Jorginho, un metr¨®nomo bajo sospecha
El mediocentro brasile?o del Chelsea simboliza la revoluci¨®n que el t¨¦cnico Maurizio Sarri ha implantado en el equipo londinense haciendo frente a muchas cr¨ªticas.
Cada toque es una declaraci¨®n de intenciones. Cada pase tenso y preciso encierra una exigencia de devoluci¨®n en diferido para que la rueda siga girando hasta que el rival se desordene y la jugada de gol aparezca. La verdadera revoluci¨®n del t¨¦cnico italiano Maurizio Sarri reside en el eje de la noria del Chelsea, donde trabaja un cualificado operario brasile?o cuyo impacto en el juego eleva el horizonte del equipo mientras lucha contra la incomprensi¨®n de parte del p¨²blico. El f¨²tbol de Jorge Luiz Frello, Jorginho, es un alegato en defensa del estilo que su t¨¦cnico ha impuesto en Stamford Bridge contra viento y marea. Un rasgo contracultural en un pa¨ªs que tradicionalmente celebra m¨¢s el fragor que la artesan¨ªa y en un club que alcanz¨® una dimensi¨®n superior gracias a entrenadores que edificaban sus equipos a partir del equilibrio defensivo.
La huella de Mourinho, Ancelotti, Benitez, Di Matteo o Antonio Conte perdura en las gradas de Stamford Bridge, que este curso asiste con asombro y escepticismo al ejercicio de paciencia monacal que su equipo exhibe con la pelota en largas maniobras envolventes. El Chelsea ha terminado en la tercera plaza de la Premier, y en alg¨²n momento vio peligrar su clasificaci¨®n para la pr¨®xima Champions League. El cuadro de Sarri no perdi¨® un solo partido hasta finales de noviembre y la mete¨®rica transformaci¨®n estil¨ªstica del equipo alumbr¨® detalles ins¨®litos: En septiembre, ante el West Ham, Jorginho particip¨® 180 veces en el circuito de toque del Chelsea. Nadie hab¨ªa dado nunca tantos pases en un partido de la Premier. Al menos no desde 2003 cuando la inform¨¢tica y el Big Data comenzaron a destripar y cuantificar cada par¨¢metro del juego. Jorginho acab¨® acumulando 3118 pases en 37 partidos, m¨¢s que ning¨²n otro jugador de la Premier. Una cifra extraterrestre para los c¨¢nones ingleses.
Con un nivel de acierto en el pase superior al 90%, Jorginho dicta el ritmo del partido con simplicidad, eligiendo el rumbo y la velocidad de cada maniobra con t¨¦cnica minimalista y un luminoso instinto para entender las necesidades del juego. Sarri le ha dado galones a costa incluso de desplazar a una posici¨®n lateral a N¡¯Golo Kant¨¦, campe¨®n del mundo con la selecci¨®n francesa. En Inglaterra se valoran mucho a los centrocampistas de extenso despliegue y gran capacidad aer¨®bica, apodados ¡°box to box¡±, que suelen atravesar a toda mecha la pradera entre su ¨¢rea y la del rival sin detenerse a examinar el paisaje.
En ese contexto, Jorgino parece un turista tranquilo. Se aplica con coraje en las tareas defensivas pero sufre jugando muy expuesto en un equipo capaz de coquetear con el riesgo.Sus cr¨ªticos le reprochan que no verticaliza el juego con pases profundos, que apenas se le recuerdan regates y que no tiene cuerpo ni velocidad para la batalla. ¡°Sabe lo que le pido y lo entiende de inmediato¡±, replica Sarri, un fundamentalista del juego de posici¨®n que potenci¨® decisivamente la carrera del brasile?o en el N¨¢poles, destacando el criterio y la velocidad mental de su pupilo. Justo dos factores que no se pueden medir. Jorginho responde con ferviente fidelidad: ¡°Tengo que manejar las diferentes din¨¢micas del juego, incluso cuando recibo una marca individual. El estilo de Sarri puede funcionar aqu¨ª. Tambi¨¦n Guardiola tuvo problemas en su primer a?o en Inglaterra¡±. El entrenador del Manchester City trat¨® de reclutar a Jorginho el pasado verano antes de que se decantara por acompa?ar a Sarri a Londres. ¡°Si te hablan de un mediocentro con llegada, desconf¨ªa de ¨¦l. Un mediocentro hace jugar. Hace todo por y para los que est¨¢n a su alrededor¡±, suele decir el t¨¦cnico catal¨¢n.
Del grado de influencia que Jorginho ejerce desde la medular depende que la pelota llegue m¨¢s limpia a Hazard y a los atacantes del Chelsea. Aterriz¨® en Italia con 13 a?os y tuvo una carrera sinuosa hasta llegar al N¨¢poles. Ahora juega con la selecci¨®n azzurra y le sobra personalidad y f¨²tbol para luchar contra los prejuicios.
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