El elogio de Messi a Van Dijk
Pese a llevarse tres goles en contra, Virgil van Dijk nos dej¨® otra actuaci¨®n portentosa, confirmando que come en la mesa de los m¨¢s grandes centrales del mundo
A Virgil van Dijk se le notan las virtudes hasta en los andares, como a esos grandes mitos del celuloide que ni siquiera necesitan de un buen texto para brillar. Vi¨¦ndolo jugar, uno tiene la sensaci¨®n de estar redescubriendo a Marlon Brando al visionar El Padrino por primera vez, reconociendo en ¨¦l todas las virtudes anteriormente demostradas pero con algo nuevo, algo diferente, algo que lo empuja un paso m¨¢s all¨¢ de lo que nuestro cerebro parece dispuesto a admitir. ¡°Era incre¨ªble verlo trabajar, descubrir c¨®mo todo aquello que hab¨ªas estudiado se manifestaba ante tus ojos¡±, dijo James Caan sobre su padre ficticio en una ocasi¨®n. Algo similar deben pensar todos los compa?eros de profesi¨®n que han votado al holand¨¦s como el mejor futbolista del a?o en la Premier League.
Porque Virgil van Dijk no es el mejor futbolista de la liga inglesa pero lo parece. O quiz¨¢s s¨ª lo sea y simplemente se limita a demostrarlo, sin importarle la trascendencia del partido o el tama?o del escenario. A sus virtudes de ciborg hay que sumar las tres cualidades que hac¨ªan de Brando el perfecto Vito Corleone, al menos en palabras del propio Scorsese: ¡°sabidur¨ªa, buen juicio y amor por la familia¡±. No son cuestiones menores en un deporte donde abundan la ignorancia, la insensatez y un egocentrismo desmedido por el que cualquier aprendiz de figura siente que el mundo est¨¢ eternamente en deuda con ¨¦l: donde otros pretenden demostrar el movimiento hablando, van Dijk no deja nunca de andar, de avanzar.
Este Liverpool explosivo de Klopp ¨Cque lleg¨® a Barcelona afirmando que el Camp Nou no era un templo y se march¨® asombrado de que fuera Dios a verlo- ha encontrado en la espalda del central oranje los cimientos necesarios para construir un imperio. Natural de Breda, cuesta imaginarlo rindiendo la ciudad como Justino de Nassau en el famoso cuadro de Vel¨¢zquez, pero para imposibles est¨¢ Messi en el mundo. No le qued¨® m¨¢s remedio a van Dijk que agachar la cabeza tras la en¨¦sima obra arte del argentino, una falta tan lejana que debi¨® sentirse provocado. Hasta ese momento preciso del partido estaba haciendo Messi lo que solo concede a los defensas de verdadera talla: top¨¢rselo en el uno contra uno y respetarlo, buscar otras v¨ªas, atraerlo para alejarlo. Pocas veces recibir¨¢ van Dijk un elogio tan may¨²sculo como el que le escribi¨® Leo ayer durante el partido.
De Brando se dice que alcanz¨® tal punto de excelencia en su interpretaci¨®n de Don Vito que un d¨ªa apareci¨® un gato por el set de rodaje y el de Omaha se lo ech¨® al regazo para redondear una escena que ya es historia del cine. Lo mismo podr¨ªamos decir de Virgil van Dijk, que pese a llevarse tres goles en contra nos dej¨® una actuaci¨®n portentosa ¨Cotra m¨¢s- confirmando que hoy por hoy come en la mesa de los m¨¢s grandes centrales del mundo. Pensar¨¢ el holand¨¦s que, por fortuna, no se col¨® este mi¨¦rcoles ning¨²n gato ayer en el Camp Nou o Messi lo hubiese colado por la escuadra. No fue personal, solo negocios.
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