Carapaz surge triunfador del caos que engulle a Landa en el Giro
El favorito Dumoulin pierde 4m tras una ca¨ªda; Landa, que acusa a Yates, 44s; otros favoritos, 28s, y el l¨ªder, Roglic, nada
Pasada Mentana, tierra de batallas perdidas de Garibaldi contra los tiranos en su caballo blanco, m¨¢s all¨¢ de la v¨ªa Appia, Richard Carapaz triunfa en Frascati bajo un pino hermoso y un cipr¨¦s.
Detr¨¢s de ¨¦l, a espaldas del ecuatoriano magn¨ªfico, el desastre y el caos. Y unos cuantos lamentos. V¨ªctimas excelentes de una ca¨ªda a poco m¨¢s de seis kil¨®metros de la meta que convirti¨® el final de una etapa let¨¢rgica nacida solo para acumular cansancio y miedo en un s¨¢lvese quien pueda. La consagraci¨®n espera a los mejores en la monta?a, pero antes deben pasar por Roma, un recorrido m¨¢s peligroso que los Dolomitas y cualquier macizo.
La persecuci¨®n del reba?o, torpemente emprendida, guiada y procesada, ha triunfado. Gloria para el ganador, dolor para los forzados de la fuga. Sus nombres: Frapporti, Cima, Maestri. Dolor, m¨¢s insoportable, para los ca¨ªdos, para el gran Dumoulin, el favorito holand¨¦s, que termin¨® la etapa con la pierna izquierda ba?ada en una sangre que, surgiendo de una herida en la rodilla, se desliza por ella, tan afeitada, como un r¨ªo pringoso y rojo, y el codo tambi¨¦n le dol¨ªa.
El Giro, la esperanza, ha muerto para el campe¨®n de 2017 y tambi¨¦n, un poco m¨¢s, para Mikel Landa, que solo emite se?ales de duda y debilidad que verbaliza, el orgullo herido y el cuerpo tambi¨¦n, un poco, con frases contundentes: ¡°?Que c¨®mo son mis sensaciones? Bastante malas¡±. Hay que entenderlo: el fatalista l¨ªder del Movistar se hab¨ªa ca¨ªdo y hab¨ªa llegado a la meta a 44s de su compa?ero de equipo espl¨¦ndido. Se lo dice el periodista que le entrevista y responde, feliz: ¡°?Ha ganado Carapaz? ?De verdad? Qu¨¦ bueno, qu¨¦ bueno. Qu¨¦ contento estoy¡±. Ha llegado a 26s de todos los dem¨¢s favoritos, desperdigados entre las ca¨ªdas y el desastre, Yates, Nibali, Superman, quienes, a su vez, perdieron 16s con el l¨ªder de rosa, Primoz Roglic, que, indemne de todo mal, parece tocado por una varita m¨¢gica.
El estr¨¦s producido por la larga etapa, el cansancio de llevar casi seis horas pedaleando por carreteras infames, subes y bajas y cruces matadores hacia Roma, que nunca llegaba, hizo que los ¨²ltimos kil¨®metros se convirtieran en un chorreo de adrenalina. Un despiste del italiano Salvatore Puccio, del Ineos, que, con el pelot¨®n enfilado a 60 por hora tirado por Amador, del Movistar, dej¨® de mirar al frente y no supo reaccionar cuando se encontr¨® delante una rueda, hace explotar al pelot¨®n. Pese a no verse afectado por la ca¨ªda y el caos, Landa tarda en llegar al duro repecho de la meta en la ciudad en la que el Papa Gregorio invent¨® el calendario gregoriano que nos mide los d¨ªas y los a?os. Pasan corredores y no aparece. Cruza la meta con la cara de los malos d¨ªas. ¡°Yates es un retrasado, me tir¨® en una rotonda, y me qued¨¦ cortado¡±, explica el l¨ªder del Movistar, que ya se encuentra en la general a 1m 49s de Roglic.
Carapaz, ¡°el otro l¨ªder del Movistar¡±, como le define el jefe, Eusebio Unzue, no se cay¨®. Se incrust¨® entre el grupo de media docena de velocistas que aceleraron a fondo con Roglic para ganar la etapa y disfrut¨® entre ellos como si aquel fuera su territorio natural. Tan grande es el talento del escalador ecuatoriano. Tan grande como su ambici¨®n. Porque pedaleando entre ellos no pensaba solo en sobrevivir y en hacer cuentas al final: pensaba solo en ganar. ¡°Iba con rabia porque el d¨ªa anterior una aver¨ªa me hizo perder tiempo y hab¨ªa decidido empezar de cero de nuevo el Giro¡±, dice. ¡°Solo iba buscando mi distancia y cuando la vi, cuando vi la pancarta de 600m, he ido a por ella, a por la victoria. Y es muy emocionante ganar as¨ª¡±.
Carapaz se revel¨® el Giro pasado con una victoria de etapa inesperada y un cuarto puesto final. Es el mejor clasificado del equipo (16?, a 1m 21s de Roglic). Su jefe ya le ha proclamado l¨ªder del equipo en igualdad con Landa. Sin embargo, ¨¦l sigue manteniendo su palabra: ¡°El l¨ªder es Landa¡±.
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