse en un problema de justicia. Aunque la atleta pudiera tener unas condiciones biol¨®gicas que le favorecen en la competici¨®n, no las ha buscado. Las ha heredado, como heredan otros atletas un f¨¦mur m¨¢s largo o un ritmo card¨ªaco que les permite competir mejor en el Tour. Es su naturaleza.
Si para que pueda competir se la obliga a modificar de forma artificial su perfil biol¨®gico, lo que al final puede resultar afectado es su propio derecho a la equidad. El tratamiento hormonal puede afectar adem¨¢s a su salud. Administrar estr¨®genos no es inocuo y menos en un perfil hormonal at¨ªpico. La carga de la prueba deber¨ªa recaer sobre el lado contrario. ?Est¨¢n las autoridades deportivas en condiciones de asegurar que una vez sometida al tratamiento podr¨¢ competir en las mismas condiciones que las dem¨¢s atletas? ?Que esos estr¨®genos no ser¨¢n como una bola de acero atada a su tobillo?
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